“Lo mejor que podemos hacer por otro no es sólo compartir con él
nuestras riquezas, sino mostrarle las suyas.”
Benjamin Disraeli
Bajo cualquier circunstancia, hagamos siempre lo mejor que podemos, ni
más ni menos. Sin esfuerzo. Si intentamos esforzarnos demasiado para
hacer más de lo que podemos, gastaremos más energía de la necesaria, y al
final nuestro rendimiento no será suficiente.
Cuándo nos excedemos en lo que hacemos nos agotamos y por
consiguiente nos resulta más difícil y más duro alcanzar nuestros objetivos.
Por otro lado, si hacemos menos de lo que podemos hacer, nos someteremos a
nosotros mismos a frustraciones, juicios, culpas y reproches. Por ello
limitémonos a hacer lo mejor que podamos, en cualquier circunstancia.
Pero si hacemos lo mejor que podemos, no nos juzgaremos a
nosotros mismos en modo alguno. Y si no nos juzgamos, no nos reprocharemos ni
nos culparemos ni nos castigaremos.
Pero además si hacemos lo mejor que podemos, viviremos con gran
intensidad. Estaremos actuando porque amamos hacerlo, no porque esperamos una
recompensa. Emprender acciones cuándo esperamos una recompensa, es el motivo
por el que no hacemos lo mejor que podemos. En cambio, si emprendemos la acción
por el puro placer de hacerlo, disfrutaremos de cada cosa que llevamos a cabo.
Es posible que incluso lleguemos a conseguir más de lo que hubiésemos
imaginado, además de divertimos.
Se trata de hacer, de actuar lo mejor que podemos y de intentar
todo lo que podemos.
Debemos tener en cuenta que puede que tengamos grandes ideas en la
cabeza, pero lo que importa es la acción.
No se trata de soñar despierto ni de sentarse varias horas a soñar
mientras meditamos. O sea que, en principio, debemos ponernos en pie y actuar;
y luego, aunque podemos fracasar, debemos levantarnos y recomenzar la acción y
seguir adelante. No debemos compadecernos de nosotros mismos ni debemos ser
duros con nosotros mismos.
Levantémonos y establezcamos la siguiente regla: “Está bien,
empezaré otra vez desde el principio. Voy a mantener lo acordado sólo por hoy.
Hoy haré lo mejor que pueda”.
Empecemos de nuevo cada mañana y de nuevo al día siguiente. Al principio
será difícil, pero cada día nos parecerá más y más fácil hasta que, un día,
descubriremos que dirigimos nuestra vida hacia el desarrollo pleno como
personas capaces de descubrir todo lo bueno que hay en mundo, gozarlo y
defenderlo.
Hagamos siempre lo MEJOR QUE PODEMOS.
Piensa bien y saldrá bien!
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