miércoles, 3 de agosto de 2016

Impulso

                 

“Como la Alquimia y todas las disciplinas ocultas, La Cábala dice que el hombre contiene en su humana dimensión todo el universo.
Es por eso que se lo define como un microcosmo.

Notemos, de paso, que cuando el esoterismo dice que el hombre es como el universo, que lo que está encima es como lo que está debajo, no se está aludiendo a la igualdad sino que esa expresión es una analogía.
El hombre y el mundo no son semejantes y menos aún iguales:  
El hombre y el mundo son análogos.”
                                            La Kabbalah, Segunda Parte    Hugo W Arostegui

De acuerdo con nuestras convicciones y los dictados de las grandes religiones que nos han legado sus enseñanzas se nos dice, y la gran mayoría de nosotros crece con esta sensación aunque no sepa o no pueda explicarlo con cierta claridad, “el ser humano no pertenece a este mundo” lo que implica decir que venimos de otro lado y una de las respuestas mayormente aceptada es la de que “venimos directamente de la presencia de Dios, El  Padre” .

Pues bien, es muy probable que esta sea la causa fundamental por la cual la sociología nos indica que si bien, el ser humano nace biológicamente, para considerarse un “Ser” con el goce pleno de sus facultades, deberá superar las limitaciones inherentes a este nacimiento.

Para nosotros, los humanos. Existe una “barrera natural” que funge como si dependiera de una imperceptible “ley de gravedad” que nos mantiene al igual que al resto de los mortales “atrapados” contra la tierra sin mayores diferencias con lo que le ocurre a un “vulgar gusano” que convive con nosotros.

Esta barrera que nos mantiene atrapados sólo puede ser superada por “la energía” que acumulemos por medio de nuestro esfuerzo individual, es intransferible y por ende no existe, agregaría, “gracias a Dios” otro medio de comprarnos un pasaje que permita viajar en uno de esos cohetes interplanetarios que logran incursionar en la estratosfera, además nos serviría de muy poco, pues irremediablemente estaríamos obligados a retornar.

El impulso al que hacemos referencia al comienzo es imprescindible y sólo pueden obtenerlo quienes lo obtengan mediante su perseverancia y dedicación, lamentablemente hemos sido testigos de situaciones en las  cuales el impulso acumulado ha sido insuficiente y esas naves no han superado las limitaciones del medio cayendo estrepitosamente al vacío.

La capacidad creativa de cada ser humano es más que suficiente para superar todas las limitaciones, eso sí, requiere que no escatimemos el esfuerzo que tal desafío nos requiere.

Como bien dicen los veteranos que juegan partidas de truco: “lo que cuesta vale”

Hugo W Arostegui




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