Tras el éxito del libro “somos lo que comemos” te presentamos la versión
psicológica: “somos lo que pensamos”. Sin duda es un título bastante sugerente
y que nos invita a aprender más sobre esa relación entre los pensamientos, lo
que nos sucede y la definición que tenemos de nosotros mismos.
En todo esto, nuestra mente, a través del material cognitivo con el
que trabaja, tiene un gran poder.
Nuestros pensamientos pueden cambiar la manera en que nos comportamos,
las decisiones que tomamos y los sentimientos que experimentamos. Es decir que
nos influyen mucho, más de lo que creemos.
La mente: ¿aliada o enemiga?
Todo depende. ¿De qué? ¡de lo que pensemos! Es frecuente decir “estoy
cansado, no puedo aguantar más” e inmediatamente después tener ganas de
echarnos a dormir tres días seguidos. No olvides que el cuerpo y
el cerebro trabajan para complacerte, y especialmente el primero tiende a
hacerlo a corto plazo. Sin embargo, también pueden llegar a ser una especie de
genio de la lámpara que obedece sin protestar los deseos de su amo.
A diferencia de lo que creemos, no es la mente la que nos dice lo
que tenemos que hacer o cómo debemos sentirnos… ¡Sino todo lo contrario! Somos
los responsables de cómo nos sentimos. No podemos echar la culpa al entorno, a
los políticos, a la economía o a nuestro jefe… todo reside en nuestro interior.
Claro que siempre es mucho más fácil buscar el responsable en el otro o en algo
ajeno. De esta manera no tenemos la posibilidad de aprender, cambiar y
mejorar.
Muy poca gente es consciente del enorme poder que tiene nuestra
mente. Para bien… o para mal.
Desgraciadamente
en la gran mayoría de los casos nuestra mente se ha convertido en
nuestro peor enemigo. Dicen que llegamos a tener más de 60.000
pensamientos al día; y que la mayoría de ellos suelen tener una gran
carga negativa. A modo de ejemplo incluiré algunos pensamientos comunes
de nuestra vida cotidiana que más de uno os resonará: “No sé si
podré...”, “No soy capaz...”, “No lo aceptarán...”, “No estoy
preparado...”, “Me dirán que no...”, “No me seleccionaran...”, “No les
gustaré...”, “¡Qué tonto que soy!”, “¡Qué feo que soy!”, “¡Qué gordo
que estoy!”, “¡Qué mal me encuentro!”, “Estoy enfermo”, “¡Cómo me duele!”,
“Así no vamos a ningún lado!”, “¡No tiro!”, “¡Estoy cansado!”, “¡No voy
a pasar la prueba!”, “¡No me van a aprobar!”, “¡Mira lo que me
han hecho!”, “¡No me merezco esto!”, “¡No voy a perdonarlo!”, “Pobre de
mí”...
Como Eckhart Tolle dice en su libro de ‘El
Poder del Ahora’: “Pensar se ha convertido en una enfermedad...” “La
mente es un instrumento fantástico si se usa correctamente. Pero usado
incorrectamente puede convertirse en algo tremendamente destructivo…”. “No
es que utilicemos nuestra mente incorrectamente, es que no la utilizamos
nada. Es ella que nos utiliza. Esta es la enfermedad…”. “Tú crees que tú
eres tu mente. Este es el engaño. El instrumento ha tomado control sobre
ti. La mente te está usando…”. “Estás inconscientemente ligado a ella, de
forma que ni siquiera sabes que te has convertido en su esclavo. Es casi
como si estuvieras poseído sin haberte enterado…”
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