martes, 22 de octubre de 2019

El Reconocimiento


Se entiende por homenaje a todo aquel acto que tiene como objetivo reconocer o recordar los logros de una persona en determinado ámbito ya sea laboral como también familiar o de amigos. El homenaje es un acto que puede llevarse a cabo con o sin ceremonia formal pero que siempre implica hacer algún tipo de reconocimiento a esa persona por algún logro particular. Los homenajes pueden además ser pensados y planeados con mucho tiempo, requerir mucho lujo y pompa aunque otros, más simples, pueden ser simples muestras de cariño y amor.

La noción de homenaje surge con la idea de que una persona ha logrado o hecho algo de lo cual sus seres queridos, sus seres cercanos y sus seguidores se sienten orgullosos. El homenaje es siempre por algo positivo y por tanto supone una celebración de mayor o menor cuantía hacia eso que se entiende como interesante, positivo o significativo. Homenajear a una persona es sin dudas algo particularmente emotivo ya que supone que quienes llevan a cabo el homenaje lo hacen porque realmente sienten orgullo, admiración y cariño por esa persona.

Los homenajes pueden variar mucho dependiendo de cada situación. Por lo general, cuando usamos el término homenaje hacemos referencia a cierto tipo de actos un poco más formales y públicos en los que pueden participar muchas personas: estos homenajes pueden ser a la carrera de una persona, a sus logros personales, a sus bondades. Otros homenajes, sin embargo, pueden ser extremadamente simples y estar representados solamente por la entrega de un ramo de flores, incluso quizás sólo con un beso o un abrazo. De hecho, las fiestas de cumpleaños son en cierto sentido un homenaje dedicado a la persona que cumple años y que celebra un año más de vida junto a sus seres queridos, amigos y familiares.


Poema de homenaje a la vida

La vida que golpea diariamente mi puerta
me trae una alegría detrás de mil tristezas,
pero vale la pena al final de la cuenta
verla llegar al alba con pájaros a cuestas...
Trepar por mi ventana con el sol que comienza,
barrilete del tiempo a subir por la siesta;
a correrme en la sangre como un vino de mesa
y a sacarme a las calles otra vez!

Yo que sé de morir todos los días
resucito a la luz cada mañana,
y al abrirle a la vida mis ventanas
le agradezco la flor, el sol, el viento...
Y aunque a veces me hiere despiadada
también le agradezco el sufrimiento
Porque saben reír mejor que nadie
los que lloran sus penas en silencio

Yo te agradezco vida que tu vengas
cada mañana a golpear en mi puerta,
yo te agradezco vida que tu vengas
aunque me traigas una nueva tristeza.

Autor desconocido 


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