Le estás dando demasiadas vueltas. Te estás rayando. El problema se
hace más y más grande en tu cabeza, y lo estás pasando mal. Puede que no sea
para tanto, puede que sí. Puede que sólo haya sido una mala decisión, un mal
día, un mal momento.
Si has tenido un mal día, y parece que todo te sale mal. Si te da por el
pesimismo y tienes esa tristeza tonta que te ata nudos en la garganta. Si te
quedas mirando al techo en tu habitación, dando vueltas en la cama, mirando la
lluvia por la ventana, sorbiéndote las lágrimas. Es el momento, en serio,
llámame.
Si simplemente no quieres
quedarte en casa, si te apetece caminar, charlar, disfrutar del sol tumbados en
el césped o de un día de lluvia con un chocolate entre las manos. Cuenta
conmigo,
yo te acompaño. Entiéndeme, no te
estoy haciendo un favor. No me cuesta nada, me apetece. Vamos a
planear una tarde improvisada, pero cuenta conmigo. No te quedes en casa.
Si tienes un problema, si algo te preocupa y ese sentimiento se ha
quedado aferrado en tu pecho. Pues vente, puedes contármelo, podemos buscar
soluciones, pedir consejos o simplemente dejar que te desahogues. Podemos
inventarnos insultos nuevos para quien haga falta, planear asesinatos fallidos,
o brindar por todas las personas que hacen nuestra vida más complicada. O
puedes no contármelo, y sencillamente vamos a hacer que lo olvides durante
todas las horas que necesites un descanso. Hay tantos y tantos temas de los que
podemos hablar que te juro que el silencio no va a ser un problema. Yo tengo
cuerda.
Si te sientes solo, cuenta conmigo. Si necesitas alguien en quien
confiar, alguien con quien reír o un hombro en el que llorar. Si necesitas
compañía, alguien que te endulce el día, yo me hago con toneladas de azúcar
para el café. Que no estás sólo. Que eres alguien importante, eres alguien esencial,
especial, alguien sencillamente increíble.
No tienes ni idea lo complicado que es encontrar a alguien como tú. Que
estoy dispuesto a ayudarte en lo que necesites. Que de todo se sale y es mucho
más fácil si alguien te toma de la mano.
Que tú puedes, tú puedes con todo, no se trata de debilidad, se trata de
hacerlo más fácil. Porque puedes recorrer tú sólo todo el camino pero, ¿sabes
qué? Me encantaría recorrerlo contigo. Porque, no lo olvides, puedes
contar conmigo. Siempre.
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