Hay que recordar o aclarar que percibir no es sinónimo de “ver”; vemos
con los ojos y a través de un mecanismo también maravilloso que es la vista,
pero no es suficiente. Percibimos a través de los cinco sentidos y por medio de
estímulos que pueden ser visuales, auditivos, gustativos, olfativos y táctiles,
y que tienen muchas más categorías dentro de sí mismos, volviendo el proceso de
percibir algo muy complejo, específico y detallado.
Estos signos estímulos generan en nosotros sensaciones, las cuales duran
únicamente fracciones de segundos para que, al ser asimiladas, nuestro cerebro
las convierta en percepciones, involucrando procesos cognitivos y
otorgándoles significados.
Este proceso continuo e ilimitado es la “semiosis”: la
capacidad humana de asignar significado a todo lo que le rodea. De esta manera
es como realmente nos comunicamos y es así como la fragancia de un perfume
significa para nosotros el recuerdo de una persona en particular, la música y
la letra de una canción nos remonta a un momento importante de nuestra vida… un
color nos puede hacer pensar en una marca específica y un símbolo nos puede
comunicar un concepto.
No podemos hablar de semiosis sin aclarar que la semiótica es el estudio
de los signos dentro de un contexto social, por lo tanto ese proceso perceptivo
estará siempre condicionado por las características y particularidades de cada
uno de nosotros.
Percibimos de acuerdo a quienes somos, a nuestra sensibilidad,
carácter y temperamento, a nuestro nivel de estudios, nuestra
identidad cultural, creencias religiosas, ideologías políticas, tendencias
sexuales, género, edad, status social y capacidad adquisitiva, a nuestras
experiencias de vida, sean éstas agradables o no.
Es por eso que un diseño no funcionará de la misma manera para un público
oriental que para Latinoamérica, tenemos un simbolismo diferente para ciertos
colores, palabras y lugares… percibimos diferente.
Podríamos escribir muchísimo más acerca de la maravilla de la percepción
pero quizás el punto medular sea que es parte de nuestra esencia, que está
directamente relacionada a nuestro ser individual y que constantemente está
siendo modificada por todos los acontecimientos, pequeños o grandes,
afortunados o no, que marcan nuestra vida. Que con cada nueva experiencia o cambio
al que nos enfrentamos modificamos nuestra manera de percibir y que, como dije
al principio, la percepción es una herramienta evolutiva que nos ayuda a seguir
viviendo y nos permite adaptarnos a nuestro entorno actual, sin duda no es
igual al de ayer y será totalmente distinto al de mañana.
La vida cambia y con ella nuestra situación laboral, familiar y
emocional, por lo tanto, percibimos siempre de acuerdo a nuestra propia
historia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario