sábado, 24 de septiembre de 2016

El Camarón Que Se Duerme


Una de las características sobresalientes de nuestra condición humana es sin duda alguna el estar expuesto a “las avivadas” que suelen cometer todos aquellos a quienes tildamos de personas “muy ligeras” por el hecho tan peculiar de estar siempre dispuestos a recurrir, sin ningún escrúpulo, a su inefable picardía.

Quienes hacen uso de tales procedimientos conviven con nosotros y participan activamente en cada oportunidad que se les presenta, algunos de ellos, o de ellas, (no se trata de una cuestión de género) cuentan a su favor que generalmente han sabido ganarse la confianza de sus potenciales “víctimas” y demuestran gran disposición a tomar la delantera ante el menor descuido.

Ahora, esto que mencionamos forma parte “del sabor”  de toda convivencia y suele manifestarse  en casi todas las áreas  en las cuales se producen nuestros encuentros abarcando un muy amplio espectro que va desde que salimos de compras o atendemos un llamado en nuestra propia puerta de algún vendedor que intenta que compremos “su gran oferta”

Como puede fácilmente apreciarse no se trata de ninguna “invasión de extraterrestres” simplemente mencionamos lo que suele ser “una puesta en escena” de lo que pueda ocurrir un día cualquiera de nuestra vida, algo que forma parte del “condimento” con el cual sazonamos todas las alternativas que conforman y dan sentido a nuestra vida en sociedad.

Es por eso lo del título de este tema que forma parte de un viejo refrán, como suele decir un amigo mío, “esto es tan viejo como el agujero del mate” lo que pretendemos decir, ni siquiera tiene la intención de alertar, es que debemos estar atentos, dejar de lado la pereza y no delegar en otros todo aquello que es menester que lo hagamos nosotros mismos.

“El refrán “camarón que se duerme se lo lleva la corriente” se refiere originalmente a las consecuencias negativas de la pereza. Esta expresión sigue siendo popular hoy en día aunque ahora es usado también en otros contextos para referirse a:
·        Pereza: la vida es como una corriente del mar, inestable y fuerte. Si te quedas dormido como el camarón, o sea, tienes pereza de moverte o no haces algo, serás arrastrado por la corriente de la vida.
·        Oportunidad: es una connotación ligeramente diferente al comparar la corriente del mar como una oportunidad de la vida. Por lo tanto, se refiere a que si te quedas dormido perderás la corriente, no verás el camino hacia cualquier oportunidad.
·        Atención: en el contexto adecuado, esta expresión es usado para indicar que hay que estar atento, o sea no dormirse como el camarón, para que la corriente, en este caso personas mal intencionadas, no logren engañarte.”


Hugo W Arostegui

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