sábado, 8 de junio de 2019

El Laberinto

Cuenta la mitología de los cretenses, Que Minos, hijo de Zeus y de Europa, pidió a Poseidón ayuda para suceder al rey Asterión de Creta, en su disputa por el trono con sus hermanos Radamantis y Sarpedón.
Accediendo a su pedido, Poseidón hizo surgir de los mares un hermoso toro blanco con el propósito de que Minos, en señal de agradecimiento, lo sacrificara en su nombre.
La belleza del toro blanco, era tal, que Minos lo ocultó y sacrificó en su lugar, un toro de sus rebaños, como la mentira y el engaño tienen patas cortas, Poseidón en venganza, hizo despertar en Pasífae, la esposa de Minos, una incontrolable atracción sexual por el toro blanco, como consecuencia, Pasífae engendró un monstruo con cuerpo de hombre y cabeza de toro.
Debido a su ferocidad y a que sus hábitos alimenticios eran de comer carne humana, recurrieron a un artesano llamado Dédalo, para que buscara la forma de encerrarlo, este artesano ingenió un laberinto donde enceraron al llamado “Toro de Minos”, lo intrincado del laberinto hacia que aquellos condenados a servir de alimento al toro, una vez entrados en el, deambulaban perdidos por sus senderos sin poder encontrar la salida, de más está decir, el triste final de estos infelices.
La historia es interesante y lo que expongo es una síntesis muy escueta, confieso que al leerla, no pude evitar asociar al laberinto construido por Dédalo, con los intrincados caminos creados por la ingeniería humana, para encerrar la imagen de Dios y volverla inescrutable, lo mismo ha sucedido con nuestro Salvador y Redentor, los que le buscan deben internarse en el mismo laberinto, en el cual han pretendido esconder vanamente a su Padre;  sobre los constructores de tamaña confusión pesan  las siguientes palabras:
“Luego que hubo hablado, le rogó un fariseo que comiese con él; y entrando Jesús en la casa, se sentó a la mesa.
El fariseo, cuando lo vio, se extrañó de que no se hubiese lavado antes de comer.
Pero el  Señor le dijo;: Ahora bien, vosotros los fariseos limpiáis lo de fuera del vaso y del plato, pero por dentro estáis llenos de rapacidad y de maldad.
Necios, ¿el que hizo lo de fuera, no hizo también lo de adentro?
Pero dad limosna de lo que tenéis, y entonces todo os será limpio.
Más ¡ay de vosotros fariseos! Que diezmáis la menta, y la ruda, y toda hortaliza, y pasáis por alto la justicia y el amor de Dios. Esto os era necesario hacer, sin dejar aquello.
¡Ay de vosotros fariseos! Que amáis las primeras sillas en las sinagogas, y las salutaciones en las plazas.
¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! Que sois como sepulcros que no se ven, y los hombres que andan encima no lo saben.
Respondiendo uno de los intérpretes de la ley, le dijo: Maestro, cuando dices esto, también nos afrentas a nosotros.
Y él les dijo: ¡Ay de vosotros también intérpretes de la ley! Porque cargáis a los hombres con cargas que no pueden llevar, pero vosotros ni aun con un dedo las tocáis.
¡Ay de vosotros, intérpretes de la ley! Porque habéis quitado la llave de la ciencia; vosotros mismos no entrasteis, y a los que entraban se lo impedisteis.
Diciéndoles él estas cosas, los escribas y los fariseos comenzaron a estrecharle en gran manera, y a provocarle a que hablase muchas cosas; acechándole, y procurando cazar alguna palabra de su boca para acusarle.”
Lucas 11: 37 al 46, 52, 53

El camino al calvario en la cruz, ya empezaba a recorrerse.

viernes, 7 de junio de 2019

El Desborde De La Violencia


Vivimos insertos en la vorágine de las comunicaciones, los ríos por donde fluyen las relaciones humanas están plagados de redes, que con el señuelo de mantenernos informados, en realidad nos van dejando prendidos en medio de una maraña de sensaciones, que incitan los sentidos,  cual si ingresáramos en un desenfrenado  free way  cuyo destino permanece incierto, allá adelante, en un punto sin precisar en algún lugar de la conciencia

Hoy hablamos de la violencia como quién habla de una mitológica hidra de mil cabezas a la que nos resulta imposible enfrentar, pues cada vez que nos enfocamos en alguna de sus fases, parecería ser que ésta  se bifurcase una y otra vez en nuevas y terribles expresiones de furor.

La  violencia forma parte de lo cotidiano como una consecuencia natural de nuestro entorno, es la expresión viva de nuestras frustraciones, la máscara donde se ocultan las promesas incumplidas, los proyectos postergados, los mañanas de cambio que nunca llegan, los presentes  que se mofan de nuestros previsibles fracasos y de la ridiculez de nuestras cada vez menos creíbles excusas.

La violencia se ha instalado en el centro de todas las emociones humanas, la hemos encumbrado nosotros mismos, es la llave maestra de todas las justificaciones, el comodín que hace posible nuestras jugadas, la que nos recubre de una pretendida impunidad, cuando muy dentro, en lo profundo de nuestro yo, intentan accionar  “los frenos de la conciencia”  que todavía, aunque con una voz apenas audible nos recuerden quiénes somos y que es lo que se espera que hagamos en determinadas  circunstancias.

La violencia que portamos  cual si fuera un virus de virulencia transmisible es fácilmente detectable y se clasifica de acuerdo a las diversas formas en que se manifiesta, lo que equivale a decir, que aunque la enfermedad sea la misma se diversifica según sus síntomas  externos.

De manera de que si somos violentos en el ámbito familiar, tanto al o los agresores al igual que  a sus potenciales víctimas se les clasifica en lo que hemos denominado: Violencia Doméstica.

Y la sintomatología de la violencia continúa, decimos: la violencia de género;  de acoso sexual;  las que atentan contra las minorías, étnicas o religiosas, las que se expresan en agresiones a la minoridad, a los indocumentados, las homofobias, las “barras bravas” en el deporte, en los sindicatos, en las corporaciones, en los institutos de enseñanza, en la inseguridad de las calles, en el tránsito, etc. etc.


En fin, un enorme rosario cuyas cuentas repasamos una a una como quien intenta expiar una culpa mediante  una penitencia, que por ser un “mal de todos”  se desvanece y difícilmente pase los umbrales de las meras intensiones, tal cual lo expresa el refranero popular cuando nos sentencia que: “ el mal de muchos es el consuelo de los tontos”.

El Alegato


La defensa de Jesús estuvo a cargo de Nicodemo, en este sentido, José Pallés, imputa a este miembro del sanedrín, un extenso alegato que es una extraordinaria pieza jurídico-literaria.

En él se precisan, con elocuencia impresionante, las violaciones a la ley judía que se cometieron en el proceso a el maestro. Burgoa afirma que sin duda, se puede afirmar que la defensa de Nicodemo, es una de las más célebres que registra la historia de la oratoria forense.

He aquí parte del alegato de Nicodemo:
"Vengamos, pues, señores, al estudio detallado de la cuestión y veamos si el sanedrín ha procedido en la causa de Jesús, conforme a lo que prescribe terminantemente la ley, conforme a lo que enseña la inveterada costumbre del pueblo y por último, conforme a lo que muchos de vosotros enseñáis en las escuelas de que sois maestros. Y como se trata de jueces que deben de conocer a fondo la ley y como me dirijo a hombres que son doctores en ella, resultará necesariamente que una falta tan ostensible y grande en tan grande número de jueces, sabios y maestros, no puede proceder ni de ignorancia, ni de olvido, ni de mala inteligencia, sino que el motivo debe buscarse  en otra causa que os ahorraré el disgusto de oírme repetir, si logro, pues, probar la falta contra la ley que os indico, no solo quedará probada indudablemente la inocencia de Jesús, sino que yo me hallaré plenamente justificado de las inculpaciones que se me pudieran dirigir y libre del castigo severo a que, no siendo así, me haría justamente acreedor....".

"...veamos, pues, si en la primera parte del procedimiento criminal usado en nuestro pueblo, se ha faltado o no, veamos si se ha dado á los debates de la causa de Jesús de Nazaret, la publicidad exigida, por la ley, para prevenir todo efecto de alucinación o de injusticia en los jueces y para que el pueblo se convenza por sí mismo de que se conduce a un criminal y no se entrega a un inocente á la muerte afrentosa del patíbulo. ....".

"...la ley ordena terminantemente que se entienda en todas las causas, particularmente en las criminales, a la luz del día, prohíbe que se haga con las puertas cerradas, y da por nulas las sentencias de muerte que no se dicten en el cónclave gazith, a la sombra del santuario y con las imponentes y terribles formalidades prescritas para el caso...".

"...ahora bien; ¿necesitaré preguntaros si esto se ha hecho en todo o en parte en la causa de Jesús de Nazaret? ¿necesitaré deciros que esta casa no es el cónclave, donde solo puede reunirse el tribunal para sentenciar, que estamos lejos de la venerada sombra del santuario; que nos hallamos a plena noche; que para complemento de ilegalidades las puertas de esta casa se hallan cerradas, y que faltando la luz del día, la sala gazith, el santuario, el pueblo y todos los  accesorios indispensables, no se puede dar a la sentencia el carácter exigido por la ley, no se puede promulgar con el terrible aparato que la ley ordena, no se pude dictar con las formalidades que de nosotros exige el altísimo?. ...".
"...si protestáis de vuestro buen deseo, si me encarecéis vuestro afán por hacer justicia, yo os contestaré que ante todo debéis procurar no parecer tan injustos y que si tanta es vuestra rectitud, si tan grande es vuestro amor a la justicia, debéis anular todo lo que se ha hecho, debéis a vuestras casas, presentaros al cónclave mañana y ahí empezar de nuevo la causa, si es que vuestra conciencia no os dice a gritos que Jesús de Nazaret es inocente, que Jesús de Nazaret debe ser, desde luego, puesto en libertad, después de darle una reparación igual a las ofensas que le habéis hecho. ....".
0"...el segundo punto que contribuye a formar parte del procedimiento en lo criminal entre los israelitas, consiste en la libertad absoluta y completa de defensa que se deba al acusado, veamos, pues si respecto a este punto habéis estado dentro de la ley más que el anterior en todo lo que concierne a la causa de Jesús de Nazaret. ...".

“... y os preguntaré desde luego, si la libertad absoluta y completa de defensa que la ley concede a los acusados, se ha dado a Jesús de Nazaret. A esa pregunta solo hay una contestación y la contestación que tiene no es, por cierto la que debería de tener; á esta pregunta únicamente puede contestarse diciendo que, lejos de permitir á Jesús la más absoluta libertad de defensa, hace procurado poner todos los obstáculos imaginables para impedir que un inocente, tenga ante el tribunal de Israel quien tome su causa con el empeño con que se toman, por los defensores, las causas de los más viles asesinos o ladrones. .."

“... ¿qué significa, jueces de Israel, que Caifás, el gran pontífice haya conjurado por el santo nombre de dios a Jesús de Nazaret, para que contestara a una pregunta tan mal intencionada, tal ilegal como capciosa?, ¿no significa acaso el propósito firme y decidido de condenarle a muerte? ¿No significa que las deposiciones de los testigos acusadores han resultado del todo falsas y que con propósito deliberado, se busca el medio para el cual se le pudiera sentenciar á la última pena? ¿Dónde está aquí, pues, la libertad de defensa, cuando el gran sacerdote se esfuerza en inutilizar las pruebas de la inocencia de Jesús, que han resultado necesariamente de las interrogaciones de los testigos acusadores? Se establece así, contra Jesús de Nazaret una jurisprudencia particular, una jurisprudencia ilegal, una jurisprudencia que bien puede llamarse, jurisprudencia de la venganza.....".
"...y eso no es todo aún, dejad que me haga cargo de otra ilegalidad de las que han acompañado el acto de Caifás, ilegalidad, que si la vemos iniciada por el pontífice; no solo es del pontífice, sino que su responsabilidad cae también sobre vosotros en las mismas proporciones puesto que no solo lo habéis tolerado, sino que lo habéis prohijado, y haciéndoos solidarios de ella con el regocijo del que no espera un buen resultado y lo obtiene impensadamente, lo habéis hecho servir de base para proferir el intempestivo, el ilegal, el injusto, ¡es reo de muerte!, sentencia precipitada, que descubriendo vuestros corazones, me autoriza a deciros que, antes de empezar la causa, tenías ya dictada la sentencia, resultara lo que resultase de las indagaciones mentidas que abrierais para descubrir la verdad. ...".
"...como primera garantía ofrecida por la ley al acusado está la obligación de examinar a los acusadores delante del pueblo, y que las acusaciones y las defensas se den en público, a fin de que los jueces no osen postear la ley, y, al objeto de que juzgue el pueblo a los jueces, al acusado y a los testigos, ...¿dónde está esta garantía contra las deposiciones falsas de los testigos, en la causa del justo, que tan audazmente ha sido calumniado aquí?....".

"...termino ya... la inocencia de Jesús se halla plenamente demostrada y las acusaciones que os he dirigido están evidentemente probadas; creo que he dado cumplimiento a la misión que he recibido en la tierra, y ya no me importa morir. ¡Ojala que esto suceda antes que las manos de Israel teñidas en la inocente sangre de su mesías!... ".

Pretendimos extractar algunas de las frases más representativas del discurso de Nicodemo ante el sanedrín, en la interpretación del escritor José Pallés. Quién a pesar de que pudo imprimirle una mayor trascendencia dramática, es indudable que en el que se reflejan de modo lacerante, la proclividad de este tribunal a condenar a Jesús aún a costa de violar sus propios preceptos legales.


Pensamos que ante los hechos de pública notoriedad, bien vale la pena que repasemos quienes somos, o mejor dicho, que se supone que deberíamos ser.

Masticar Una Respuesta

Cuando tú me mencionas que según tu parecer, experimentar no es rumiar, pues consideras que el  proceso de analizar consecuencias de un acontecimiento dado, debe corresponder a otra etapa, y que la misma, forzosamente, deberá ser posterior al experimento en sí mismo,
te pregunto: cuando nos relacionamos con otras personas, ¿no necesitamos recurrir a nuestras vivencias pasadas? ¿el cúmulo de estas vivencias no son las que nos convierten en personas con experiencia de vida?

Ahora bien, veamos, un acontecimiento cualquiera se torna experiencia cuando es sometido al proceso de comparación con otros que hayamos tenido, uno puede morir de un tiro certero, pero si no vive el proceso no se puede considerar experimentado en la muerte.

Experimentar es forzosamente comparar, de manera, amigo/a , que te refugias en el anonimato, te sugiero que comiences " a rumiar" cuanto antes tus experiencias de vida, la criatura humana no debe comportarse cual si fuese una pelota de ping -pong. 

En cuánto a la festividad de carnaval en sí, tienes tu mucha razón, he vivido la rica experiencia de llevar muchas veces a mis hijos, a mis sobrinos, y ahora a mis nietos, al carnaval, poseo el humor suficiente para disfrutar con ellos de esa sana alegría, también es bueno reconocer la riqueza creativa de esa expresión cultural que tanto nos gusta a los uruguayos.

Pero, sabes que, mis hijos, mis sobrinos, han crecido, mis nietos lo harán más adelante, nosotros los adultos, cumplimos con lo que se ha transformado en una tradición y revivimos en ellos los tiempos pasados, cuando la inocencia nos hacía ver hadas y magos, payasos y arlequines detrás de cada cara pintada. 

Pero mi amigo/a anónimo, ¿cuánto tiempo ha pasado desde que los niños se fueron a dormir y te has dejado llevar por la ronda de fantasmas, de miedos y miserias que acechan y golpean tu vida cada día?


La reflexión de carnaval publicada, se refería a los niños que ya no son, a los adultos que quizás sean sus padres o sus abuelos, una querida amiga me había contado unos días atrás, que su nieta estaba embarazada, una jovencita, sobrina mía, me comento que ella, con apenas 16 años, estaba embarazada, leo los periódicos y veo los efectos del alcohol y las drogas, he ido a bailar, a divertirme, y en esa algarabía pude apreciar la transformación en los rostros de los evadidos, jóvenes y adultos, que una vez, bajada la cuesta, cuando termina la fiesta, lloran en silencio sumidos en la depresión.

El Entusiasmo


“La palabra entusiasmo proviene del griego y significa tener un Dios dentro de sí.
La persona entusiasta o entusiasmada era aquella que era tomada por uno de los dioses, guiada por su fuerza y sabiduría, y por ese motivo podría transformar la naturaleza que lo rodea y hacer que ocurrieran cosas.

Sólo las personas entusiastas eran capaces de vencer los desafíos de lo cotidiano.  Era necesario por lo tanto entusiasmarse para resolver los problemas que se presentaban y pasar a una nueva y mejor situación.

El entusiasmo no es una cualidad que se construye o que se desarrolla. 

Es un estado de fe, de afirmación de sí mismo.”  

El Cantar De Los Cantares

El incursionar en el contenido de este libro de poemas,  atribuido a Salomón, nos conduce a ciertos aspectos de la vida de los hombres y su relación con su creador, que nos pueden ayudar a conocer desde otra perspectiva, radicalmente diferente, a los balbuceos y gregreos, a los cuales han recurrido los “versados entendidos”, en su vano intento de “explicar” las razones por las cuales este hermoso texto, se haya “infiltrado” dentro del contenido de un compendio de libros cuyo contenido es considerado como “la palabra de Dios”.

Las mencionadas razones de su inclusión, fueron ampliamente conocidas por los antiguos rabinos, aquellos que estuvieron al tanto de los sagrados principios de la creación, la concepción del hombre y la mujer a la “imagen y semejanza de Dios” semejanza que incluía los atributos sexuales de uno y otro totalmente diferenciados y complementarios.

Este es un tema que por su trascendencia merece ser tratado con seriedad y sin pacatas ambigüedades, si como todos concordamos, la gloria de Dios es la inteligencia, hagamos uso de esta cualidad para describir situaciones que han sido debidamente explicitadas por sus autores, aunque, los “intérpretes de siempre” nos lo intenten esconder “mimetizando” diversos pasajes de las escrituras en el medio del follaje lirico y asexuado de la “santidad”.

Pero lo que está escrito, escrito está, así que de la misma manera, en que nos han acostumbrado los predicadores de la Biblia, que cada vez que citan cualquier pasaje de las escrituras, nos las rubrican con la afirmación: Palabra de Dios, ¡Aleluya! Permítaseme a mí también, invocar la misma actitud.
“Pero el rey salomón amó, además de la hija de Faraón, a las de Moab, a las de Edom, a las de Sidón, y a las heteas”:

Gentes de las cuales Jehová había dicho a los hijos de Israel: No os llegaréis a ellas, ni ellas se allegarán a vosotros; porque ciertamente harán inclinar vuestros corazones tras sus dioses.
A estas, pues se juntó Salomón con amor.

Y tuvo setecientas mujeres reinas y trescientas concubinas: y sus mujeres desviaron su corazón”

NOTA:
“Los escribas de la época no han tenido ningún prurito en responsabilizar a éstas damas por las supuestas desviaciones del autor”

Sin duda la sexualidad es un atributo divino, les invito, luego de esta lectura, a deleitarse con la lectura de la Biblia, que abran sus páginas inspiradas y disfruten de una pieza única en su género, fruto de la inspiración de Salomón, tan sublime como una melodía de los cielos, la poesía de los dioses, sus expresiones de amor y placer, para quién llevan dentro de su corazón.

Volvamos a nuestro tema, la sexualidad de los dioses, resulta evidente que en los estratos esotéricos de las religiones, se tiene un cabal conocimiento de esta realidad, incluso en aquellas que enarbolan el estandarte de la abstinencia sexual, guardan en los cofres del silencio la impunidad de sus desviaciones.

La estrella de David, que podemos observar en los pabellones patrios, es un símbolo de la sexualidad, los triángulos invertidos representan los componentes masculinos y femeninos de la creación, en la actualidad, delante de nuestros ojos, que miran pero “no pueden ver”, se levantan ostensibles,
los símbolos fálicos del patriarcado, en la cima de las fachadas de edificios religiosos, deberíamos saber, pero lo ignoramos, que existen personas que profesan en lo íntimo de sus convenios religiosos, el matrimonio plural, se consideran sacerdotes y sacerdotisas del más alto dios, se unen por tiempo y eternidad, porque aspiran a ser dioses.


Sí, estimado lector, es el Cantar De Los Cantares, disfrútelo sin miedo, y, al culminar, si ha sido de su agrado, manifieste: “Palabra de Dios, ¡Aleluya!

El Animal Rumiante


Cuando estamos en carnaval, una festividad que perdura como las flores silvestres, sin importarle en absoluto el clima adverso que desde los tiempos del paganismo ha debido soportar, pase lo que pase, cualesquiera sean los pronósticos, “los diablos se sueltan en carnaval” y la alegría y el desenfreno toman cuenta de nuestras almas en pugna, que se debaten entre lo “diabólico y carnal”  y  lo “sensual y sublime”

Carnaval, para nosotros suena como: primavera, verano, otoño, invierno, navidad, año nuevo, etc. hitos que marcan nuestro pasaje por la vida, como tantos otros que nuestra mente registra y acondiciona en el recuerdo según la profundidad de su huella emotiva.

La sucesión de experiencias de vida van dando forma a nuestro “yo” y su hilo conductor nos lleva a ser lo que “sentimos que somos” en nuestro fuero íntimo, en lo más recóndito de nuestro ser, allí, donde el “yo” y el “ser” se interrelacionan para darnos una expresión exterior, la que se suele identificar como: carácter o personalidad.

El conflicto a superar, es aquél que surge cuando el “yo” que percibimos, no concuerda con lo que pensamos que “deberíamos ser” ya sea esta sensación, el fruto de una severa autocrítica,  o lo que captamos desde el exterior, las señales enviadas por aquellos que conforman el entramado social en el cual transcurre nuestra existencia.

Es allí, en el fuero íntimo de cada uno, donde se realiza el “proceso digestivo”  de nuestras experiencias de vida, veamos:

Cuando yo era un niño escolar, participé, a la par de mis demás colegas de clase, de una exposición cuyo tema versaba en “el proceso digestivo de los rumiantes” y como vivíamos en el campo y nuestras familias tenían vacas lecheras, la disertación derivó forzosamente, a nuestras vacas y su condición de rumiantes, confieso que tal situación, la para mi nueva faceta de nuestras vacas, me resultó, en principio un tanto cómica y comencé a reírme y hacer algunas bromas con los demás niños de la clase.
Cuando la docente dio por finalizada la clase, todos los niños se apresuraron a salir a jugar al patio de la escuela, es decir, todos menos el suscrito, la maestra me detuvo en seco, los métodos pedagógicos de la época lo permitían, me tomo de una oreja, me sentó en la mesa de estudio y me dijo que debía escribir “quinientas veces” la frase: “la vaca es un animal rumiante”.

De manera que me considero con la suficiente autoridad como para referirme a este tema, máxime, cuando aquella lección me ha dejado una profunda enseñanza.

Mientras me dolían y acalambraban los dedos de mi mano derecha, de tanto repetir la misma frase, en realidad no tengo la menor idea de cuántas veces lo hice, pues la maestra consideró suficiente castigo las cinco o seis hojas escritas, ella, mi maestra, me explicó en forma clara y sencilla, el proceso del rumiado y sus resultados, en la nutrición de este noble animal.

La vaca se alimenta, es decir, come pasto, alfalfa, ración, bebe agua, etc. y luego busca un lugar, se echa y comienza  el proceso de rumiado, rumiar implica volver a masticar, una y otra vez, el alimento ingerido, esto le permite extraer todas las propiedades nutrientes del alimento.

Este proceso, una vez aprendido, en aquella inolvidable lección escolar, es el que aconsejo aplicar en nuestras vidas, no tengo ninguna duda, que la criatura humana, debería rumiar, una y otra vez, sus experiencias de vida, volver a evaluar los acontecimientos, tantas veces como fuese necesario, para extraer de los mismos, la mejor de las conclusiones posibles.

Cuando hablamos de experiencias de vida, la propia palabra nos lleva etimológicamente al concepto de experimento y me pregunto: acaso experimentar no es rumiar? No es pasar por distintas etapas un proceso hasta alcanzar un resultado? La experiencia adquirida es aquella que nos permite conducirnos con seguridad por la autopista de la vida, algunos la adquieren y la utilizan, otros, quizás la gran mayoría de los mortales, se comportan como si estuviesen en un parque de diversiones y suben al volante de los “autitos chocadores” hasta que se les termina el boleto,  entonces descienden de sus vehículos y manifiestan doloridos, que dura que es la vida.

En fin, así las cosas, pero como dije al comienzo, estamos en carnaval, y en esta fecha se suelta todo, la mente, el cuerpo, la alegría autentica de quién la disfruta, y la fingida, aquella que se busca encontrar en la falsa sonrisa y que aflora descontrolada luego de algunas ingestas de alcohol, para algunos es simplemente beber hasta obnubilar los sentidos, para otros, es beber y consumir algo más, es intentar alcanzar una quimera, acallar frustraciones que lastiman, esas que en lugar de esfumarse, se aferran con sus garras en lo profundo del alma, bien adentro, donde intenta esconderse ese “yo” interior, que por momentos confunde la conciencia y se parece más a “un me parece que yo soy” les invade la fantasía por algunos instantes de anhelada evasión, hasta que la incertidumbre vuelve, y les deja solos nuevamente, indefensos , frente a sus miserias de siempre.

Otros que se suelen soltar, son los fantasmas, los que no vemos pero sí nos hacen sentir su presencia, ellos juegan a la ronda, tomados de la mano, con “con nuestros miedos, nuestras aprensiones, con nuestros “que dirán” con los “pecados” que hemos ocultado presurosos “debajo de la alfombra” sus ruidos y desenfado sacuden de tal forma nuestra mente cual si fuese un terremoto, y todo, absolutamente todo, se entrevera cual mazo de barajas en manos del destino, y se suman a la ronda todos los episodios de vida que nos han dejado su huella indeleble desde la lejana niñez hasta nuestros días actuales
.

Entonces, no les queda otra, que la de reír, reír, cantar y saltar, sacar a pastar “nuestras burradas”  en el prado del desenfreno, y en plena algarabía, les llegan, como de muy lejos, las estrofas de alguna vieja canción:  “ Ay que beber, bebiendo se es feliz, ésta va por mí, la otra por usted, ¡viva la alegría y el amor!”.

Nuestro Compromiso



Cuando se habla de recursos productivos nos resulta inevitable el referirse a ellos, sin mencionar la evidencia de que los mismos, son cada más escasos y difíciles de obtener y preservar.

Esto que mencionamos es una realidad que se impone y se manifiesta en todas las actividades humanas, incluyendo, como en este caso, la propia tarea intelectual de dar forma y sentido a un conjunto de palabras, que una vez escritas, puedan constituirse en un producto final – en este caso un comentario - que pueda ser un aporte constructivo a la capacidad de análisis de todos los que accedan a su lectura.

El espacio de una hoja en blanco no es ilimitado, y mucho menos lo es, el que pueda dedicar para su publicación, un medio de difusión, el cual debe distribuir con sumo cuidado cada centímetro destinado a cubrir su oferta informativa a los potenciales lectores.

Es la circunstancia descrita, el gran desafío que se debe enfrentar en la elaboración de un tema, sin importar la relevancia e interés que pensamos pueda suscitar, será, la limitación del espacio disponible, sumado a la predisposición del lector a rechazar tramos extensos de lectura, condiciones que imponen al autor de un texto, el uso de toda su capacidad de síntesis creativa en la redacción del mismo.

De manera que intentaremos economizar al máximo el espacio disponible utilizando la clásica ecuación anunciada en el título de este artículo como elemento base para nuestra reflexión.

He aquí nuestro esquema:

En este caso, el Capital, simboliza la riqueza expresiva adquirida a través de la inversión en el estudio, la dedicación, y la constante acumulación de nuevos conocimientos que nos permitan capitalizar las oportunidades que nos pueda brindar el medio, en el cual nos movemos y compartimos con nuestros semejantes.

Lo mismo ocurre con el concepto Tierra, que representa a todos los elementos de apoyo que utilizamos para plasmar una idea en una realidad concreta, como lo puede ser el teclado de un computador o la simple hoja de papel, la cual es el resultado final de una cadena productiva, que comienza en las plantaciones de árboles, y prosigue con la instalación de una planta de producción de pasta de celulosa, hecho que menciono por razones obvias de publica notoriedad.

El Trabajo, es la manifestación de nuestra voluntad, la coronación del impulso creativo, sin el esfuerzo y el sacrificio de la entrega, - tal cual se puede apreciar en el lema que luce el escudo del departamento de Durazno – cuya lectura dice “En pensamiento me centro y me descentro en labor” ningún proyecto que iniciemos en nuestra vida podrá algún día consolidarse.

Sin duda, todas las expectativas de crecimiento y bienestar colectivo que pretendamos alcanzar en nuestra región, implica el compromiso individual de que todo es posible, siempre y cuando, todos y cada uno de nosotros aplique lo que Pichón Riviere definió con la siguiente expresión: “ las cosas ciertamente sucederán cuando entendamos que no somos meros espectadores, sino que todo es posible si estoy dispuesto a decir: Adelante vamos a hacerlo, cuando? Muy sencillo: Aquí, Ahora y Conmigo.



Un Día Cualquiera

Esta mañana  me he levantado observando mi entorno, desde las cosas que conforman mi guarida humana, la cual está impregnada de vivencias propias y extrañas, hasta las apenas perceptibles señales de innúmeras presencias que desde el mundo exterior nos dejan sus huellas como recordatorio de que no estamos solos en el despertar de cada día.

Estas señales del mundo exterior, que han irrumpido, bruscamente, cual si fuesen un vendaval que abrió con su fuerza los ventanales de mi mente,  esparciendo por doquier,  una sucesión de acontecimientos  pasados, que sin lugar a dudas, tenían una estrecha interrelación, con este hecho abominable que los noticieros de  todo el mundo anunciaban,  como si formaran parte de un macabro puzle, que, una vez armado, pondría al descubierto, el trazado de  un plan sutilmente elaborado.

Ahora, en realidad, hay momentos en que me cuestiono, si valdrá la pena continuar con el desarrollo de este artículo,  tal como me ha pasado con tantos otros que he escrito anteriormente, ¿saben el motivo?  La cuestión estriba en que para poder unir las diferentes partes de este puzle que menciono, es absolutamente necesario conocer y sortear los mensajes subliminares, que se han introducido en nuestra conciencia colectiva, a través de innúmeras citas,  que se introducen como mojones, para marcan los límites establecidos entre “lo permitido” y “lo prohibido”.

Como esto insume tiempo  y el crédito de atención, que tu condición de lector tiene incorporado,  es limitado, mucho me temo que no podamos continuar


jueves, 6 de junio de 2019

Nuestro Horizonte


Se pueden construir nuevos horizontes  plenos de esperanza, pero recordemos y tengamos muy  en cuenta, que la autodestrucción, también se construye, no es acto involuntario y casual del cual estemos exentos de cierto grado de responsabilidad.

Éstos, los resultados, son los indicadores del rumbo que hemos tomado, de la órbita sobre la cual nos desplazamos y hacía donde nos dirigimos, cuando analicemos en profundidad nuestra hoja de ruta y la comparemos con las expectativas de desarrollo que nos hayamos formulado, el trazado de las coordenadas nos indicarán el punto exacto del grado de desarrollo humano  que hemos alcanzado.

De todos los seres vivos que habitamos este planeta, el hombre es el único que pareciera  que necesita orientación en cuanto a la razón, si es que la hubo, por la cual ha nacido, de dónde se cree que ha venido  y hacia dónde se dirige, la búsqueda de respuestas a estas incógnitas, han sido desde siempre  el mayor acicate a su intelecto y el punto de partida de todas sus especulaciones
.
Lo cierto es que el hombre natural, el que se conduce por la vida inmerso en la vorágine de sus múltiples actividades, se comporta en cuánto a los valores éticos inherentes a su especie como si fuese un trashumante  de rumbo incierto que busca a tientas una senda, siguiendo un imperativo  de superación constante impulsado por aquellos que desde el fondo mismo de la historia le han ido transmitiendo de generación en generación sus impresiones.


Conócete a ti mismo, esta frase atribuida a Sócrates, resume en sí misma la síntesis de de todas las respuestas referentes a la analogía del hombre con el universo, todo lo que existe´, la historia de la creación y desarrollo de todas las inteligencias, puede concentrarse en el análisis de una simple gota de sangre humana.

Yo Permanezco

En la escala evolutiva de la criatura humana coexisten dimensiones, o niveles de conciencia, que se manifiestan en el aquí y ahora de su existencia, no obstante, las vivencias de su día a día, se encuentren extremadamente ligadas o condicionadas por las secuelas de su pasado, o sus expectativas sobre el porvenir, en el sentido de transitar el hoy, como si fuese un simple paréntesis, entre lo que ha sido y lo que se anhela poder ser.

En nuestros días, la sociedad en su conjunto se plantea diversas medidas atinentes a disminuir el alto grado de violencia manifiesta en la actitud de los menores de edad, actitudes que suelen traer consigo desbordes calificados como inaceptables para la convivencia armónica en una sociedad que se precie como civilizada y progresista.

Lo interesante de estas discusiones es que parecen haberse enfocado en un solo aspecto, entre los que pretenden bajar la edad de imputabilidad de los menores y aquellos que manifiestan  que tal medida - bajar la edad de imputabilidad – no resolvería para nada el problema y que además, pondría al país en conflicto con las normas internacionales vigentes sobre los derechos del niño y el adolescente.

De manera que oímos argumentaciones sobre la edad más conveniente para imputar conductas a los infractores a las normas de convivencia social, alegando unos y otros con argumentos muy sólidos sobre la necesidad de “agiornarse”  en cuanto a los cambios que se han producido en la sociedad, como consecuencia de la revolución tecnológica y su impacto en las fuentes de información, sobre todo en lo referente a los “derechos de la minoridad”.

Nos enfocamos en los derechos de cada uno, y descuidamos todo lo relacionado con las obligaciones que el ejercicio del derecho implica, cuando llegamos a este punto nos situamos en la frontera de dos dimensiones , que bien podríamos llamar, “la puerta de la partida doble” vale decir: los derechos se compensan con el cumplimiento de las obligaciones asumidas en el mismo acto, ambos valores suman iguales, cualquier diferencia entre ambos, significará que hemos caído en el incumplimiento o incurrido en el abuso.

Hemos aprendido que el  ser humano es un ser esencialmente social, lo que significa que su sobrevivencia, el simple hecho de estar vivo, es consecuencia ineludible de la acción y voluntad de otros congéneres, quizás otros seres vivos puedan nacer y  desarrollarse en soledad, pero en nuestro caso, si estamos en condiciones de actuar como humanos, será indefectiblemente por causa de que otros humanos de alguna forma lo han hecho posible, no obstante lo evidente de este enunciado, vivimos en un mundo donde no hemos alcanzado la dimensión del agradecimiento y  la gratitud hacia los que han hecho posible que tengamos  alguna noción del verdadero significado de “Ser”

Desde el principio de los tiempos, se nos han inculcado algunas enseñanzas que aún, no obstante el tiempo transcurrido, no hemos logrado comprender en toda su dimensión, nos referimos al conocimientos de nuestros orígenes y nuestra razón de ser en este planeta que nos acoge como residentes eventuales, como pasajeros en tránsito hacia otras latitudes, cuyo pasaje marca claramente la fecha de llegada pero que nada específica sobre el día, la hora de la partida y hacia dónde nos dirigimos.

El pensamiento religioso, nos indica que somos “almas vivientes” y cuando preguntamos ¿Qué es el alma? Nos responden que el alma es la conjunción del cuerpo físico, heredado de nuestros padres terrenales, y el espíritu, el cual es nuestro verdadero Ser, que ha venido a este mundo  directamente de la presencia de Dios.

Otra vez en forma implícita se nos dice que venimos de otro lado, lo que vale decir que somos extraterrestres, y que en este estado en el cual nos encontramos, ocupamos, como medio de transporte, un cuerpo físico, o sea: tenemos un cuerpo, pero no somos solamente el cuerpo,  como si el cuerpo no significara otra cosa que un vehículo en el cual nos conducimos por la vida, al igual que cualquier automóvil, que por mejor modelo que sea, por mayor equipamiento que posea, si no nos introducimos dentro de él, sería incapaz de movilizarse.

Los que hemos adquirido un automóvil para desplazarnos, tendremos que de alguna forma aprender a usar sus comandos, demostrando por medio de exámenes y pruebas de aptitud que estamos en condiciones de conducirlo, solamente entonces se nos permitirá integrarnos al tránsito vehicular conjuntamente con otros medios de transporte,  y una vez habilitados para hacerlo, se nos impondrán severas normas de control que nos indicarán por medio de señales bien precisas, los derechos y las obligaciones que deberemos respetar al transitar.

Entonces, la primera lección que debemos aprender los humanos, es que el vehículo que utilizamos es una herencia, un legado, que somos usufructuarios de un bien, que no hemos pagado por él, y que para utilizarlo, deberemos demostrar que estamos en condiciones de conducirlo, nadie nos pide una licencia de habilitación, pero el mero hecho de intentar desplazarnos, por la senda donde otros congéneres transitan ,implica que asumimos la responsabilidad de respetar las normas establecidas para una correcta circulación.

El grado de evolución de nuestra conciencia se evidencia en nuestro comportamiento social, en nuestra relación con el o los otros que componen nuestro entorno, ¿cuándo?  En el aquí y en el ahora, no es refugiándonos en los hechos del pasado ni postergando nuestro accionar para lo que vendrá en el futuro, los hechos del pasado ya fueron y el porvenir sencillamente no existe, de manera que si hoy no disfrutamos del  hecho de estar presentes, si no queremos asumir nuestra cuota parte en el acontecer diario, el tiempo, que no se detiene, seguirá con su marcha inexorable, sin tener en cuenta nuestra ilusa pretendida evasión.

Nuestro retorno, cuando acontezca, podrá estar pleno de gratitud por la experiencia vivida, por los aconteceres de cada nueva mañana que se alza, cual imaginario telón de un escenario, por ser copartícipes, de esta maravillosa obra divina de la creación, cuyo  guión y argumento se transmite de generación en generación, como las gotas de lluvia o las olas del mar, que nunca serán las mismas no obstante parecer iguales.

Si por alguna causa no lo sientes tal como intento describirlo, si tus días transcurren en una sucesión  de reclamos, si te resultan insuficientes, o por el contrario, como parte de un calendario cuyas hojas se amontonan al borde de la papelera de tu vida, entonces, amigo mío, tendrás que partir cual parten las almas en pena, añorando lo que una vez pudo haber sido , vagando en medio de la inmensidad, cubierto por  el polvo  del pasado que te impide de ver la brillante luz con la cual has venido.

Dicen que a buen entendedor pocas palabras bastan, si la lectura de este artículo te resulta un tanto difícil de comprender, entonces, deberás buscar en los confines de tu conciencia, el grado de desarrollo que hayas alcanzado, y cuáles han sido las dimensiones que tu ser interior ha visitado.


Una mañana, hace muchos años, en el mes de setiembre, en mis tiempos de juventud, estuve sentado en la orilla del mar observando a un grupo de personas, que esperaban reverentes, el amanecer, cuando los rayos del sol emergieron en el horizonte, todos rompieron el silencio con esta solemne expresión: “Yo permanezco”.

El Sabor De La Sal

Cuando hablamos de la naturaleza humana, se suelen mencionar una serie de sentencias, que han sido instaladas en nuestro subconsciente, a través de innúmeras citas cargadas de retórica advertencia, sobre los peligros que nos acechan, cuando nuestra búsqueda de respuestas aún insatisfechas, nos pone en la disyuntiva de:

Acomodar las inquietudes al “status quo” imperante y aceptar la verdad revelada tal cual nos la han transmitido.
O salir al descampado de extramuros, lejos de la ciudadela amurallada de preconceptos que intenta preservarnos de los mortales efectos del mundo “diabólico, solitario y triste”  de afuera.

Parecería ser, que de acuerdo al “autorizado” criterio de los predicadores, todo lo que había que saber, ya fue dicho, lo que nos resta, lo que es arbitrio de la voluntad humana, es el sometimiento y la obediencia irrestricta.

Esto que mencionamos no es para nada algo nuevo, consecuencia de los convulsionados tiempos modernos en los cuales nos ha tocado vivir, todo lo contrario, esta estrategia de dominación, existe desde siempre, desde que los hijos de Dios hemos sido convocados para que hagamos oír nuestra opinión, han aparecido los “pretendidos representantes de la autoridad divina” cuyo insaciable apetito de poder, y su consecuente capacidad de dominación, les impulsa a  ejercer un injusto dominio sobre sus semejantes, ya sea, mediante la persuasión engañosa, o recurriendo directamente al ejercicio totalitario de la violencia.

Para ayudarnos a entender mejor el alto precio que debe pagarse para alcanzar ciertos grados de iluminación, les sugiero incursionar en el pensamiento de los grandes filósofos, poseedores del conocimiento esotérico de los cabalistas, los que utilizando los medios disponibles de comunicación de su época, utilizaron la magia de la palabra escrita y su lenguaje exotérico, para transmitir a los entendidos su enseñanza intelectual y compartir con sus amados discípulos el mensaje esotérico de las señas y los símbolos, lo que sólo podía ser entendido por los iniciados al recibirlo “de mano en mano” .


Quien pretenda conocer el sabor de la sal, deberá, forzosamente, introducirla en su boca y degustarla por sí mismo,  de nada le valdría ningún otro medio, sólo obtendría la imagen exotérica de la sal, de ningún modo el conocimiento, lo esotérico, es decir su verdadero sabor.

La Humanidad “Nuestra”


Esta mañana, al levantarme, se instalaron en mi pensamiento, una sucesión de imágenes intermitentes, como las luces que adornan los arbolitos de navidad, donde aparecían personas de distintas razas, que a medida que surgían, iban conformando un mosaico multicolor, en el cual se podían apreciar las múltiples facetas expresivas que nosotros, los humanos, hemos sabido cultivar a lo largo y ancho del planeta que habitamos, desde mucho antes de que la historia comenzase a registrar y luego intentar  ordenar y compilar, las distintas versiones ,que sobre nuestro origen y razón de ser, se nos han querido transmitir, como un preciado legado de los dioses, a nuestras ansias de saber y comprender, las incógnitas y los por qué, de nuestra  presencia en un habitad compartido con una infinidad de especies a las cuales consideramos inferiores ,y por ende, sometidas a nuestro arbitrio y voluntad.

Si quisiéramos encontrar un denominador común, para toda la gama de sensaciones que germinan en nuestro huerto ancestral, todo parece indicar que las semillas que han dado origen a nuestra especie, han provenido de viveros situados en el exterior de este planeta, lo que nos convierte en algo así como extraterrestres, sentimos en nuestro fuero íntimo, que provenimos, al nacer, de algún lugar lejano , donde estábamos mucho mejor de lo que podamos lograr estar en este mundo, que mirado de esa manera, se parece más a un lugar de prueba, donde tendremos que vivir la ley de obediencia y sacrificio, y anhelar la intervención divina para limpiarnos del pecado original, consecuencia de la desobediencia heredada de nuestros primeros padres.


Esas imágenes, a las cuales hago referencia, son una representación de un “yo” colectivo, o mejor dicho, un “yo” y un “tu” colectivo, pues resulta inadmisible concebirme a mí mismo,  en prescindencia del otro, o los otros, los demás tú, que conjuntamente conmigo, conjugan el verbo que desde el principio dan sentido a todo lo humano.

La Ausencia De Límites

Es muy común, sobre todos en los más jóvenes, la búsqueda constante, de alternativas que les permitan la evasión a todo lo que pueda ser interpretado como una limitación, sea de la índole que fuese, para muchos de los que nadan en el mar de la ignorancia, la verdadera libertad, estriba en vivir fuera del alcance de toda norma que, siquiera intente, poner algún freno, a sus cada vez más acuciantes deseos de poder gozar de una libertad irrestricta.

Ahora bien, hagamos un esfuerzo por entender, qué es, lo que realmente está pasando, en cada una de las incontables constelaciones, que dan vida y sentido a este universo tan plagado de intereses en pugna como lo es sin duda el complejo mundo de las relaciones humanas.

En nuestros días, podemos decir, que hemos dado pasos significativos, en todo lo referente a los Derechos Humanos, mucho se ha legislado sobre este tema, aunque esto no signifique que la mera normativa del derecho, haya tenido como resultado el acatamiento a lo que la ley determina sobre el tema, sobre todo en la protección de los más débiles, como es el caso de las mujeres y los niños, la violencia doméstica, de género, y todos los tipos de violaciones a las que son expuestas las minorías.
Todos los días, las páginas de los periódicos y los noticieros de radio y televisión,  nos ponen en evidencia de cuán lejos estamos de erradicar esta afrenta, verdadero escupitajo en el rostro, a una sociedad,  que contempla, estupefacta, como, al igual que los insectos encandilados, sus hijos se mutilan y mueren, sin ninguna otra razón, que la simple irracionalidad de sus actos.

Todo parece indicar que el hábitat del hombre se encuentra bajo la amenaza del propio hombre, el cual está demostrando, pese a los altos grados de evolución alcanzados en el campo de las ciencias, la tecnología y en el de las comunicaciones - por citar algunos- es incapaz de transmitir valores esenciales a sus crías, las cuales crecen insensibles a las reales necesidades de su propia especie, transmutando el sentido armónico de la convivencia solidaria, por la búsqueda constante del sometimiento de los unos sobre los otros, como si los cimientos heredados por siglos de civilización, parecieran un vetusto y arcaico lastre, de los cuales es preciso liberarse cuanto antes.

Miramos, en nuestra ruta imaginaria, las señales de tránsito, las  que han sido puestas para orientarnos, las que intentan guiarnos con seguridad a nuestro destino, pero resulta que hacemos caso omiso a sus recomendaciones, despreciamos los límites recomendados y nos dejamos seducir por el instinto, ajenos a la razón, optamos por la irracionalidad, actitud propia del que se considera superior o mejor dotado para tomar decisiones, aunque estas decisiones, no sólo nos afecten a nosotros, sino, lo que es más grave, afecten a todos en nuestro entorno, incluyendo, muchas veces, a quienes más amamos en la vida.


Entonces, ocurre lo que sabemos que va a ocurrir, tomamos el volante y, mientras la luz verde esté encendida,  continuaremos raudos nuestra marcha, cuando se enciende la amarilla, aceleramos para intentar pasar antes del cambio, y cuando la luz roja nos indique que debemos parar, la adrenalina acumulada nos inducirá a pensar de que aún es posible continuar y seguimos avanzando…

… El impacto es apenas unos instantes, sus consecuencias suelen durar una eternidad.


Quizás haya llegado la hora de poner un poco más de atención a lo cotidiano, a las cosas que suceden por la sencilla razón de que alguien ha estado allí para hacer que acontecieran, los que cumplen sus roles cuasi ignorados, como las abejas obreras en la colmena, nos referimos a los guardias de tránsito, los bomberos, las ambulancias, los servicios de emergencia, los centros asistenciales, los que hacen lo imposible por la rehabilitación perdida, y …por supuesto, a  aquellos que toman sus palas y cavan las sepulturas.

Titiriteros

La vida que construimos condiciona nuestra relación con los demás, las experiencias vividas, es decir, el acumulado de situaciones de las cuales hemos sido actores, ya sea en forma voluntaria – cuando hemos sido autores o coautores de los mismos – o involuntariamente – cuando los acontecimientos generados por terceras personas nos involucran ya sea para nuestro bien o para soportar sus consecuencias.

Lo que llamamos nuestra vida, aun cuando la vivamos en estrecha relación con las personas que comprenden nuestro entorno, las cuales son parte del entramado social de nuestras relaciones cotidianas, no puede ser vista como la consecuencia de un comportamiento padrón, modelado por las circunstancias comunes que supuestamente nos hemos visto obligados a aceptar, ya sea por sometimiento o sujeción voluntaria.

Cuando nos damos cuenta que nuestra existencia se relaciona en el devenir de los acontecimientos con la existencia de otros seres, otros “yo soy”, formando una constelación de entidades unipersonales que no siempre lograr dominar  el rumbo de sus orbitas, colisionándose, las unas contra las otras, cuando el efecto de este encuentro es armónico, solemos decir que se ha provocado el desprendimiento de alguna misteriosa substancia, que hemos captado cierta “química”  que nos atrae al uno hacia el otro.

Estas atracciones, pueden llegar a mantenerse por largos períodos, incluso  toda una vida.

Cuando este encuentro se produce en circunstancias adversas, conflictivas, inmediatamente activamos nuestros mecanismos de defensa, nos ponemos en guardia, desconfiados, agresivos  y/o temerosos, intentando justificar tal proceder, con el argumento de que tal persona tiene muy “mala onda”.

Tales momentos de percepción de nuestra condición humana, la cual, como lo  hemos expresado tantas veces, es esencialmente social, y, por esta circunstancia, extremadamente permeable a los acontecimientos que se desarrollan, ininterrumpidamente, en este gran escenario donde se exhibe el drama del diario vivir, en el cual, todos, interpretamos nuestro  propio papel siguiendo un libreto improvisado por las circunstancias compartidas.

Quizás, en situaciones como las descriptas, nos preguntemos, por las razones, si es que hay alguna, de que pertenezcamos a una especie, que según nos han dicho, es la única sobre la faz de este planeta que tiene conciencia de ser, es decir, que estamos condenados a saber de nuestra existencia, desde su principio al de su inevitable fin, la certeza del nacimiento y la acechanza constante de la muerte, constituyen elementos centrales del drama humano.

Las preguntas que nos formulamos, requieren alguna respuesta, y esta, la respuesta que afanosamente buscamos, en muy contadas ocasiones surge de nuestro fuero interior, lo más probable es que en el afán de satisfacer la ansiedad que nos embarga en cuánto a los motivos de nuestra condición actual en esta vida, de donde surgen los atributos de nuestra especie, y, sobre todo, hacia dónde nos dirigimos, recurramos a la búsqueda de las distintas posturas que sobre este trascendental tema se nos exhiben por parte de aquellos que se autoproclaman como guías, orientadores autorizados, poseedores de la mística y única llave capaz de abrirnos las puertas del infinito.

El mercado del conocimiento ilustrado que pretende darnos una respuesta a nuestras interrogantes, está atiborrado de ofertas, si pudiésemos recorrerlo, como quién recorre una feria, oiríamos a sus mercaderes corear a viva voz las ventajas de sus enunciados, llamando nuestra atención  a través de la piadosa agresividad de sus argumentos.

En cada rincón de esta imaginaria feria se nos dirá que ese lugar específico, y ninguno de los otros lugares que les circunda, es el que tiene el único conocimiento verdadero, que es a ellos, y solamente a ellos, que se les ha conferido el poder de llevarnos a la salvación , al encuentro del paraíso perdido.

Al transitar por ese mundo, el llamado mundo de los “ismos”  veremos que el simple hecho de estar vivos, nos convierte en una valiosa mercancía, una presa apetecible para ofrendar a sus dioses, ya sean éstos dioses, canonizados, idealizados,  o deambulen perdidos  por las sendas del nihilismo.

Encontraremos allí, capitalismo, fascismo,  comunismo, cristianismo, islamismo, judaísmo, existencialismo, materialismo, ateísmo, etc. etc. todos con su dogma debidamente estructurado, férreo, inconmovible, plantado con todas sus huestes en el campo de batalla, con la finalidad de luchar hasta el fin contra todos los demás, porque,  para el ismo, los demás están en el error, sumidos en la ignorancia y deben ser destruidos , humillados ,para que de esta forma acepten “nuestra verdad”  la única, la verdadera.

Es que parece que para asegurarnos el porvenir, debemos estar protegidos por la coraza de nuestro credo, el dogma nos exige no salir de sus bien delimitados confines, fuera de sus fronteras está la perdición, lo expresamente prohibido
.

Para los ismos, la tierra aún es como un plato, afuera seremos atrapados por las tinieblas y caeremos inexorablemente al abismo.

Detrás De La Pequeña Cuesta


Parado en la cima de mi pequeña cuesta, descubro un nuevo cielo y un sinnúmero de estrellas  que la pequeña mísera cuesta me ocultaba, y al final del nuevo horizonte que se habría ante mí, emerge desafiante la cima de otra pequeña y mísera elevación, que me extiende sus brazos en forma de intrincados senderos como invitándome a sumergirme en su seno, descubrir sus entrañas y nutrirme de sus secretos.

Hay días en que la añoranza paraliza mis torpes avances, cuando las imágenes de un tiempo que ya fue, se clavan profundamente, como un punzante cilicio que desgarra con sus dientes de acero, los sentimientos que anidan en lo profundo de mi ser y que me gritan miles de súplicas y reproches, como el canto de las sirenas que conducen al abismo de la negación, la angustiosa sensación de no ser nadie sin nuestro entorno perdido.

“Todo es energía, el amor, el odio, la envidia, los sentimientos, los pensamientos y para que sepamos manejar bien nuestra propia energía tenemos el libre albedrío.

Y a través de varias vivencias agradables y desagradables, de pasar por muchas experiencias a veces muy dolorosas, tremendas, muy fuertes de aprendizaje, sabemos reconocer los beneficios que otorga la energía de lo bueno.

Pero para eso tendríamos que hacer un largo aprendizaje para llegar a saberlo y para ello teníamos que ir a una escuela, a la escuela de la vida, a la escuela del mundo.

Es la escuela de la vida mi gran oportunidad por eso es tan importante y es lo único realmente mío que tengo, mi propia vida.

Y debo saber que esta vida, la vida de todos los días, es la que me proporciona el verdadero aprendizaje, del vivir.

En el arduo aprendizaje del vivir aprendemos a manifestar la esencia, a través de las diferentes expresiones de nuestro accionar, de nuestros pensamientos, sentimientos, y de los hechos en que tomamos parte.

Nos movemos entre el odio y el amor, entre el bien y el mal.

Las circunstancias adversas siempre nos enseñan algo. Y debemos preguntarnos:
¿Qué debo aprender de esto que me pasa? para no repetir otra vez la misma historia.
Pero siempre cambiamos después de atravesar una crisis.

Nunca somos los mismos luego de una situación límite y a veces esa situación nos hace tocar fondo.
Está en nosotros el saber levantarnos, en la adversidad para ser mejores y más fuertes o caernos sin saber levantarnos del abismo de la desesperación y la angustia.

Hay un dicho: Santos no son los que nunca cayeron, sino los que siempre se levantaron.

Y a veces ¡qué largos, estrechos y difíciles caminos tenemos que recorrer para llegar a la paz y la felicidad dentro de nosotros!”

Elsa Bianco – Aprendiendo a Vivir,  páginas 38 – 40

Los Dueños Del Tiempo


Estamos tan acostumbrados a que los días transcurran, uno tras otro, que nos parece que la vida no es otra cosa que una sucesión interminable de espacios de tiempo a los que llamamos minutos, horas, días, semanas, meses, años, etc.

Ahora, ¿existe el minuto siguiente? ¿La hora siguiente? ¿Los días, semanas, meses, años, etc.?
En realidad, lo que aún no ha sido creado, no existe, damos por descontado que tendremos el minuto siguiente, la hora, los días, y así sucesivamente, en una secuencia natural, de la cual nos hemos apoderado, tal como si fuésemos los creadores, amos y señores de todo lo porvenir.

Esa ilusión, de que el tiempo nos pertenece, es la que nos lleva a pensar que podemos hacer uso y abuso de todo lo que gira en su entorno, el ayer ya pasó, hoy, no sé si lo podré realizar, pero mañana… ha… mañana sí, sin duda, comenzaré a realizar lo que no pude o no quise hacer, ayer, antes de ayer, o quizás hoy mismo.

Nosotros transitamos por la vida y lo que la vida consume es tiempo, de no contar con este precioso elemento, tan esencial como el aire que oxigena nuestros pulmones, la existencia, tal como la percibimos, dejaría de ser, nos sentimos atrapados por el tiempo, de la misma forma que los objetos, sujetos como a una ley de gravedad que nos condena a no poder salir de la materialidad que nos rodea.


miércoles, 5 de junio de 2019

El Valor Agregado


Cuando dedicamos algunas líneas para hablar sobre El Valor Agregado, el pensamiento y la intención nos lleva a relacionar este término, con factores relacionados con la incorporación de valor a los productos primarios a través de la transformación de los mismos en producción final de bienes y o servicios que generen una mayor participación de recursos humanos y horas hombre calificada.
También se menciona este término cuando hablamos de política fiscal, de la necesidad de las economías nacionales de una mayor y mejor redistribución de la riqueza, mediante la aplicación de tributos que graven la cadena productiva con un impuesto al consumo, el cual es conocido internacionalmente como: Impuesto al Valor Agregado.

Un tema importante y recurrente que no se agota, que seguramente su vigencia se mantendrá latente, a medida en que las economías crecen en complejidad y los efectos de la llamada globalización, la cual nos amplia mercados pero también nos torna cada vez más vulnerables a lo que pueda suceder en cada rincón remoto del planeta.

Pero esta vez quiero poner un dique en la corriente del pensamiento tratando de evitar que el mismo se precipite en los profundos surcos ya mencionados e intentar un ligero desvío que nos permita incursionar por algunas sendas menos transitadas pero igualmente interesantes de incursionar. 

 Ahora bien, reflexionemos, ¿qué significa para nosotros nuestra propia vida? Hemos dicho que la existencia es un desafío individual indelegable, sin duda no existe un desafío más importante, una empresa de mayor trascendencia, que la de construir con los elementos que estén a nuestro alcance, una vida digna que nos identifique con los valores inherentes a nuestra condición de pertenencia a la raza humana.

Sin duda alguna, la vida es un desafío, y un desafío significa enfrentar la adversidad, correr riesgos, esforzarse por vencer y luchar hasta alcanzar la victoria, esto es la vida.

Si alguien puede creer que esto que digo es fácil de realizar, entonces nunca se ha tenido que enfrentar seriamente con la adversidad, y si nunca se ha tenido que enfrentar seriamente con la adversidad, no conoce nada de los valores humanos, porque los valores humanos sólo crecen en medio de la adversidad.


A lo que hayamos recibido, además de ser gratos por quién nos lo haya proporcionado, debemos agregarle más valor, multiplicar lo que se nos ha dado y que aún no estamos en condiciones de devolver, para que podamos ser merecedores de ser llamados dignos de recibir la gloria del triunfo, esto es El Valor Agregado al que hago referencia en este artículo. 

Podría hablar horas y horas sobre este tema, pero dejémoslo aquí, les he sembrado unas cuantas semillas de inquietud, el resto es tarea individual de cada uno. 

Hablemos Simple Y Claro



Voy a intentar abordar un tema, que seguramente, es uno de los cuales hemos oído hablar más, desde los albores de nuestra toma de conciencia de que somos parte de un mundo que nos rodea.

Quién de nosotros no ha sido testigo, de las diversas formas, en que, nosotros los humanos, nos explicamos y transmitimos la noción, de que existe un Dios omnipotente, que escucha nuestras oraciones y súplicas, y al cual debemos recurrir cuando nos vemos en dificultades que superan nuestra capacidad de resolución.

En nuestro entorno, siempre nos han rodeado imágenes de rostros idealizados, las cuales representan, a hombres y mujeres, que han dejado de ser, precisamente, hombres y mujeres, para ser recubiertas por un halo solar, que las convierten en poderosos mediadores, entre nosotros, los pecadores mortales, sujetos a un cuerpo de carne y hueso, sexualmente definido, y nuestro creador al que llamamos Dios.

Estas imágenes de personajes asexuados que han superado las limitaciones de la carne, nos son presentadas, como personajes santificados, cuando utilizo el término asexuados, es porque jamás les veremos en una relación directa con el sexo opuesto, las que han nacido mujeres, son vírgenes, y los que se nos representan como varones, son castos y santos, nunca les veremos asociados a lo que llamamos una vida en familia. 

La salvedad a estas imágenes, que se han enquistado en nuestro subconsciente, es la de la “sagrada familia” compuesta por José, María, y el niño Jesús, pero claro, acompañada por la correspondiente aclaración: que José no es el padre de Jesús, y que María, es madre, pero “sin pecado concebida” por obra y gracia del Espíritu Santo, dándonos el mensaje, de que todos los demás concebidos en este mundo, nacemos bajo el signo pecaminoso de “ las debilidades de la carne.”

El mundo occidental y cristiano, al cual pertenecemos en estas latitudes, ha sido impregnado de éstas imágenes, todas las religiones que se sustentan de este tronco inicial, recompuesto a la voluntad, interés, y capricho, de un poderoso emperador, llamado Constantino el Grande, de una forma u otra, rinden tributo a este personaje, de carne y hueso, como cualquiera de nosotros, pero que contaba con la poderosa arma del poder, y de los recursos que de éste emanaban, para condicionar desde entonces, nuestro modo de pensar y adorar.

Nuestro Mejor Lugar


 Estos días estamos siendo saturados por la propaganda preelectoral para las próximas elecciones donde se elegirán las autoridades que deberán representarnos, a todos los que somos potenciales electores, en la conducción de la administración de este lugar, un lugar, que, por las razones que cada uno pueda esgrimir, es el que compartimos con otros conciudadanos, con quienes conformamos esto, que entre todos se ha construido.

En la medida en que nos sintamos parte integral de esto, en que sepamos que lo que tenemos no es un simple lugar en el cual “alguien” o “ algunos” cada cierto tiempo deberá conducir su destino, para bien o para mal del conjunto de todos, y, cuando digo todos, me refiero a ti, a mí, a mis familiares, amigos, vecinos, a los de este barrio y a los que viven en los otros barrios, pueblos, villas, ciudades, en los pobladores urbanos y los que habitan en áreas rurales, todos es mucho más que uno o algunos, todos constituimos ciudadanía, todos, absolutamente todos, sin exclusiones, compartimos y damos sentido a esto, y esto, no es otra cosa que una realidad que nos identifica, que nos ubica , no solamente en un mero punto geográfico de una nación, sino , y esto es lo más importante , nos esboza el perfil humano colectivo, el cual podrá gustarnos o no, pero es la imagen que generamos , esto, es nada más ni nada menos, que el lugar en el cual nos está tocando vivir.

El mejor lugar no podrá construirse jamás sin tu propia participación, nadie puede , y si pudiese, no debe, hacer por ti, aquello que tú deberías realizar por ti mismo, de manera que si lo que pretendes, es transformar el lugar donde vives, en el mejor lugar para vivir, no basta con dejarte horadar los oídos por la propaganda un tanto compulsiva de algún pretendiente a Mesías, que te promete ser el salvador y redentor de todas tus dificultades ciudadanas, si sólo le sigues y le proporcionas tu voto en la próxima elección.

El mejor lugar, dependerá siempre de ti, de tu proyecto de vida, de lo que estés dispuesto a invertir para alcanzarlo, sin tu esfuerzo y sacrificio personal, nunca podrás concretar tus metas.

Volviendo al principio de este artículo, te sugiero que prestes atención a lo que suena a tu alrededor, lo que pasa delante de ti , en esta verdadera calesita de promesas que gira y gira, saturando nuestra vista y audición con las más variadas ofertas de buen gobierno, y poniendo cierta distancia, como quien se dispone a observar una obra de arte, te detengas a contemplar sus luces y sus sombras, sus proporciones, la capacidad expresiva de su autor, y sobre todo, si le encuentras algún valor ético o estético a tal representación.

El mejor lugar lo disfrutaremos todos, sin privilegiados ni excluidos, cuando todos y cada uno, tanto tú como yo, nos decidamos a ser cada día mejores personas, a superar nuestras propias limitaciones, no importa la relevancia de lo que hagamos, ni a la mal llamada clase social de donde provengamos, lo que verdaderamente importa es que si eres un obrero o un empleado, que seas un buen obrero y un buen empleado, que si eres un empresario o un comerciante, que no evadas tu responsabilidad social, lo mismo vale para cualquier actividad que se realice o para el grado de instrucción que hayas alcanzado.

Si quieres un mejor lugar para vivir, comienza a construirlo ahora, ¿mañana? Ese mañana no lo esperes, porque ya pasó.