martes, 12 de marzo de 2019

Tu Lado Interior

La paz interior es el sentimiento de bienestar que experimenta una persona que se siente bien consigo misma, tranquila y relajada a nivel interno.

La paz interior es la meta de felicidad más importante ya que para tener relaciones personales saludables previamente, uno debe de sentirse bien consigo mismo. ¿Qué significa tener paz interior?

Tener tranquilidad de ánimo significa haber hecho las paces con el pasado, no arrastrar ira por asuntos del ayer, tener un amor hacia uno mismo alto a través de una autoestima positiva, vivir en conexión con el presente. Estos son los ingredientes más importantes que definen la paz interior, 
ingredientes que hacen que la persona experimente una luz especial. Es esa luminosidad que aporta la alegría y la ilusión.

Una persona que experimenta paz interior también es feliz en los instantes de soledad porque sabe que la soledad completa no existe mientras uno se tiene a sí mismo y entonces, los espacios de silencio se convierten en un deleite personal.

¿Cómo alcanzar la paz interior?
1. En primer lugar, es muy importante tener un propósito de vida. Es decir, tener un plan de realización existencial que muestra la vocación por la búsqueda de la felicidad: cada persona tiene su propio camino y experimenta paz cuando está en el camino correcto.
2. El ser humano es libre de realizar sus acciones. En este sentido, hacer el bien es un principio de felicidad puesto que la satisfacción del deber cumplido desde el punto de vista ético también aporta paz interior.
3. Conviene buscar el equilibrio en los distintos espacios de la vida para cultivar trabajo y vida personal de un modo equitativo.
4. El pensamiento positivo ayuda a poner el punto de atención en el lado agradable de la realidad mientras que el pensamiento negativo potencia el desánimo. 
El optimismo ayuda a reforzar la serenidad interior porque el pensamiento positivo produce sentimientos agradables que se muestran en la acción.
5. La musicoterapia ayuda a potenciar el sentimiento de serenidad porque la música produce un efecto directo sobre el estado de ánimo. Es posible realizar ejercicios de relajación al compás de música suave de fondo que aporta serenidad.
6. Cultiva el valor de la amistad porque las relaciones personales aportan reconocimiento y autoestima.

7. Existe un ejercicio físico saludable que aporta serenidad: caminar en un entorno natural y respirar aire puro.

El Pensamiento Y La Escritura


Yo diría que no se trata de «pensar» (aunque a veces no está de más pensar un poquito también antes de ponerse a escribir), pero sí de ser consciente de que toda narración (en realidad todo texto) tiene una temática, y que lo que sea que vayamos a contar no se va a componer de hechos enlazados por una mera relación de contigüidad, sino que con esos hechos vamos a estar «significando» algo, algo que no se ve a simple vista y que el lector tendrá que interpretar.

Así pues, no hay que pensar mucho de antemano, y ni siquiera hemos de ser capaces de verbalizar aquello que nos impulsa a querer escribir un texto sobre ciertas cosas y no sobre otras. Precisamente para eso escribimos, para averiguarlo. Pero esa conciencia o esa intención de partida ya nos va a condicionar un poco a la hora de elegir determinados personajes, determinada ambientación, determinados gestos, una voz narrativa en particular, etc.

Por otra parte es conveniente que nos abramos, mientras estamos escribiendo, a que la misma escritura nos desvele qué es, en realidad, lo que está pasando ahí. Si nos dejamos en paz, la escritura dará sus propios signos. Yo muchas veces me pongo a escribir sin más, y al cabo de un rato leo lo que llevo escrito para tratar de descifrar qué diablos me quiero decir a mí mismo.

Y, sobre todo, es muy importante tener en cuenta la unidad de sentido y la temática a la hora de revisar el relato, después de terminar el primer borrador. Porque teniendo eso en la cabeza, veremos un montón de cosas que a lo mejor no veíamos al ponernos a escribir, y vamos a poder trabajar (o reescribir, o lo que haga falta) el relato desde la perspectiva de la significación.

Toda narración es un universo de interconexiones,  todo lo que en ella encontramos tiene una intención subyacente.

Toda narración (toda buena narración, me refiero) es un universo de interconexiones, y cualquier palabra, escena, coma o incluso elipsis no da la impresión de que sea fruto del azar, sino de tener una intención subyacente. Eso no quiere decir que el buen escritor esté todo el rato «pensando» qué incluye o no incluye en el texto… Se trata más bien de que alcanza un estado de conciencia en que se quita de en medio como persona y se convierte en canal de algo superior. Solo en ese estado de conciencia abierta se puede crear una verdadera obra de arte. Y no tiene nada que ver con pensar; es otro tipo de cognición mucho más amplia.

Aunque nosotros no estemos en ese punto, es bueno saber que todos los elementos de un relato apuntan a una unidad de sentido. Tampoco hay que agobiarse, porque es importante estar relajado y abierto a la hora de escribir. Así que donde hay que prestar más atención a esto es a la hora de revisar.

Escribir es observar el mundo con una mirada nueva y trasladar al lector esa visión por medio de la literatura.

Hay que tener en cuenta que el hecho de que algo suceda no significa que merezca ser plasmado sobre el papel. Dichos sucesos hay que mirarlos con criterio de escritores y dotarlos de significación (en eso consiste lo literario). Escribir no es poner una palabra detrás de otra. Ni tampoco poner un hecho detrás de otro. 

Escribir es observar el mundo con una mirada nueva, y trasladar al lector esa visión por medio de la literatura.


Cuentos Infantiles

Se dice, y está comúnmente aceptado, que el acto de contar un cuento a los niños antes de dormir es uno de los más placenteros e inolvidables que pueden darse en el entorno familiar. El problema es que para muchos padres de hoy -hijos ya de la tele y de las películas en vídeo de Disney- contar un cuento es poco menos que una misión imposible: no saben. Para cubrir esta laguna están los repertorios que cada año se publican o se reeditan, sobre todo de los conocidos cuentos clásicos, tanto en ediciones para niños como en volúmenes especiales para uso de padres y profesores.

Ejemplos:
El gigante de la historia viene a ser una versión moderna de los cuentos de las Mil y una noches, protagonizada por un gigante que guarda en su castillo todos los cuentos del mundo. Todos menos uno, que no ha podido encontrar tras miles de años de búsqueda. El gigante sabe que se le acaba el tiempo y que, si no encuentra el cuento, él y su castillo desaparecerán. En su ayuda vienen cuatro niños: la hindú Rami, el inglés Liam, el árabe Hasan y la estadounidense Betts. Los cuatro le contarán todas las historias que saben, con la esperanza de encontrar la que le falta al gigante. 

Una espléndida recopilación de cuentos de todo el mundo, en hermosas adaptaciones de Brian Patten, uno de los más prestigiosos poetas del Reino Unido, que el autor enmarca en una historia fascinante -el encuentro entre el gigante y los niños, y su "necesidad" de contar y escuchar cuentos-, llena de magia y emoción.


Cuentos para irse a la cama es una recopilación de cuentos de Enid Blyton, escritos por la famosa autora de Los Cinco y otras aventuras de pandillas, cuando su hija Gillian era pequeña y le pedía un cuento cada noche. Después estos cuentos se fueron publicando en volúmenes dirigidos a niños de 5, 6, 7 y 8 años, y ahora Destino los ha agrupado en un solo libro. Son un total de 59 relatos breves, sencillos, ingenuos y divertidos, entre los que no faltan algunos con el especial toque de intriga y misterio que Blyton sabía utilizar con maestría para captar la atención de los niños. 

El tono siempre amable de la autora hace que, efectivamente, sean ideales "para irse a la cama" con ellos, y también resultan adecuados para leer a los más pequeños.

El Cuidado Que Mereces

Uno de los grandes problemas que tiene la sociedad ahora mismo es que confunde los auto-cuidados con egoísmo; se suele asociar el priorizar la estabilidad, el cuidar de uno mismo, con egoísmo o con no tener en cuenta las necesidades de los demás, cuando nada más lejos de la realidad. Pareciera que debiéramos estar dándonos constantemente al resto, que tuviéramos que cuidar a los demás y, para ello, olvidarnos a nosotros. ¡Pero no! La clave está en encontrar el equilibrio, en poder hacer las dos cosas al mismo tiempo: que cuidar a los demás no implique descuidarnos a nosotros.

El equilibrio suele ser la solución a casi todos los problemas que nos encontramos en nuestro día a día, y que nos hace debatirnos entre un punto u otro. Por ejemplo, en el tema que estamos tratando hoy: de poco serviría cuidar únicamente a los demás y olvidarnos de nuestras necesidades, puesto que al final acabaríamos estando nosotros mal. Y de nada sirve, a su vez, cuidar únicamente nuestro bienestar si no cuidamos a los demás también, puesto que acabaríamos culpabilizándonos. Para ello, debemos buscar un equilibrio entre ambas situaciones.

Darse a los demás es sencillo. Perderse en los problemas de otros, también. Porque es mucho más fácil para nosotros analizar a los demás y procurar ayudarlos que comprender que nosotros también necesitamos esos mismos cuidados.

Lo primero para alcanzar ese equilibrio es, pues, darte la importancia que realmente tienes. Quererte, conocerte, apreciarte y saber ver en ti todo eso positivo que ves en los demás. Porque si no te valoras, no sentirás que eres importante y que también necesitas tener tiempo para ti.

Aunque pueda parecer un absurdo, lo cierto es que la mejor forma de cuidarte y de mantener un equilibrio entre tu estabilidad emocional y la de tus más allegados es tratarte a ti mismo como si fueras tu mejor amigo. ¿Si tu mejor amigo estuviera mal le dirías que ese día se dedicara a sí mismo, se cuidara y se quisiera? ¿Que hiciera lo que más feliz le hiciera sentir, sin más? ¡Por supuesto! Pues haz exactamente lo mismo contigo: cuídate, quiérete y valórate.


Tenemos la mala costumbre de menospreciar nuestros sentimientos. Creemos que nuestras ganas de desconectar de todo, de aislarnos por un rato de los problemas de los demás, es egoísmo, y no lo es.

Es nuestra mente pidiéndonos a gritos el descanso que merece. Quizás va siendo hora de que aprendas a escucharte como escuchas a los demás.

Memoria Y Reflejos

En las series animadas que veíamos en nuestra infancia, era bastante común que representaran a la memoria como un arcón en la cabeza de los personajes en el cual se guardaban los recuerdos. Así, cuando algunos de estos eran requeridos, se recuperaban intactos, se usaban y de la misma manera se volvían a guardar. Aunque resulte sorprendente, nada de eso puede estar más alejado de cómo funciona la memoria humana.

Uno de los campos más fascinantes en el estudio neurocientífico es, justamente, la memoria, ya que a través de esta podemos evaluar el pasado para actuar en el presente y planificar el futuro. ¿Qué es lo que recordamos exactamente? ¿El hecho tal cual sucedió? ¿Nuestra percepción del hecho? ¿El último recuerdo sobre el mismo hecho, es decir, recordamos nuestra propia memoria? ¿Cuánto influyen los demás en ese recuerdo? ¿Recordamos de la misma manera a lo largo de toda nuestra vida?

A diferencia de lo que muchas veces se piensa, la memoria no es un fiel reflejo de aquello que pasó sino más bien un acto creativo, uno de los más creativos en el funcionamiento de nuestras mentes. Cada recuerdo se reconstruye de nuevo cada vez que se lo evoca. Aquello que recordamos -una imagen de un paisaje, una frase de nuestro abuelo, un aroma de nuestra infancia- está influido por el contexto que rodea esa acción de recuperación. La relación entre la memoria y el hecho o elemento que se recuerda es sumamente compleja y apasionante.

Pensemos un ejemplo cualquiera. Una persona está en una reunión social con su pareja y se le ocurre contar, para amenizar la charla, una anécdota personal: el relato de cómo fue la historia de amor que llevó a conocerla, las primeras conversaciones, detalles románticos y otros curiosos de ese hecho. Imaginemos también que no es la primera vez que la cuenta, ya que le resulta útil porque permite entretener al resto con un relato sabido lleno de vicisitudes, complicaciones y azares. Se nota que a todos les gusta la anécdota, porque de hecho aportan comentarios ingeniosos sobre algunas cuestiones y hacen preguntas disparadoras que buscan una respuesta original. Pero luego de despedirse y de regreso a su casa, la pareja le comenta con sorpresa: “Lo que contaste no tiene nada que ver con lo que en verdad pasó entre nosotros”. ¿Quién tiene razón? ¿Qué es en lo que “en verdad” pasó?

Llamamos “memoria autobiográfica” a la colección de los recuerdos de nuestra historia. Esta nos permite codificar, almacenar y recuperar eventos experimentados de forma personal, con el distintivo de que, cuando opera, tenemos la sensación de estar “reviviendo” el momento. Ese componente personal le da una particularidad esencial a la memoria autobiográfica: está definida por lo episódico, es decir, podemos asignarle un tiempo y un espacio a cada una de nuestras memorias. Cuando recordamos este tipo de eventos, no solo recordamos dónde fue y con quién estábamos, sino también los sentimientos y las sensaciones vividas.

lunes, 11 de marzo de 2019

Libertad De Expresión

La libertad de expresión es un derecho de carácter institucional porque supone un pilar de la democracia: es el derecho a que ningún Gobierno ni poder criminalice a sus ciudadanos por las expresiones manifestadas.

Es por tanto, la garantía de que la ciudadanía ejerce un contrapeso a los poderes establecidos. Se define, por tanto, como libertad frente a represión.


Sin embargo, ya sabemos que este derecho, en su origen, podría propugnar un indeseable individualismo, una libertad individual de obrar, que podría provocar situaciones de desigualdad ante un Estado neutral que respetaría la libertad de cada uno a decir y expresar lo que quiera, sin reparar en el tremendo daño que podría acarrear en colectivos oprimidos: las mujeres, los colectivos LGTBI, grupos étnicos minoritarios….


Sin duda alguna, el Estado debe intervenir ante situaciones discriminatorias y debe implementar, para ello, políticas de discriminación positiva, programas amplios de prevención de la desigualdad y, tratar en la medida de lo posible, de castigar las acciones que promuevan la violencia, el odio y la segregación de los colectivos más vulnerables. No se trata tanto de poner límites a la libertad de expresión o de suprimirla, como de tratar de reforzar la democracia.

Superado con creces el periodo de auge de la libertad individual, como motor revolucionario de la burguesía contra el clero y la nobleza, hoy en día la libertad de expresión ha de ser entendida como libertad pública, por la que todos los ciudadanos sean llamados a participar pluralmente de las cuestiones esenciales que atañen a la convivencia. 

Por eso, cuando un grupo de voces se apodere del espacio público, evitando que otros más débiles puedan participar, el Estado debe intervenir. Es lo que el jurista Owen Fiss denomina efecto silenciador; el efecto silenciador de la libertad de expresión se produce cuando un grupo de oprimidos se encuentra invisibilizado, reprimido y, por tanto, silenciado, gracias a la acción de un grupo poderoso que ocupa el espacio público. Para paliar el efecto silenciador, el Estado debe intervenir de alguna forma, pero con el fin de dotar de herramientas y medios a este grupo silenciado y, así, participe como una voz más del proceso democrático.

Por tanto, la solución para evitar la discriminación de los grupos silenciados o vulnerables, no pasa por limitar ni suprimir derechos fundamentales, sino por promover el proceso democrático: "el Estado debe proteger el interés de la ciudadanía en general por escuchar un debate completo y abierto sobre asuntos de importancia pública, en el que ninguna voz se vea silenciada"- Owen Fiss en La ironía de la libertad de expresión-.

El problema que tenemos a la hora de tratar de organizar iniciativas para proteger a estas personas, tradicionalmente oprimidas, es que se suele carecer de enfoques democráticos, resultando peor el remedio que la enfermedad.

Es obvio que cuando se alude a expresiones que no constituyan delito, se está refiriendo al delito previsto en el artículo 510 del Código Penal, a las conductas relacionadas con el denominado "discurso del odio". Se trata de comportamientos que incitan directamente a la violencia o a la discriminación, referentes a la ideología, religión o creencias, situación familiar, la pertenencia de sus miembros a una etnia, raza o nación, su origen nacional, su sexo, orientación o identidad sexual, por razones de género, enfermedad o discapacidad. Las penas pueden llegar hasta cuatro años de prisión.

Fuera del ámbito penal, no deberá sancionarse otras conductas, pues de lo contrario, se estaría dotando al funcionario de turno de plenos poderes para considerar que una expresión es ofensiva y sancionarla. Esto es grave, pues todos estaríamos sujetos a una insoportable censura previa, ante nuestros propios comentarios y expresiones de ideas, que en una u otra ocasión podría ser ejercida a modo de multa.

La libertad de expresión, por mucho que a algunos les duela profundamente, consiste en proteger aquellas manifestaciones que cuestionen incluso el sistema democrático, las que nos remueven y nos animan a convencer a quien así se expresa de que está equivocado. Si en el debate faltan quienes nos ofenden y nos perturban, quienes se reprimen so pena de ser multados, entonces no habrá verdadero debate y no nos haremos visibles ante una sociedad que se halla necesitada de verdaderas ideas constructivas, para formar un mundo mejor.

Por eso, el sentido que hay que darle a este derecho fundamental, elevado a categoría de Derecho Humano, no es otro que el de la protección de aquellas ideas no acomodaticias con el relato imperante o políticamente correcto. Así, tratar de censurar las ideas contrarias a las nuestras, por muy repugnantes que aquellas sean, no contribuye en absoluto a la construcción de una más amplia y mejor democracia que la que tenemos, sino que, de lo contrario, la reduce mucho más. 

Creo que a estas alturas comprendemos el gravísimo daño cometido por el gobierno del PP, en relación con el ejercicio de las libertades públicas: nos han impuesto despiadadamente la mordaza bajo la bienintencionada y manida defensa de la seguridad ciudadana. Así mismo, estamos asistiendo a una inusitada y feroz persecución de ciudadanos inocentes que están siendo juzgados y condenados por expresar sus ideas en las redes sociales, con el pretexto de defendernos a todos contra un fantasma terrorista, años ha desaparecido, mediante la figura del delito de enaltecimiento terrorista.
Entrar en el debate de los límites de la libertad de expresión, defendiendo cada grupo político sus propios límites, empobrece el intercambio de ideas y el proceso democrático, dejando  la libre difusión de opiniones como un mero formalismo y adorno de nuestra Constitución.


No se trata, por tanto, de restar voces –por mucho que las ideas discriminatorias nos repugnen-, sino de sumar más democracia y participación para enriquecer el debate. Lo demás es derecho penal, que ya sabemos que ha de aplicarse como último ratio, siempre que otros mecanismos hayan fallado, como la prevención.

Filosofía Y Conocimiento


El conocimiento es algo sorprendente en sí mismo.

El ser humano es capaz de conocer su propio conocimiento y de pensar que está pensando. Esta posibilidad, unida a un interés por saber acerca del mundo que le rodea y acerca de sí mismo, le dota de una especial manera de estar en el universo: está conociendo, preguntando, deseando saber. Ya dijimos que la filosofía supone una actitud de curiosidad, sorpresa y pregunta ante la realidad.

Por eso, la filosofía es el conocimiento por excelencia. “Es” el conocimiento y, además, la pregunta por la misma capacidad de conocer. A la hora de estudiar el conocimiento humano, debemos tener en cuenta que hay dos dimensiones: lo que podemos conocer (¿qué conocemos?) y la propia capacidad de conocer (¿cómo conocemos?).

Son diversas las disciplinas que estudian el conocimiento humano. La neurobiología estudia el funcionamiento del cerebro, el órgano del conocimiento por excelencia. La psicología (cognitiva) estudia los procesos cognitivos y su relación con el psiquismo.

Además de la ciencia, la filosofía lleva siglos discutiendo sobre el significado del pensamiento, el conocimiento y sus fuentes, qué es conocer.

Son dos ramas de la filosofía las que se ocupan de este problema: la epistemología que se dedica exclusivamente a la cuestión de la validez y posibilidad del conocimiento y la metafísica que se pregunta por la realidad de lo que conocemos, por el significado, límites y alcance último del conocimiento.

El Saber Filosófico


A través de la historia la filosofía se ha caracterizado por ser una actividad del pensamiento humano centrada en interrogar al mundo humano centrada en interrogar al mundo en buscar explicaciones satisfactorias frente a los diferentes problemas y acontecimientos que se presentan en todos los niveles de la vida.

La filosofía surge, no solo en Grecia si no también en la actualidad, precisamente del encuentro del ser humano con el mundo, de la admiración del hombre  frente a todo lo que existe. A diferencia de las demás ciencias, la filosofía no tiene un campo especifico de investigación, ya que se ocupa del mundo, de la totalidad de la realidad y por ello su reflexión tiene que ver con campos diversos como la cosmopología, la política, la psicología, la antropología, la ciencia, etc.

La interpretación que la filosofía ha hecho del mundo ha sido siempre distinta. por ello, su tarea ha tenido que ver más con la problematización de lo real que con ofrecer métodos o respuestas definitivas. El saber filosófico que presenta, entonces, como una serie de problemas entorno a los cuales se han desarrollado las principales corrientes y concepciones del pensamiento filosófico occidental.

 Las preguntas por la naturaleza de la vida humana, los valores, el conocimiento, lo trascendentes concierte en los grandes problemas abordados por la filosofía para intentar responder a las inquietudes más apremiantes de la humanidad especialmente aquellas relacionadas con el ser con las cosas, del mundo del ser humano, la verdad, lo absoluto, etc.


El carácter problemático de la filosofía  permite que su comportamiento sea visto como una temática constante de puntos de vista, muchos considerados contradictorios e incluso inútiles. 

El saber filosófico está conformado por distintas maneras o perspectivas de abordar el mundo, las cuales se replantean y se someten a discusión constante.

Valorar La Existencia

Tristemente en la vida tienen que pasarnos muchas cosas para aprender a valorar nuestra existencia, lo que tenemos o aquello de lo que carecemos, la vida nos enseña que nacemos indefensos y que debemos recorrer un largo camino para alcanzar un ápice de sabiduría y sensatez, recorremos una vida muchas veces llena de alegría, de éxitos, de logros, de triunfos y otras veces de terribles pesares e irreparables pérdidas

Lamentablemente rara vez aprendemos a través de la alegría, es a través del sufrimiento y del dolor donde comienzan a caerse las caretas y donde lo material pierde importancia y entonces podemos dar vuelta atrás y fijarnos en aquello que hemos perdido, o que no hemos aprovechado, el verdadero bienestar, nuestra familia, nuestros hijos, nuestra pasión en la vida, la manera que encontramos de vivir intensamente y eso que tuvimos que dejar a un lado por pretensión o por simplemente no haber tenido la entereza suficiente de valorarlo. 

Se ha hecho prácticamente costumbre para el ser humano, tener que atravesar penas muy duras, accidentes, catástrofes naturales o situaciones trascendentales, para que se despierte en su interior ese sentido de la verdadera conciencia, del disfrute y la plenitud de la vida, en lugar de darnos cuenta que todo lo que amamos y lo que necesitamos en la vida, está frente a nosotros, que se nos ha dado todo, que no nos falta nada y que todo aquello con lo que venimos al mundo, forma parte de lo que necesitamos aprender.

Valorar la vida, a través de las penas, indudablemente es una manera dura de ver la realidad, pero el caso es que no somos conscientes de esta elección, no nos damos cuenta de que en la alegría y en la prosperidad pocas veces somos compasivos.

La vida nos enfrenta con las situaciones más dolorosas, aquellas que tocan nuestra alma, que nos sensibiliza y nos recuerda lo que debemos apreciar, sin embargo, la capacidad de olvido de los seres humanos puede llegar a ser sorprendente y pocas personas realmente asimilan permanentemente la secuela que deja el sufrimiento, esos detalles de luz y de verdadera cordura.


No esperes que lleguen las penas para entender que todo siempre ha estado allí, para dar esa palabra de aliento, para hacer esa llamada, para tomar ese riesgo… vive y valora la vida hoy, en el presente eterno y continuado.

Detrás De La Apariencia


Varias personas de la Columna Universitaria han escrito acerca de la importancia o irrelevancia de forjar y mantener una imagen personal dependiendo el puesto que se tiene o el puesto al que se aspira llegar.
Definitivamente yo considero que no hay nada mejor para conseguir lo que uno se propone que esfuerzo, dedicación y una buena imagen que lo acompañe. Desgraciadamente o afortunadamente el físico es, en la mayoría de las veces, lo que primero que se percibe de nosotros y lo que nos abrirá la puerta o dispondrá a la gente para escucharnos o invalidar todo lo que digamos.
Seamos sinceros, ¿cuántas veces no menospreciamos a un profesor el primer día por verlo gordito, calvo y todo sudado? ¿cuántas veces no tratamos de cerrar una venta primero con el hombre de traje y bien peinado que con el muchacho en jeans?
Si esta ha sido nuestra actitud en al menos una situación, ¿que nos hace pensar que el trato hacia nosotros y nuestra imagen será diferente?
No en vano cientos de personas cada día se profesionalizan en ramas como la imagen pública, el protocolo, colorimetría, guardarropa, fisionomía y otros aspectos que acompañan y completan una coherente y bien trabajada imagen personal.
Definitivamente en este post quiero dejar en claro mi postura hacia el buen uso de nuestra imagen personal y la necesidad de trabajar en ella, perfeccionarla y orientarla hacia los objetivos que pretendamos conseguir o proyectar.
Recalco que he hecho referencia a trabajar, pulir y perfeccionar la imagen personal, no cambiarla o crear una nueva, antes de que varios defensores de la autenticidad de la persona, su pura esencia y del valor por quien eres y no por quien pretendes o aparentas ser, se ponga a la defensiva y ataque.
Al contrario, lo ideal para la generación de una imagen personal optimizada y eficiente es no cambiar mucho desde el punto original de partida, ya que al fin y al cabo eso es lo que conforma a la persona en su más pura presentación.
Tomando la imagen personal mezclándola y potenciándola en conjunto con la naturaleza del individuo, obtendremos la marca personal, aquello que proyectas física e interiormente, aquello que es coherente con el decir y el hacer.
Desgraciadamente vivimos en un mundo de apariencias pero no por eso tiene que ser un mundo de falsedades. Se puede proyectar exactamente lo que buscamos y queremos sin sacrificar lo que somos, simplemente mostrar la mejor parte de uno mismo y que sea ésta la que nos represente de entrada y ante esas horrorosas y temibles primeras impresiones.
Cada uno debe concentrar parte de sus esfuerzos en cuidar de sí mismos y de lo que proyectan, no solamente por el qué dirá o lo que los demás puedan ver o decir, sino por la proyección externa que tarde o temprano se verá reflejada también hacia el interior. Una buena imagen personal, trabajada y bien aprovechada ayuda al final del día a que, dicho de manera coloquial, NOS LAS CREAMOS.



Nada Se Detiene



¿Te has dado cuenta de lo que dice esta frase? Pues habrá que tenerlo en cuenta, ¿no?

Si va y viene y no se detiene, tú tienes solamente dos opciones: pasar olímpicamente y seguir haciendo lo que has hecho hasta ahora, o subirte en marcha. Porque la vida no se va a detener, no te va a preguntar: «¿subes, guapo?». ¡No!, no lo va a hacer.

Serás tú el que tendrás que preguntarte qué quieres de la vida y, con arreglo a tu propia respuesta, si quieres llegar a algún sitio, conseguir tus objetivos o alcanzar tus sueños, deberás dar un salto importante para subirte al tren, ese tren que va y viene y no se detiene, ese tren que te va a llevar si te has decidido a subir.

Porque, ¿sabes lo que pasa?, que si no te agarras a la vida, si no la enganchas con fuerza, si no pegas ese salto y te subes a ella, te quedas fuera. Después no vale eso de «qué suerte tienen algunos, seguro que están enchufados» o «a mí no me dieron la oportunidad».

La vida pasa para todos, y el que quiere se engancha. La vida va y viene para todos y… ¡qué malo es cuando se detiene! Por eso unos se suben en marcha y otros no. ¿Tú qué prefieres?

Esa pregunta es la que debes hacerte cada día, porque debes vivir el presente y en este presente es cuando deberás tomar tus decisiones, decisiones de hoy que te llevarán al futuro, a ese futuro que deseas y que debes empezar a construirlo hoy, ahora, en este momento. 

Luego y mañana, será tarde. El tren se habrá marchado. ¿A qué esperas?

La vida va y viene y no se detiene, pero la vida quiere ir contigo porque necesita de ti y tú tienes que estar dentro y aportarle a ella tus propios dones, capacidades y valores. No tengas miedo. ¡Súbete a la vida!

¡Sé valiente, cierra el paraguas y mójate!

La Mente Colapsada


Estoy agotado’, ‘No doy más’, ‘tengo una tensión terrible’ ‘¡qué estrés!’, ‘me dará un colapso nervioso’, ‘no tengo ganas de nada’. ¿Le parecen familiares estas frases? O quizá los términos: tensión, estrés, cansancio mental, surmenaje, depresión y otros. Pues preste atención, todo puede estar relacionado. La psicóloga Caridad Ruesta Maticorena, de la Universidad de Piura, da algunas precisiones sobre estos temas.

Tensión nerviosa, cansancio mental, estrés
“El estrés es un estado de tensión mental y físico que altera el normal funcionamiento de una persona,  el cansancio mental está asociado a un estilo de vida con niveles de estrés demasiado elevados y/o a un exceso de trabajo”. La doctora Ruesta demuestra con esta definición que los términos ‘tensión nerviosa’ y ‘cansancio mental’ indican características del estrés. 

Los llamados ‘nervios’ son, en buena medida, producto de la secreción de adrenalina, sustancia que el organismo genera frente a situaciones de exigencia. Esta, dice, tiene ciertos efectos en el organismo que, mantenidos bajo cierto nivel, pueden ayudar a enfrentar exitosamente la exigencia.


Ruesta explica las diferencias entre el estrés positivo o estrés (cantidad necesaria que produce el estado de alerta para obtener un rendimiento físico y mental para ser productivos y creativos) y el negativo o distrés (producto del exceso de demandas que resultan difíciles de afrontar: demasiado trabajo y poco tiempo; enfermedades, deudas, problemas familiares, etc.)

domingo, 10 de marzo de 2019

Proyectos Inconclusos



¿Quién no sueña despierto? “Es cierto que es un logro cognitivo, pero tiene consecuencias emocionales”. ¿Cuáles? “Si el pensamiento vaga por el pasado, escudriña el futuro o imagina sucesos que nunca se van a materializar, no solo implica desconexión con lo que se está haciendo, es fuente de tristeza ¿La solución? "Vivir en un estado de plena consciencia".

Ya sea por exceso de trabajo, de celo o por falta de organización, lo cierto es que es que sumar asuntos colapsa. “Saltar de una tarea a otra no ayuda a ser más resolutivo y reduce el rendimiento. Si es tu caso, organízate. Establece prioridades y ve cerrando frentes, comenta Beatriz González, psicóloga de Somos Psicología y Formación”. Programa actividades a corto plazo. Así concentras esfuerzos y evitas sentirte 'empachado'.

Atender al Whatsapp, ver de reojo el correo, hablar con el jefe... ¿Eres de los que creen que pueden hacer varias cosas a la vez y, además, bien? "No es posible y ocurre porque no sabes centrar la atención. También puede encubrir una falta de motivación”. ¿La solución? “Entrena la atención con meditación o técnicas que potencien la concentración (mindfulness).

"Si no acotas, no puedes centrarte", explica Beatriz González, psicóloga. "Identifica lo que te distrae: televisión, móvil, demandas de amigos. Cuando tu mente empiece a divagar, busca una frase que te sujete a la faena: "Regresa a la tarea", "vuelve a concentrarte"... pero no te juzgues porque tus pensamientos vayan de un sitio a otro; acéptalos y piensa que son nubes o globos. ¿Otras armas para desarrollar la atención? La respiración consciente y técnicas como la meditación o el mindfulness ayudan a concretar, a vivir el presente"

¿Buscas algo en el bolso mientras hablas por el móvil y repasas mentalmente la lista de la compra? ¿Estás convencida de que así llegas a todo? Pues te equivocas. “El cerebro solo está preparado para hacer una tarea. Esta es la única fórmula para ser eficiente y evitar la fatiga mental”, explica la psicóloga Beatriz González.

Una abundancia de pensamientos no es mala. El problema es cuando no mandamos en ellos. “Los dejamos deambular a sus anchas y nos invaden. Identificarlos y atenderlos es vital porque te están diciendo muchas cosas (miedos, inseguridades...). Concédete un tiempo de reflexión, para digerirlos, en vez de responder de forma automática”.

Embarcarte en proyectos y no resolverlos te hará sentir poco resolutivo. "Pasa cuando hay expectativas altas, imposibles de cumplir, que causan decepción. ¿Cómo evitarlo? Planifica y 'prémiate' con automensajes cuando hayas acabado. "También conviene analizar por qué no acabas una tarea. ¿No será que, quizás, no quieres hacerla?"

Buscando Soluciones

A lo largo de nuestra vida, desde que nacemos, no paramos ni un momento de buscar soluciones a problemas, incomodidades, retos… Este mecanismo de supervivencia nos permite salvar las trabas con las que nos vamos topando y seguir desarrollando habilidades de forma exponencial. La base de nuestro aprendizaje reside en su utilidad y nuestras mayores destrezas las conseguimos mediante el entrenamiento.

Estamos programados para salir adelante como sea. Un gran ejemplo visual de ello podría ser cualquiera de los numerosos vídeos que suelen viralizarse por la red en la que personas con alguna aparente discapacidad realizan tareas, a nuestro juicio imposibles, y nos demuestran que lo que realmente poseen son “otras capacidades distintas”.  Nuestro potencial de adaptación a las circunstancias nos convierte en únicos.

En el terreno laboral, una de las competencias que más se demandará en los próximos años será precisamente la desarrollada a partir de nuestra capacidad de aprendizaje y adaptación.

Saliendo de la zona de confort
Estar expuesto a riesgos y dificultades intensifica tus oportunidades de aprendizaje. Por tanto procura no quedarte dormido, debes estar preparado para todo cambio que pueda acontecer y la mejor manera es situarte siempre en el candelero. Estar alerta te mantendrá “vivo”.
El acomodamiento y la permanencia en la  zona de confort son los mayores enemigos de tu desarrollo profesional. Si queremos salir adelante y seguir avanzando, debemos enfrentarnos a nuevos retos constantemente.

Dicen que si en tu trabajo dejas de aprender, te llega la hora de dar el salto. Justo en este momento debes buscar nuevos retos y replantearte tu futuro profesional. Emprender o localizar nuevos proyectos son tu única salida para seguir avanzando.

Imagina una persona que sepa adaptarse fácilmente a los cambios, que nunca se atasque, capaz de salir adelante ante cualquier imprevisto, hábil en la búsqueda de soluciones y con mecanismos suficientes no solo para enfrentarse a situaciones adversas sino también para anticiparse a ellas. Esta persona será el profesional del futuro.

Desde hace un par de años se viene afirmando que el 75% de las profesiones del futuro aún no existen o se están creando. Ante tal panorama, más que titulados en carreras que posiblemente estén caducadas al finalizarlas, las organizaciones demandarán personas capaces de dar soluciones a los retos más impredecibles. ¿Y cómo se convierte uno en “buscador de soluciones”?

Aprendiendo

La manera en que nos enfrentamos a las dificultades de nuestro día a día cambia en función de muchas variables. Hay personas más previsibles que otras, algunas que destacan por su creatividad, otras por su practicidad, las hay muy ágiles, las hay más detallistas… Pero aun así podemos trazar algunos patrones comunes.

sábado, 9 de marzo de 2019

Detente A Pensar

Los años pasan, las experiencias vienen y van y con ello las responsabilidades, los hijos y la familia. Y en esos momentos el cansancio y desgano, la falta de entusiasmo y ganas de vivir, las ganas de soñar se ven envueltas en una nube de costumbre, cotidianidad y rutina. En ese momento es importante analizar tu vida.

Nadie te obliga a trabajar, nadie te obliga a despertar, recuerda que la vida es una sola y que la tienes que vivir con pasión.

Si sientes que has perdido la pasión de vivir, pues te invito a repensar tu existir, y a formularte preguntas claves como:

¿Me siento pleno como profesional? O trabajo para ganar dinero y mantener a mi familia.

¿Me siento pleno como padre o madre? O siento que con traer dinero a casa, lo demás que lo haga el nido, los abuelos, o la empleada.

¿Me siento realmente pleno en el papel que vivo, hija, hijo, padre, madre, esposo, esposa o simplemente estoy dejando pasar el tiempo?

Si las respuestas a estas preguntas te preocupan, pues es momento de tomar una decisión importante y crucial, es momento que te des cuenta que nunca es tarde para realizar tus sueños, si eres mayor, si tienes responsabilidades, si tienes una carga económica o social.

Sí, pero también tienes experiencias que nadie las tendrá
.
Piensa algo, la vida está llena de decisiones, algunas poderosas y otras cómodas. Siempre hemos escuchado de la zona de confort, pero en serio esa zona es la zona de la muerte. A veces por no salir de esa bendita comodidad y debido a ese miedo paralizante que nos inunda, evitamos exponernos y obligamos a nuestros seres queridos a vivir en una vida sin emoción, sin retos y sin sueños.

Como yo siempre digo, cuando alguien hace algo con pasión, porque ama lo que hace, porque realmente nació para ello, lo hará bien, desde hacer helados, hasta ser empresario y jamás olvides que tienes que luchar
.

Arriesga y triunfarás, pero jamás olvides que la perseverancia, la actitud positiva y el aprender de los errores y un Dios que te acompaña y te precede serán tus mejores aliados.

Encuentro En Soledad


La soledad no da miedo, trae beneficios y podemos aprovecharla  para clarificar nuestros sueños y alcanzar mejor nuestros objetivos, conocer gente nueva, vivir otras experiencias o aprender más sobre nosotros.

 La soledad bien gestionada te puede permitir los siguientes beneficios:
 1. Puedes conocer las ventajas de una vida sencilla
Debido al  ritmo del mundo actual tan rápido,  caótico y  ruidoso  hacemos cosas que  no nos gustan pero a los que no tenemos más remedio sin embargo podemos elegir. Aunque estar con amigos o pasar tiempo con la familia puede ser agradable, estar solos nos permite simplificar nuestros intereses.
Puedes clarificar tu mente

Muchas veces nuestra mente está saturada y estoy seguro de que no soy la única persona que está mentalmente saturada. Nuestras mentes tienen la capacidad de almacenar una gran cantidad de información que no siempre nos es útil. Por ello, tener tiempo a solas nos ayuda a poner en orden nuestras ideas, analizar los problemas que creemos tener y eliminar aquello que nos está causando caos mental.

Puedes aprender cosas de ti que ni te imaginabas
Cuando pasamos tiempo a solas nos damos la oportunidad de conocer lo que realmente pensamos sobre lo que pasa a nuestro alrededor. Este proceso no lo podemos llevar a cabo cuando estamos rodeados de mucha gente, al estar solos tenemos la capacidad de diferenciar entre nuestras ideas y las del resto del grupo.

Te obliga a ser menos dependiente
Nuestro espacio de soledad debe ser vital para nosotros, soledad no significa estar solo o necesitar el contacto con los demás si no un  cierto grado de independencia en nuestra vida diaria para mantenernos mentalmente sano. De hecho, la cantidad de interacción social y de soledad que necesitamos en nuestra vida diaria es similar.

Te darás cuenta que no necesitas tanto para ser feliz
Cuando nos damos el tiempo para estar a solas aprendemos que muchas de esas necesidades que creemos tener están basadas en el deseo de mantenernos en grupo y que realmente no las necesitamos. En ocasiones confundimos la necesidad de poseer bienes materiales con la posibilidad de estar a gusto dentro de nuestro entorno.

Aprendes sobre tu lado negativo

Todos tenemos aspectos negativos que no nos gusta enfrentar y por ello evitamos la soledad. Pero si nos permitimos entrar en este estado, no solo aprenderemos de las cosas negativas que tenemos, también podremos tomar las acciones necesarias para combatirlas o cambiarlas. Aunque esto es complicado, también es liberador.

Los beneficios de la soledad

La soledad no es algo a lo que debamos temer ya que no es necesariamente negativa. De hecho pasar tiempo solos nos puede ayudar a mejorar la relación más importante de nuestra vida: la relación con nosotros mismos

Conformismo Y Mediocridad

Cuando no tienes consciencia de tus hábitos nocivos, es frecuente que tu accionar en la vida sea en automático. Tampoco tienes integridad ni consistencia en tu vida. Esto te trae todo tipo de consecuencias, sobre todo indeseadas, ya que al no estar tomando perspectiva de las situaciones, te embarcas en todo tipo de arrebatos, juicios hacia los demás, quejas y sobre todo, en el conformismo.
El conformismo es un hábito que has desarrollado en base a la repetición, tal como se reproducen otros hábitos de cualquier tipo. Empiezas dejándote llevar por la queja, el aislamiento, el juicio sobre todo hacia las demás personas, creyendo internamente que tienes la verdad absoluta de todas las cosas. Y llega un momento en que te sientes tan desgastado, desganado y sin entusiasmo por la vida, que no sabes a qué atribuirlo.
Es así que, tal vez lo intuyas o lo sospeches: eres un mediocre.
El diccionario dice: “Que tiene poca inteligencia y no destaca por ninguna cualidad”. Lo cierto es que el propio mediocre jamás asumirá esta afirmación; si ya es fuerte saberte con poca inteligencia -que no necesariamente está relacionada con el saber enciclopédico, sino, en este caso más bien con tu inteligencia emocional-, es más contundente eso de que eres bueno para nada.
10 rasgos de las personas mediocres
Quieren tener mucho (especialmente cosas económicas) y no hacen nada.
Se quejan y critican a todo el mundo.
Son cómodos.
Suelen ser unos sabelotodo enciclopédicos con información de poca utilidad: intentan aparentar algo que no son.
Desprecian profundamente al que se destaca, sobre todo a los de su círculo cercano.
Son crueles con aquellos que tienen éxito y consiguen sus metas.
El mediocre se abandona en su zona de confort, y ni pienses en sacarlo de allí.
Su análisis de las cosas es: o bien muy básico, elemental; o bien, sumamente enciclopédico pero sin experiencia alguna. Tan es así que en muchos casos se aprenden las cosas de memoria para ostentar una fingida sabiduría.
Son copiones: les encanta robar ideas, porque no tienen generación propia
Son letales con los chismes y las actitudes negativas.
Si te reconoces en 2 o más de estos síntomas, puedes empezar a pensar que tienes una cuota de mediocridad mayor que la media. Si lo deseas, sigue leyendo si te interesa atravesar y salir de esta condición tan pobre como ser humano.
Siguiendo estos pasos podrás ir abandonando el hábito de la mediocridad en tu vida. La sugerencia es que trabajes uno por vez, al menos durante 60 días corridos, antes de pasar al siguiente paso para remover tu consciencia de mediocridad.
Como en todo, si abandonas no obtendrás el resultado. Si avanzas, podrás hacerlo a tu ritmo. Y no te asustes ni extrañes: los mediocres aman las recaídas, porque les encanta quejarse y jugar a las víctimas.
Haz una lista de hábitos de mediocridad. En una libreta nueva, dedicada sólo a esto, necesitarás bucear profundo e identificar todos aquellos hábitos que te han venido sometiendo a tu estatus de mediocridad hasta ahora. Desde no hacer la cama cuando te levantas, hasta hacer zapping todo el día en la televisión; incluye todas tus quejas, las críticas despiadadas que haces en voz alta y para tus adentros -puedes incluir aquellas que van hacia ti mismo-, y todo lo que envidias de los demás. No te limites a tres o cuatro cosas: he entrenado personas que, muy comprometidas consigo mismas, han llegado a escribir más de mil comportamientos mediocres cotidianos.
Abandona de inmediato y para siempre cualquier adicción que tengas. Al tabaco, alcohol, drogas o estupefacientes de cualquier especie (excepto los recetados por el médico), a la comida y a los pensamientos negativos. Necesitas 33 días seguidos de entrenamiento para cambiar un hábito. Si recaes, empieza de nuevo. Date la oportunidad de un nuevo comienzo.
Cambia tu rutina que llevas desde hace años. Necesitas incorporar por semana, al menos dos actividades nuevas, que van desde cosas pequeñas como ir por un camino diferente al trabajo, hasta vestirte con nuevos colores. Sostén esto de aquí en más.
Haz una actividad que te resulte muy incómoda. Por ejemplo, si quieres bajar de peso y sistemáticamente te resistes, ya sabes por dónde empezar; o si no vas al gimnasio por más que es altamente recomendado para ti, ahí tienes otra. Sostenla en el tiempo.
Lee un libro mensual de temas que no sean profesionales. Busca inspiración en biografías, ficción de cualquier género, y, sobre todo, de contenido optimista. Esto te permitirá incorporar un vocabulario diferente para usar de aquí en más, mientras incorporas algo nuevo.
Haz tu cuaderno de excusas. Cada vez que aparezca una justificación o excusa de cualquier tipo, la anotarás con día, hora y situación que la desencadenó. Inmediatamente, buscarás hacer consciente ese impulso aprendido muy mediocre, no darle lugar y reemplazarla por un pensamiento constructivo.
Enviarás al menos 3 felicitaciones por día de aquí en más. Puede ser a personas conocidas, desconocidas, compañeros de trabajo, un medio de comunicación, o un mensaje por el móvil. Todo lo que se te ocurra para hacerlo más a menudo y consciente te vendrá de maravillas.
Suelta la ansiedad. Quizás sea este el punto más desafiante, porque como toda la vida has sido mediocre y te has abandonado, ahora que empezarás a sentir el sabor de la sal de la vida con pequeñas acciones diferentes querrás más y más. Hazlo paso a paso. La ansiedad está en el futuro, y siempre necesitarás mantenerte en el presente para sostener este cambio de paradigma interno.
Registra cómo te vas sintiendo. Si te cuesta escribir, puedes grabar tus notas de voz relatando con todo detalle las emociones que van apareciendo. Te aseguro que empezarás a ver una vida maravillosa que siempre estuvo; solo que tu no la aceptabas para ti.
Deja de frecuentar a personas mediocres. Como estás en rehabilitación, necesitarás soltar aquellos vínculos nocivos de todo tipo. Al principio te costará, aunque después entenderás el por qué y el beneficio de hacerlo a consciencia.
Para terminar, unos conceptos asociados al excelente libro “El hombre mediocre”, de José Ingenieros, que te aliento a leer y practicar a tu ritmo, como complemento de este programa para dejar tu mediocridad.
“Las personas proactivas, positivas y creativas son las que le despiertan este vil sentimiento. Un talento desarrollado y llevado a la perfección es el mejor espejo en donde los mediocres se ven reflejados. La envidia no es más que la respuesta de las propias insatisfacciones personales ante quien les está evidenciando sus propias deficiencias o mediocridades. Por esto mismo, en vez de “emularlos”, los hombres mediocres optan por destruirlos y denigrarlos.
Los hombres mediocres son astutos y hasta pueden ser más inteligentes que el hombre promedio. Es más, la “mediocridad” supone estas cualidades antecedentes. Por ejemplo: una persona puede creerse un gran artista o un gran genio sobre la base de ciertos talentos heredados, adquiridos o perfeccionados. Pero cuando esta aptitud es contradicha por quienes en verdad lo son, si son humildes, los imitarán, si son soberbios, los envidiarán. Y esta es la típica reacción de hombre mediocre.
Otro aspecto que también es alarmante es el de saber enfrentar el binomio entre “creerse” y “ser”. Una cosa es creerse un gran artista o un gran intelectual y otra cosa, muy distinta por cierto, es serlo. La aptitud del creído contradice la aptitud del hombre superior. Es una falsa percepción de uno mismo.”

 ¿Y tú? ¿Dónde estás con este tema?

El Impulso Interior

En psicología hay dos tipos de motivaciones, las intrínsecas y las extrínsecas. Motivación intrínseca es aquellas que vienen de nuestro interior, y que no persiguen una recompensa externa. Es la que nos motiva a tener deseos de autorrealizarnos y crecer como personas. La que nos motiva a realizar tareas que nos den placer. Este tipo de motivaciones están vinculadas a la buena productividad, ya que lo que hacemos no es para recibir una recompensa, sino porque nos gusta hacerlo.  La motivación extrínseca es aquella que viene de afuera de nosotros. Aquí los factores que nos impulsan son recompensas externas, ya sea económicas o de reconocimiento social.

En este caso la motivación no tiene que ver con el placer que nos provoca realizar una tarea. Sino que más bien está concentrada en lo que percibimos de ella.

También existen las motivaciones positivas y las negativas. Las positivas son las que nos mantienen motivados, ya sea por la obtención de una recompensa en dinero, o por el placer que nos da hacerlo. La negativa es la que realizamos para evitar una circunstancia desagradable externa o interna.

La motivación es directamente proporcional al pensamiento positivo, a esperar el futuro con esperanzas. A vivir con alegría y ganas de avanzar. Cuando estamos alegres y esperanzados, nuestra motivación surge para cuidar que ese momento no sea fugaz.

Cuando nos fijamos una meta, a veces pensamos si vale la pena el esfuerzo, pero solo lo sabremos si logramos esa meta. Si fuésemos alpinistas, solo nos conformaría llegar a la cima, solo así el esfuerzo habrá valido la pena. 

Cuando somos mayores, tenemos recuerdos de algún momento en que estuvimos desanimados, por alguna circunstancia. Sabemos muy bien que siempre que estuvimos desmotivados hemos salido gracias a nuestra fuerza de voluntad y el apoyo de nuestra familia o amigos. Hay que tener en cuenta que la fuerza que nos impele a estar motivados viene de nuestro interior, no importa la edad ni si hay recompensa o no. Solamente cuando estamos motivados somos capaces de lograr lo que nos propongamos.

 ¿Cómo hacer para motivarnos?
Siempre debemos pensar en positivo, nuestros pensamientos van a influir en cada paso que demos.
Escribir a modo de diario personal que progresos vamos logrando. Así tendremos registro de que es lo que vamos consiguiendo en el corto y mediano plazo.

Visualicemos mentalmente la meta que queremos alcanzar, algunos minutos por día nos darán la fuerza para enfrentar el camino a seguir.

Un día podemos tener una falla, pero dos, no. No todos nuestros días son iguales, algún día podemos tener pereza. Pero no nos podemos permitir en nuestra mente, dos días de retraso.

Preparémonos mentalmente para los momentos de bajón emocional. Y tengamos listas las ayudas que nos pueden servir para salir. Pero no nos permitamos nunca abandonar el barco.

Hagamos una lista con las razones para estar motivados. Conocer el “Por qué lo hacemos”.  Tenerlo por escrito es la “vacuna” contra la pereza, y sobre todo contra las excusas.

Descubramos nuestras verdaderas pasiones, aquellas que nos da placer realizar.


 Y recordemos siempre, que conocer nuestra motivación, es el camino hacia la autorrealización personal.

Luciérnagas En La Noche

Hay pocas cosas más encantadoras, en todo el sentido de la palabra, que las luciérnagas en la noche. El recuerdo de luciérnagas cuando éramos niños puede ser uno de los más fantásticos: pequeñísimos insectos emitiendo luces aquí y allá, alucinadamente. Pero además de su carismático show de luces, las luciérnagas son insectos maravillosos.

No es que trasmuten metales en oro, pero sí crean luz como por arte de magia. Cuando un químico llamado luciferina (nótese la misma raíz latina que Lucifer) dentro de su abdomen/cola se combina con el oxígeno, el calcio y el trifosfato de adenosina, ocurre una reacción química que genera una luz espectacular.

La luz producida por las luciérnagas es la luz más eficiente que jamás se ha hecho. Casi el 100 por ciento de la energía en la reacción química es emitida como luz; en comparación, un foco sólo emite el 10 por ciento de su energía como luz, el otro 90 por ciento se pierde como calor.

Cada especie tiene un patrón específico de flashes de luz, y los machos usan este patrón para avisar a las hembras de la misma especie que serían un buen partido para ellas. Cuando una hembra encuentra un partido prometedor, responde con su propio patrón de intermitencias.

La ciencia no está segura de por qué sucede esto, pero algunas especies se sincronizan en un hermoso juego de luminiscencias.

Ahora que se ha puesto de moda comer insectos, al menos las luciérnagas estarán a salvo porque, al parecer, saben horrible. Su sangre contiene una sustancia llamada lucibufagina que es un esteroide de defensa que tiene un sabor insoportable. Los predadores asocian el mal sabor con la luz de la luciérnaga y aprenden a no comer bichos que brillan.

Si cada verano ves menos luciérnagas, no estas solo. Las poblaciones están en declive debido a la combinación de contaminación de luz, uso de pesticidas y destrucción de hábitats. De acuerdo al Smithsonian, si pavimentas un campo donde viven las luciérnagas, estas no emigrarán a otro campo, simplemente desaparecerán para siempre. La extinción de su luz es la extinción de su especie.

Un mundo sin luciérnagas sería, sin duda, un mundo más triste.


Para ayudar a preservarlas puedes ahorrarte los químicos; dejar que los caracoles y gusanos vivan en tu jardín (algunas se alimentan de estos); proporcionar refugio en setos o plantas frondosas; plantar flores (algunas se alimentan de estas); reducir la luz de tu casa (se confunden con la luz artificial y mueren quemadas); no capturarlas.

Juventud Truncada

En Bangladesh, donde dos de cada tres niñas son obligadas a casarse antes de los 18 años, cada vez son más las adolescentes que deciden luchar para cambiar un destino que las condena a ser adultas antes de tiempo.

A pesar de que la ley prohíbe el matrimonio infantil, el gobierno bangladesí no controla su cumplimiento ni aborda los factores que lo posibilitan. En muchas comunidades, las niñas son consideradas una carga económica y las familias creen que entregando a sus hijas a un marido –a menudo mucho mayor que ellas–, les asegurarán su supervivencia y manutención, además de protegerlas ante agresiones sexuales. La práctica de la dote, muy extendida, tampoco ayuda: cuanto más joven sea la novia, menor será la cantidad a entregar.


La realidad, sin embargo, es amarga. Las niñas casadas dejan la escuela, tienen más posibilidades de sufrir malos tratos, engendrarán más hijos y tendrán menos posibilidades de contar con ingresos propios, lo que perpetuará su dependencia del marido. Además, las muertes relacionadas con embarazos precoces son la primera causa de mortalidad en adolescentes. 

En este contexto, la educación y la sensibilización son claves para luchar contra esta lacra.

viernes, 8 de marzo de 2019

Ocupando Nuestro Lugar

A veces para ocupar nuestro lugar hemos de romper con ataduras emocionales y energéticas, permitiéndonos observar para adentrarnos a ciertos miedos y creencias, apegos y necesidades, por doloroso que sea…

A veces quedamos enganchados a historias vividas, amigos encontrados, amores dejados…
A veces nos es más fácil no mirar atrás que ir a recuperar eso que dejamos allí, en una situación, en una persona, en un lugar, etc…

A veces nos es más fácil no mirar atrás que ir a devolver aquello que nos tomamos sin que nos perteneciera (energía) de una situación, de una persona, de un lugar…

A veces para ocupar nuestro lugar hemos de dejar espacio a lo nuevo y desconocido diciendo adiós a lo viejo y conocido por doloroso que sea…

A veces no nos queda otra que ocupar nuestro lugar para poder avanzar…

Si aprendemos a detenernos, de tanto en cuanto, y recapitular para aprender de lo vivido, de lo experimentado, de los “hola” y los “adiós”…por doloroso que sea….Si aprendemos porque conocimos eso o a esa persona…si aprendemos porque vivimos eso…si aprendemos porque experimentamos eso….aprenderemos por qué eso partió…eso terminó…aprenderemos a recuperar nuestra energía….aprenderemos a dejar de mirar atrás con dolor…para poder permitirnos mirar atrás con la más bella de nuestras sonrisas…para poder permitirnos mirar atrás sabiendo que todo está en orden…en paz…

Todo lo que vivimos es porque hemos de vivirlo…las casualidades no existen…y todo lo que vivimos…siempre lleva un aprendizaje para nosotros…siempre…aunque a veces no se lo veamos o pensemos que es para los demás…De cada experiencia…de cada vivencia…de cada palabra…de cada sentir, siempre hay algo para nosotros…siempre la magia de la vida nos regala la oportunidad de conocer algo más de nosotros mismos…

Si nos permitimos, con verdadera humildad, ver que es aquello que la vida nos está enseñando en cada momento, comprenderemos lo necesario que es pasar por cada situación…comprenderemos lo necesario que es haber vivido lo que hemos vivido….y si aprendemos eso….aprenderemos a agradecer por ello….transmutando el dolor por el amor…

Si nos permitimos, con verdadera humildad aprender del dolor, aprender a observarlo, escucharlo, aceptarlo, amarlo…..aprenderemos a agradecer por ello…transmutándose el dolor por el amor…

Si aprendemos a agradecer por ello…aprenderemos a soltar…
Si aprendemos a soltar…aprendemos a avanzar…
Si aprendemos a avanzar….aprendemos a ocupar nuestro lugar…
Si aprendemos a ocupar nuestro lugar…aprendemos a estar aquí y ahora…
Si aprendemos a estar a aquí y ahora…aprendemos a estar en conciencia de ser…


Si aprendemos a estar en conciencia de ser….SOMOS!