miércoles, 3 de octubre de 2018

Inteligencia


La inteligencia es un constructo complejo que a lo largo de la historia ha sido conceptualizado de muy diferentes formas por diversos autores.

Desde una visión clásica que tratan la inteligencia como una capacidad única y unitaria a otras que consideran que se trataba de un conjunto de capacidades independientes entre sí y pasando por otras en las que se estipulaba la existencia de conjuntos de habilidades organizadas jerárquicamente, han surgido una gran cantidad de teorías y modelos que intentan explicar qué es la inteligencia, cómo se estructura y cómo actúa.

Una de estas teorías es la teoría de la inteligencia de Guilford.
Como se acaba de mencionar, existe una gran variedad de perspectivas respecto a qué significa el término inteligencia, y las investigaciones llevadas a cabo han variado en gran medida el enfoque de su estudio y análisis.

Sin embargo, de un modo general podemos considerar que se trata de la capacidad o conjunto de capacidades mentales que permiten nuestra adaptación, permitiéndonos gestionar nuestros recursos cognitivos de la manera más eficiente a la hora de hacer frente a diferentes situaciones. 
Gracias a la inteligencia somos capaces de captar y analizar correctamente la información proveniente del medio o de nosotros mismos, establecer estrategias y maneras de gestionar recursos y resolver problemas, planificar nuestra conducta y llevarla a cabo con éxito.

Paul Guilford fue un psicólogo estadounidense cuyas aportaciones al estudio de la inteligencia confluyen en una teoría de la inteligencia que supone junto a Raymond Cattell y Thurstone uno de los modeles de las aportaciones más relevantes en lo que respecta a la concepción de la inteligencia como un conjunto de habilidades.
El modelo de Guilford se basa en la consideración de la inteligencia como el proceso mediante el cual el ser humano transforma la información del medio en contenidos mentales, de manera que tiene una visión operativista de ésta. El autor establece tres dimensiones separadas e independientes basadas en la percepción, transformación de la información y emisión de respuesta. 
Concretamente habla de elementos de entrada o contenidos, operaciones y elementos de salida o productos. Su modelo es pues tridimensional, y suele ser representado en forma de cubo en el que las interacciones entre las tres grandes dimensiones se interrelacionan para formar hasta 120 factores distintos.

Se trata de un modelo taxonómico que considera las diferentes capacidades como no jerarquizadas, siendo las diferentes aptitudes independientes. La inteligencia es pues un conjunto de aptitudes separadas entre sí que permiten nuestra adaptación al medio.

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