Cuando
llegamos a un punto desde el cual entendemos que hemos agotado todas las
variables posibles de una situación dada, todo parece indicar que no nos vale
la pena continuar con el esfuerzo y que lo mejor, lo que nos viene en mente, es
dejar de lado lo que intentamos realizar abandonando nuestras aspiraciones de
alcanzar nuestros objetivos.
Es
entonces, cuando todo parece conspirar en contra de nuestras expectativas, en
que surge nuestra capacidad de resiliencia sacando de lo recóndito de nuestro
ser esa fuerza adicional que nos induce a continuar, a no dejarnos doblegar
ante la adversidad, es decir, extraemos de nosotros mismos el aliento vital que
nos impulsa a persistir con mayor intensidad.
Persistir:
“Esta
palabra proviene del latín persistere y su significado es
“mantenerse firmemente parado”. Se forma con los siguientes componentes
léxicos, el sufijo per que es a través de, por completo
y sistere que es establecer, estar fijo.
El
verbo persistir tiene dos significados, el primero es aquel que se encuentra
ligado a la idea de que algo se mantenga a lo largo del tiempo o que tenga una
continuidad en su duración. El segundo significado de esta palabra es
mantenerse firme y ser constante en la manera en la que se actúa o en la que se
plantean planificar determinadas acciones en la vida de una persona”.
Todo
esfuerzo que se realiza requiere poner a prueba nuestra voluntad de alcanzar
los objetivos propuestos, seguramente habrán innúmeros obstáculos, algunos
previsibles y otros que puedan surgir durante la marcha, la magnitud del éxito
o el fracaso siempre estará proporcionalmente ligado a cuánto estemos dispuestos
a realizar en la dedicación constante que seguramente nos requerirá lo que nos
hayamos propuesto.
Hugo
W Arostegui
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