La superstición suele basarse en tradiciones populares que se
transmiten de generación en generación. Esto quiere decir que, dentro de una
comunidad, los ancestros que sostenían que algunas acciones (como contar con un
amuleto o repetir ciertas palabras) favorecían la buena suerte o alejaban lo
negativo, transmitieron dichas creencias a sus descendientes.
Muchas son las supersticiones que forman parte ya de nuestro acervo
cultural o tradición. No obstante, entre las más significativas se encuentran
las siguientes:
• Un gato negro que camina hacia una persona significa mala suerte. Esta es una superstición que emana de la idea establecida por la Santa Inquisición de que ese animal era una reencarnación del Diablo.
• Un cuadro que está colgado torcido que luego se cae supone mala suerte. En este caso, dicha idea es fruto de la creencia que existía en la Antigua Grecia y que decía que si sucedía eso con el retrato de un dirigente, este iba a morir en breve periodo de tiempo.
• Siete años de desgracias trae consigo romper un espejo. Esta superstición, por su parte, emana del hecho de que antiguamente se establecía a ese elemento como un elemento de adivinación y su rotura indicaba que algo iba a ir muy mal.
• Apagar las velas del cumpleaños de un soplido. Esta supone un presagio de buena suerte y tiene su origen en la Edad Media pues fue entonces se puso en vigor como una manera de dejar atrás el pasado.
La ciencia considera que ciertas disciplinas son
supersticiones, como la astrología, el espiritismo o el tarot. La superstición,
de todas formas, no siempre forma parte de un cuerpo mayor sino que puede ser una
creencia aislada.
Al creer en la superstición, la persona atribuye
una relación causal entre acontecimientos a una fuerza sobrenatural. Un
supersticioso puede creer que un gato negro trae mala suerte y, si se cruza con
un animal de este tipo en la calle, preferirá retroceder. Nada prueba, por
supuesto, que los gatos negros tengan capacidad de incidir en el destino o en
la fortuna.
Por otra parte, si el supersticioso ve un gato negro y luego tropieza,
atribuirá la caída a la presencia del felino, por más que haya tropezado porque
la vereda estaba rota.
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