viernes, 4 de noviembre de 2016

Cultivemos La Ilusión


 “Con esta frase se apostilla las esperanzas que mantienen la ilusión que no siempre se cumple. Se trata de una frase consolatoria empleada cuando la realidad no ha proporcionado lo que anhelamos.”

Los sueños y la ilusión son el motor que alientan a la esperanza e incentivan la capacidad creativa de la persona humana, nunca se sitúan fuera de nuestro alcance como jamás se es tan viejo, nos referimos a los sueños y a la ilusión de que algún día, no tan lejano como la vida misma, formen parte de nuestra realidad como un corolario merecido por  todo el esfuerzo realizado.

“La ilusión está vinculada a los sentidos y es esa capacidad que poseemos las personas para reunir todas nuestras fuerzas y concentrarlas a favor de la conquista de un objetivo.

Ilusión es una palabra que procede del latín ilusionis y significa engaño. Porque así es la ilusión, es ese don que tenemos los seres humanos para creer en aquellas cosas que no vemos, pero que nos ayudan a vivir.

La ilusión está conectada a emociones positivas. Cuando nos ilusionamos nos sentimos bien, nos sentimos plenos y motivados.

Nuestra mirada cambia. Nuestro estado emocional también. Nos sentimos entusiasmados y cargados de energía. Es un sentimiento que nos empodera.

Desde pequeños recurrimos a las ilusiones para construir nuestro proyecto de vida, para diseñar nuestros sueños y fijar nuestras metas. Vivimos con ella porque es la fuerza que nos empuja a alcanzar nuestros objetivos. La ilusión es nuestra compañera de viaje. Con ella pensamos dónde nos gustaría ir, qué nos gustaría ser o a quien quisiéramos tener a nuestro lado. 

La ilusión nos ayuda a hacer realidad nuestros sueños.”

La ilusión atraviesa horizontalmente todas las etapas de nuestra vida, desde nuestra primera infancia nos ilusionamos con los duendes y las hadas y aunque el tiempo transcurra inexorablemente desde que recibimos la primera palmada en nuestra cola, nada ni nadie podrá jamás impedirnos soñar y poder nutrir a la alma del encanto de la ilusión.

La ilusión al igual que el aire que respiramos siempre estará latente y aunque no la veamos fluye constantemente impregnando de sentido a nuestra existencia.

Hugo W Arostegui


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