La gana es el deseo, la propensión y la inclinación hacia una cosa. Hacemos
algo con ganas cuando actuamos con diligencia y esfuerzo. Y la desgana es todo
lo contrario. La persona jovial tiene ganas para muchas cosas, y la persona con
desgana carece de apetito por la vida, y por ello, no quiere salir de su
coraza.
No es fácil que una persona con mala disposición de su ánimo pueda dejar
la tristeza y el pesimismo como forma de vida. Pero no es cierto, tampoco, que
estas personas en muy corto tiempo no puedan lograr extinguir ésta perniciosa
disposición de su ánimo.
Por lo general, la persona triste y pesimista no se ha dado cuenta de
que sus males radican, fundamentalmente, en tres equivocadas distorsiones: a)
creen que son incompetentes por naturaleza y que no pueden hacer lo que quiere;
b) que el mundo que los rodea no le puede proporcionar lo que necesita, pues su
mundo lo ve raquítico y pobre; y c) que su futuro nada tiene que
ofrecerle.
Estas tres suposiciones son falsas, por supuesto.
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