El valor del trabajo humano no se
mide por el tipo de actividad de cada uno (carpintero, profesional,
campesino...), sino por el hecho de ser persona quien lo ejecuta. Entre todas
las criaturas, sólo el hombre es capaz de trabajar de manera "programada y
racional", en forma "consciente y libre".
Con su trabajo humaniza y
ennoblece a la naturaleza, modelándola de acuerdo a sus intereses primordiales,
en directa relación con su desarrollo y autopromoción integral.
Por ejemplo si para tí el trabajo es un valor que requiere y exige su ejercicio. Habrá que iniciar por la descripción que de él se tenga, la cual puede ser de una manera positiva o negativa, optimista o pesimista y que resulta ser el reflejo de la valoración que se le da.
El trabajo ofrece a cada hombre la oportunidad de
crecer, desarrollar todas sus capacidades congénitas, realizarse como persona y
ser cada día "más plenamente hombre". Así perfecciona su humanidad y
mantiene el predominio y superioridad efectiva que debe ejercer sobre las
cosas.
El trabajo desarrollado por la persona engendra,
por sí mismo, el derecho al bienestar suficiente, personal y familiar, derecho
que es independiente de la valoración económica, científica o técnica que tenga
el trabajo realizado.
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