Buscar respuestas con desesperación, se traduce en un pensamiento al que
atendemos constantemente, y se convierte en el centro de nuestra vida, dejando
a un lado todo aquello que podría ayudarnos a desviar nuestra atención hacia
otras actividades que nos permitan focalizarnos en algo diferente. Si lo
conseguimos – y se puede -, podremos entrenarnos poco a poco y sin olvidar el
objetivo; en la calma y la tranquilidad.
Algo así como darnos permiso para pensar y actuar bajo un prisma
diferente que no implique necesariamente y a priori, un entendimiento de lo que
nos está pasando.
Y ahí es donde podemos hacer usos de nuestros recursos – esos recursos
que todos los seres humanos tenemos – para darnos la oportunidad de cambiar
hábitos o introducir actividades diferentes que nos permitan experimentar o canalicen
nuestra atención hacia un lugar diferente al de “buscar respuestas”.
Cuando el buscar deja de ser una prioridad, entramos en un estado
diferente de aceptación, y vuelve a repetirse la historia del objeto perdido,
porque en ese nuevo estado, las respuestas fluyen solas y podemos ir
entendiendo y asumiendo desde la serenidad y la calma.
Este empeño que tenemos a veces en forzar cosas que sólo pueden ocurrir
de un modo espontáneo, nos mantiene en el problema. A veces creo que tenemos
una cierta tendencia a profundizar demasiado, a excavar buscando cofres, sin
darnos cuenta que el mayor tesoro es cambiar de táctica.
Entrenarnos en técnicas diferentes para conseguir resultados diferentes
es el principio de un nuevo proceso que puede llevarnos a un planteamiento
diferente de lo que nos está pasando, o al menos, puede cambiar nuestra
perspectiva ante un misma situación.
Un excelente punto de partida que puede propiciar el entendimiento, ese
entendimiento que desesperadamente buscamos, puede, de repente, encontrarnos y
saludarnos en el camino.
Estaría bien confiar en nosotros, ya que al fin y al cabo somos los
únicos responsables de nuestros actos. Todo tiene un porqué, pero mejor si lo
encaramos con un para qué.
¡Un desafío a ti mismo, no te hundas en sentimientos idealizados y pasa
a la acción!
¡Paradójicamente la acción te brindará el conocimiento y las respuestas!
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