miércoles, 3 de octubre de 2018

Sabor Agridulce


Para muchas personas comienza uno de esos periodos que todos esperan, un tiempo que, no por breve, deja de ser menos “apetitoso”: ¡Vacaciones! Unas vacaciones que, quizás precisamente por su brevedad, tienen sus peculiaridades.

Hagamos una pequeña reflexión: ¿qué representan, en realidad, las “vacaciones”?
Como ya hemos dicho muchas veces, para la mayoría de las personas trabajar no es “un objetivo vital” sino una actividad necesaria para poder conseguir dinero con el que financiar las actividades que realmente les interesan: Familia, hijos, amigos, formación, aficiones…Estas actividades se compatibilizan (o tratan de compatibilizarse) en el día a día con el trabajo, pero es precisamente en vacaciones cuando, en teoría, se dispone de todo el tiempo para poderlo dedicar a eso que nos interesa.

Y aquí está realmente la cuestión, ¿somos realmente conscientes de ello? ¿o tendemos a caer en la rutina? ¿Las disfrutamos o, a veces, “las sufrimos”? Cuando terminan ¿nos sentimos satisfechos del rendimiento que sacamos a “ese tiempo libre” o nos queda un sabor agridulce?

Son aproximadamente 100 horas (incluidas las de sueño) que tenemos por delante para “repartir” ¡Tanto y… tan poco!¿Nos meteremos en un atasco de tráfico interminable? ¿Dejaremos que afecte a nuestro humor y discutiremos con las personas que comparten el coche, esas con las que, al menos teóricamente, deberíamos disfrutar? ¿Nos centraremos en lo realmente importante o caeremos en lo superfluo? ¿Nos centraremos en la convivencia y el compartir y disfrutar las experiencias o caeremos en “lo típico”? ¿Paseos compartidos, dialogados, productivos o… tumbarse al sol y “déjame en paz”? 

¿Qué es lo que realmente es importante para nosotros? ¿Qué es todo eso que en el día a día vamos dejando pasar “por falta de tiempo”? ¿Qué es lo que verdaderamente nos gustaría “convivir”, experimentar, intimar con nuestra pareja, con nuestros hijos, nuestros padres, nuestros amigos…? ¿Cuál es esa actividad que nos encantaría y que nunca abordamos “por falta de tiempo”?


Hoy tienes unas 100 horas por delante: ¿las vivirás intensamente? ¿Les “sacarás el jugo”? ¿Obtendrás el máximo de ellas? Ahora tienes la oportunidad. El domingo (o el lunes) por la noche recibirás el saldo de tu inversión en una escala que puede ir desde una gran satisfacción hasta una tremenda frustración. ¿Qué piensas hacer? ¡La pelota está en tu tejado!

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