El pensamiento es lo que caracteriza al ser humano, es la capacidad que ha generado todas las consecuciones de la cultura y la civilización creadas por nuestra especie. Pero, aparte de los avances colectivos, también nos sirve para gobernar nuestra vida personal, para reflexionar conseguirlo.
Las relaciones con nuestros semejantes transcurrirán de uno u otro modo
según la manera en que pensemos en ellas, las enfoquemos y tengamos claro qué
significan para nosotros. La manera en que nos conducimos en las situaciones
por las que atravesamos, la posibilidad de posicionarse en cada momento vital,
con realismo, es algo que también atañe a la actividad de pensar.
Cualquier movimiento, actividad, decisión, relación, han de ir precedidas por esta actividad mental.
Cada ser humano nace con igual potencial respecto al desarrollo de sus
funciones cerebrales, el cerebro de los humanos haciendo una analogía con un
maquina es eficiente en cuanto a consumo y transformación de la energía, posee
una asombrosa capacidad de optimización en la manera de memorizar y un
constante aumento de la velocidad de procesar información, un órgano realmente
asombroso, pero lo que en verdad me propongo tratar en este escrito no es el
funcionamiento de nuestro cerebro, ni sus capacidades, tampoco sus cualidades,
sino que quiero abordar una pregunta la cual todos los seres humanos alguna vez
en nuestra vida nos hemos hecho : ¿Por qué nos resulta tan difícil pensar?
Lo que sí que es cierto es que nunca usamos todas nuestras neuronas a la
vez. Claro, dirán algunos, eso es lo que ocurre: como no las usamos a la vez,
no podemos, por ejemplo, desarrollar poderes telepáticos. Pues tampoco. La
actividad simultánea de todas las neuronas nos arrojaría al suelo víctimas de
convulsiones como las de un ataque epiléptico.
Cuando las neuronas se disparan al mismo tiempo, el cerebro queda
inundado de actividad eléctrica y se anula toda capacidad para pensar y actuar
de manera coordinada. Para impedir ese infierno, al menos la mitad de las
neuronas funcionan como un filtro atenuador o moderador de flujo. De modo que
la próxima vez que alguien os diga que no usáis todo el cerebro, contestémosle
que menos mal.
El mayor enemigo del pensamiento es la complejidad, porque conduce
a la confusión Intentamos hacer demasiado al mismo tiempo.
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