La autenticidad es un valor que hace referencia a la persona
que dice la verdad, acepta la responsabilidad de sus sentimientos y
conductas, es sincera y coherente consigo misma y con los demás.
“Solo sé tú mismo”, tal vez hemos escuchado esta frase en múltiples ocasiones, la misma
suele ser una recomendación a actuar según nuestra convicción, cuando
emprendemos nuevos caminos o retos. Esta frase la decimos muchas veces sin
pensar en las implicaciones de la misma, pero con ella instamos al otro a ser
fiel a sí mismo y a actuar acorde a lo que piensa y siente, conduciéndolo hacia
el valor de la autenticidad.
Desarrollar este valor permite que una persona, con sus palabras y su
comportamiento, exprese fielmente cómo es y cómo piensa, ante la persona
idónea, en el lugar y momento adecuados. Ser auténtico es
pensar con convicción, actuar coherentemente con la realidad objetiva, con el
pensamiento, la palabra y la acción.
Una autoestima sana promueve que seamos los mismos, tanto internamente
como externamente; por lo tanto, si tengo unos valores en los que creo
firmemente y estoy convencido de ellos, externamente los respetaré y promoveré,
alejándome de la falsedad.
De igual manera, en el plano profesional, una persona que es libre de
expresar su autenticidad en el trabajo muestra un nivel más alto de compromiso
con la organización, un mayor rendimiento individual y se inclina más a ayudar
a los demás.
La persona auténtica, en su entorno de trabajo, suele ser entre otras
cosas:
Más productiva y proactiva, deja que sus ideas fluyan y ofrece ideas y
perspectivas innovadoras, que pueden ser de éxito para la empresa en el
desarrollo de sus proyectos y procesos.
Deja fluir sus conocimientos, ayudando y permitiendo el crecimiento y el
desarrollo del talento en los demás.
Destaca sus fortalezas y reconoce sus debilidades.
Lucha por ser mejor y se mantiene en crecimiento.
Promueve el trabajo en equipo.
Es honesto y celoso con los activos de la empresa.
Contribuye a que la empresa fomente y crezca en valores personales y
organizacionales.
Estas competencias son de gran relevancia en todos los ámbitos
laborales, sobre todo en aquellas áreas o ambientes en que se requiere de un
alto nivel de confidencialidad, de efectividad y productividad en las
operaciones, preparación personal y académica, innovación y relación
interpersonal, entre otras.
Para ser auténtico, la primera regla es ser uno mismo. Lo que haces
dice mucho más de lo que hablas o de lo que buscas transmitir. Debemos
aceptarnos como somos, para tener la felicidad de hacer lo que queremos.
Identifica tus talentos, aquello que haces mejor que nadie, lo que ejecutando
disfrutas y serás mejor persona y mejor profesional.
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