transformándonos día a día, en todos los aspectos. Bueno en el aspecto
humano, normalmente decrecemos, por ello, después, hemos de volver a crecer.
La autosuperación o Crecimiento Personal, es una tarea de investigación
interna, que nos comunica desde nuestro sentir, con el sentir de todo cuanto
nos rodea, sensibilizándonos con, personas, naturaleza, arte… Y la elección
más acertada.
De todos los pasos que iniciemos en nuestra vida, normalmente, los que
damos desde el corazón, tienen más garantía para trasladarnos hacia la
verdadera libertad y amor, que necesitamos y ansiamos para ser felices.
¿Por qué ahora y cómo?
¿Porque ahora es cuando me da por plantearme casi todas las
preguntas a la vez?, tales como:
¿Dónde estoy?. ¿Quién soy realmente?. ¿Estoy contento con mi vida?. ¿Las personas, lugares y trabajos con los que me relaciono, ¿son afines a mí?. ¿Soy honesto conmigo mismo?. ¿Por qué me cuesta aceptar los cambios?. ¿Soy feliz o me estoy engañando?
Si te has hecho este tipo de preguntas, ¡Aleluya!. Ya estás en el Camino del Crecimiento personal o autosuperación.
¿Dónde estoy?. ¿Quién soy realmente?. ¿Estoy contento con mi vida?. ¿Las personas, lugares y trabajos con los que me relaciono, ¿son afines a mí?. ¿Soy honesto conmigo mismo?. ¿Por qué me cuesta aceptar los cambios?. ¿Soy feliz o me estoy engañando?
Si te has hecho este tipo de preguntas, ¡Aleluya!. Ya estás en el Camino del Crecimiento personal o autosuperación.
Hay veces en que la vida nos sitúa en un punto donde tienes
que decidir caminos disyuntivos: izquierda derecha, norte o sur, este u
oeste. Situaciones en que te puedes ver consumidas por el peso de
tomar decisiones igualmente inciertas, sin ningún punto claramente a favor o en
contra. Opciones que parecen semejantes, tanto en costes como en
beneficios. Con el reloj en tu contra, forzándote a tener que decidir con
una nube espesa de incertidumbre oscureciendo tu consciencia.
El destino no está escrito, está en continuo movimiento. El
futuro siempre es incierto. Las probabilidades son volubles y nunca hay nada
garantizado. Condicionar tu felicidad a las circunstancias te pone en peligro.
Lo único con lo que puedes contar es con tu Fuerza Interior, tu capacidad de
esfuerzo y de sacrificio, tu resistencia a los golpes de la vida y tus ganas de
levantarte una y otra vez, con más energía aún que en la última caída. Ése es
el camino del guerrero.
Sí. La vida es hoy. No es ayer, ni mañana. La vida es hoy. Y hoy es
cuando debes empezar a construir todo aquello que siempre esperas que se cumpla
mañana. Mañana es nada. Electricidad cerebral que se disipa en un pensamiento.
El escondite perfecto donde resguardarte del miedo a crecer. Pero el
tiempo es finito. Y no se detiene ante miedos o complejos.
El tiempo es quien marca los límites de tu existencia. Y es un tren que
no espera: hay que subirse a él justo en el momento.
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