La Misión es el propósito o nuestra razón de ser, aquello
que debemos cumplir en este mundo y por ende la manera de maximizar la
felicidad de una persona, aquella en la que puedes hacer el mayor bien posible
a los demás con entera pasión, mientras que La Visión, es hacia dónde nos
dirigimos.
Te has preguntado alguna vez:
¿Estoy aprovechando al máximo mis habilidades y mi potencial
como persona?
¿Puedo estar haciendo algo mejor de lo que hago ahora?
¿Por qué si trabajo tanto, me siento vacío, sin dirección y
sin propósito?
¿Hacia dónde voy con mi vida?
Para descubrir tu misión, antes que todo, debes encontrar
tus dones y virtudes, lo que te apasione, es decir, lo que haces por horas sin
sentirte cansado, agotado o aburrido mentalmente, lo que te divierte haciéndolo
y que te plantea nuevos retos cada vez que lo haces, aquello por lo que
prácticamente trabajarías gratis pues te hace perder la noción del tiempo.
Las personas que han descubierto su misión son exitosas
porque sus labores las realizan con amor y de mejor manera, tienen mayores
remuneraciones, hacen lo que les gusta y divierte y tienen certeza en qué
dirección moverse.
Las personas que no tienen una misión clara fracasan porque
andan por el mundo sin un rumbo determinado, toman empleos que no les
satisfacen; no están acordes para lo que fueron creados y realizan algo para lo
cual no tienen talentos o habilidades.
La misión es importante cumplirla porque Dios es su
empleador, además porque nos da la mayor satisfacción y nos alinea con el
universo, porque lo recomendarán convirtiéndose en una cadena sin fin, su
autoestima se fortalecerá cada día más, será una persona realizada, le traerá
beneficios ilimitados y todo le será más fácil.
Es importante aclarar que no hay misión pequeña, el sistema
de valores de Dios no es el mismo que el de los hombres; nunca es tarde para
iniciarla y sólo usted es quien puede cumplir con su misión.
Haciendo énfasis en sembrar semillas que beneficien a otros,
y mi Visión es hacer de este mundo, un lugar mejor del que encontré al llegar a
él.
Al redactar su misión, no cometa el error de establecerla
basada en la fama, la fortuna, las presiones familiares, profesiones
prestigiosas, confundirla con un hobbie o afición, o basarla en un don
llamativo.
Los obstáculos que se nos presentan para cumplir nuestra
misión son: Los vicios, la dependencia de los demás y la poca autoestima.
Por otro lado tenemos LA VISIÓN, la cual nos simplifica la vida;
es poder ver el futuro antes de que llegue a existir; es la declaración de lo
que tu desearías haber realizado una vez tu vida haya terminado; es una función
del corazón y el resultado de inspiración divina; no está adelante de ti, se
encuentra dentro de ti.
Para encontrar tu visión debes preguntarte: ¿Cuál es tu
sueño?, ¿A dónde quieres llegar con tu misión? ¿Dónde quieres estar en 5, 20,
30 años?
Lo que quieres lograr en tu vida debe ser único, por lo
tanto, no permitas que se proyecte de cualquier manera o por salir del paso, o
peor aún, por presión o por aparentar que se tiene; la visión debe ser visible
en la vida de quien la ha concebido.
Establecer una visión es importante para convertirse en una
persona plenamente realizada, lograr sus más ardientes deseos, ser seguido en
vez de ser un seguidor, tener paz al saber que estás haciendo lo correcto ya
que disciplina tus decisiones.
Valdrás lo que valga tu visión, si es grande vales mucho, si
es pequeña vales poco, y si es ninguna vales nada.
Para alcanzar la visión se requiere escribirla, comunicarla,
que sea clara, tener fe, que sea auténtica, ser perseverante y paciente, tener
pasión por ella, es decir, que vivas por ella, no es algo que haces por horas y
para convertirla en realidad debes lanzarte a la acción con fortaleza y
dignidad.
El éxito y la plena realización personal son posibles cuando
conservas una armonía perfecta en lo personal, familiar, laboral, profesional y
social; recuerda que sólo aquellos que nada esperan del azar son dueños del destino
y que la excelencia no es una acción, es un hábito.
Todos venimos a competir, nosotros venimos a ganar y para
lograrlo, debes hacer aquello para lo cual naciste, ahí es donde vas a hacer
dinero y vas a encontrar tu realización; hemos sido entrenados para pensar en
pequeño, pero eso no es lo que Dios quiere para nosotros, Dios no quiere que
trabajemos para él sino en sociedad con él, comienza con lo que tienes y él se
encargará del resto.
Por último, ten en cuenta que la visión siempre tiene que
estar acompañada de compasión y que la fidelidad hacia ella es la prueba de su
legitimidad.
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