¡Qué milagros puedes lograr si tan solo dejas
de coleccionar en tu almacén privado
de "lo no realizado" los momentos que te has
perdido! ¡Qué fácil es convertir lo gris en algo multicolor, si tan
solo te importa un pepino la opinión de todos aquellos que
creen que estás loco solo porque quieres cambiar tu vida drásticamente! Al final
de cuentas, si de tu idea no sale
nada, siempre podrás empezar todo desde el principio. Estos
intentos son ilimitados, no debe darte pena buscarte a ti mismo.
Desde que tenía cinco años quería escribir textos
y siempre lo aplazaba. Cada día encontraba un asunto más
importante. Dinero, dinero, leer un libro en el parque, pasar
cinco horas de compras probándome pantalones de mezclilla, nuevos
proyectos, viejos proyectos, no quiero quedar mal con la gente,
no quiero defraudar a mi familia, hay que explicarles algo
a los demás, trabajaré un poco más y ya le dedicaré
tiempo a mi sueño.
Y un día la vida me sacudió
tanto que por poco perdí esa vida. Entonces se me hizo
evidente que si mi mañana jamás llega,
me quedaré con lo que tengo. Y me sentí
frustrado y avergonzada por mis miedos y pereza. Hoy escribo mucho.
No importa que no les guste a todos y no siempre hago
al 100% lo que quiero. Pero todo eso es "mi hoy". E incluso
cuando nada me sale bien, veo por encima de mi laptop
la ventana y me doy cuenta de que estoy justo
en el punto donde quiero estar aquí y ahora.
Ahora cada vez que tengo que elegir entre
un viaje de fin de semana a algún lugar donde
me siento bien, y la compra de un nuevo abrigo
costosísimo, me hago solo una pregunta: "¿Me acordaré de ese
abrigo dentro de unas décadas?".
¿Pero si mañana no llega, entonces
en mis recuerdos quedará el desgraciado abrigo? No,
gracias. Prefiero echar un pantalón de mezclilla y una playera
en una bolsa de viaje y escapar de abrigos, zapatos
de marca, y cualquier necesidad de elegir entre lo dudoso
y lo obvio. Prefiero salir un día de campo, oler el aroma
de pasto recién cortado y notar una nueva peca en la nariz
que me salió por el sol. Prefiero dejar de aplazar
el encuentro con alguien importante solo porque no tengo nada qué
ponerme o porque mi cabello en este momento no tiene un
corte perfecto.
Seguramente, la mayoría de la gente
mencionará "cuánto dinero habrá que tener para ir al mar solo
porque sí, o dejarlo todo y viajar a 500 km".
Es una mentira. Estos pretextos nos sirven para rechazar el derecho
de vivir hoy aquí y ahora. Es más fácil aplazar que
darse cuenta de lo fácil que es llegar a cualquier punto
del mundo. Incluso con posibilidades limitadas.
Solo es suficiente dejar de gastar tiempo
y esfuerzo en lo innecesario y destinar la energía
a tus deseos. Entonces se harán realidad. El mar, manejar
un avión, saltar de un trampolín, estudiar swahili,
el encuentro esperado, publicar un libro, tener un hijo...
cualquier cosa enterrada en las profundidades de tu corazón,
se puede volver realidad.
Lo importante es empezar ahora. Aunque
sea sin un plan. Torpemente. Sin importar que los demás te vean raro.
Solo hay que sentir ese viento del día de hoy y dar un paso
adelante. O, en situaciones extremas, al menos acostarte
en la dirección correcta.
Vivir hoy no es una propuesta psicológica.
Es algo que todos debemos aprender. Y hay que inscribirse en esa
universidad "del hoy" ahora mismo. Alegrarse por cada paso realizado
por más pequeño que sea. Porque mañana puede no llegar jamás. Punto.
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