viernes, 11 de octubre de 2019

Los Inflexibles



Una personalidad inflexible es aquella que es resistente al cambio, incluso si ese cambio es beneficioso. La falta de flexibilidad es una característica de varios trastornos de la personalidad, como el trastorno obsesivo-compulsivo y el trastorno de personalidad narcisista. A  menudo  se encuentra en el centro de un sentido de sí mismo y puede ser difícil de remediar. Sin embargo, estudios recientes han demostrado que los rasgos inflexibles pueden cambiar y cambian con el tiempo.

Ser inflexible no tiene nada que ver con lo agradable que es alguien en la  vida  cotidiana. En vez de eso, la inflexibilidad se refiere a la imposibilidad de cambiar los rasgos de personalidad o estilos de afrontamiento para adaptarse a situaciones cambiantes, lo que hace difícil, si no imposible, desenvolverse socialmente.

Los rasgos de carácter inflexibles son rasgos resistentes al cambio. Este cambio puede ocurrir a través de auto-examen o la  resolución  de problemas a través de otros métodos, pero los rasgos inflexibles están a salvo de estos agentes de cambio. Parte de este escudo es creado por la incapacidad de una persona inflexible o falta de voluntad para examinar estos rasgos.

Esto evita cualquier descubrimiento del error rasgo o limitación. En términos psicológicos,  uno  de los aspectos clave de la inflexibilidad es su centralidad, que se encuentra en el corazón de una persona inflexible en el sentido de sí misma y todos los demás procesos y rasgos están subordinados a esto.

Albert Einstein dijo que “la mente que se abre a una nueva idea, jamás volverá a tu tamaño original”. Sin embargo, abrir la mente es un ejercicio complicado, mucho más de lo que estamos dispuestos a admitir. 

De hecho, la rigidez mental se comienza a construir desde que nacemos. Cada aprendizaje nos abre nuevas puertas pero también nos cierra otras. A medida que crecemos y nos vamos formando nuestra propia imagen del mundo, nos llenamos de estereotipos, creencias y prejuicios que son muy difíciles de eliminar. Sin embargo, la rigidez mental no se refiere únicamente a las ideas, sino y sobre todo, al modo de pensar.

La rigidez mental nos hace prisioneros, merma nuestra capacidad de adaptación, creatividad, espontaneidad y positividad. Nos ata a viejos modelos que nos impiden crecer en el plano intelectual y emocional

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