El refrán:
“Aconseja sobreponernos a nuestros
temores y miedos al enfrentar problemas o retos”.
Los que habitamos este llamado
“tercer mundo” estamos acostumbrados a las dificultades que implica el hecho de
“ocupar el furgón de cola” del tren que conduce el ritmo del desarrollo.
Esta condición también nos ha
permitido, globalización mediante, “observar por la ventana” todo lo que sucede
en el llamado “primer mundo” y con nuestro peculiar ingenio “nos las hemos
arreglado” para introducirnos en el mundo de la tecnología y la modernidad.
Esto es lo que llamamos “hacer de tripas corazón” lo que equivale
a decir que, aunque quizás tengamos algunas limitaciones en el campo de la
ciencia y la tecnología, “igual nos revolvemos” para disimular tales carencias
e intentar mantener nuestra vigencia en el “mundo de las comunicaciones”.
Así es todo y es válido para todo lo que eventualmente tengamos
que enfrentar, lo que nos “hace competitivos" en cualquiera sea el área en
la cual nos movamos, nada impide que podamos “marcar con nuestra presencia” en
todas aquellas actividades en las cuales participemos.
La mente humana, nuestra mente, no es clasificable, no tiene un
territorio específico, nuestra mente es universal e inconmensurable, ocupa una
dimensión que le es propia por definición y es la única capaz de todas las
creaciones hasta ahora conocidas.
Hugo W Arostegui
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