Para muchas personas comienza uno
de esos periodos que todos esperan, un tiempo que, no por breve, deja de ser
menos “apetitoso”: ¡Vacaciones! Unas vacaciones que, quizás
precisamente por su brevedad, tienen sus peculiaridades.
Hagamos una pequeña reflexión:
¿qué representan, en realidad, las “vacaciones”?
Como ya hemos dicho muchas veces,
para la mayoría de las personas trabajar no es “un objetivo vital” sino una
actividad necesaria para poder conseguir dinero con el que financiar
las actividades que realmente les interesan: Familia, hijos, amigos, formación,
aficiones…Estas actividades se compatibilizan (o tratan de
compatibilizarse) en el día a día con el trabajo, pero es precisamente en
vacaciones cuando, en teoría, se dispone de todo el tiempo para
poderlo dedicar a eso que nos interesa.
Y aquí está realmente la cuestión,
¿somos realmente conscientes de ello? ¿o tendemos a caer en la rutina? ¿Las
disfrutamos o, a veces, “las sufrimos”? Cuando terminan ¿nos sentimos
satisfechos del rendimiento que sacamos a “ese tiempo libre” o nos queda un
sabor agridulce?
Son aproximadamente 100 horas
(incluidas las de sueño) que tenemos por delante para “repartir” ¡Tanto y… tan
poco!¿Nos meteremos en un atasco de tráfico interminable? ¿Dejaremos
que afecte a nuestro humor y discutiremos con las personas que comparten el
coche, esas con las que, al menos teóricamente, deberíamos disfrutar? ¿Nos
centraremos en lo realmente importante o caeremos en lo superfluo? ¿Nos
centraremos en la convivencia y el compartir y
disfrutar las experiencias o caeremos en “lo típico”? ¿Paseos compartidos,
dialogados, productivos o… tumbarse al sol y “déjame en paz”?
¿Qué es lo
que realmente es importante para nosotros? ¿Qué es todo eso que en el día a día
vamos dejando pasar “por falta de tiempo”? ¿Qué es lo que verdaderamente nos gustaría “convivir”, experimentar, intimar
con nuestra pareja, con nuestros hijos, nuestros padres, nuestros amigos…?
¿Cuál es esa actividad que nos encantaría y que nunca abordamos “por falta
de tiempo”?
Hoy tienes unas 100 horas por
delante: ¿las vivirás intensamente? ¿Les “sacarás el jugo”? ¿Obtendrás el
máximo de ellas? Ahora tienes la oportunidad.
El domingo (o el lunes) por la noche recibirás el saldo de tu inversión en una
escala que puede ir desde una gran satisfacción hasta una tremenda
frustración. ¿Qué piensas hacer? ¡La pelota está en tu tejado!