lunes, 4 de noviembre de 2019

Cuando Nos Viene La Apatía

En el lenguaje más coloquial, la apatía se expresa como un concepto mucho menos virtuoso: se le relaciona con la pereza, depresión y la actitud de abandono personal, en el más oscuro de los sentidos.

En teoría la apatía no constituye en sí una enfermedad, pero podría ser muchas veces una puerta de conexión con el círculo vicioso de la depresión, en especial si no se es capaz de vencerla, dejando que invada cada pensamiento y aplaste cada sentimiento hasta condicionar cada conducta.

Los síntomas más característicos de la apatía son:

     »Una pérdida de interés hacia las cosas que antes hacían disfrutar a la persona.
     »El sentirse triste, decaído emocionalmente o cabizbajo.
     »El abatimiento.
     »El sentimiento de indignidad.
     »La culpa.
     »La soledad del aislamiento.
     »La falta de la motivación.
     »La fatiga fácil.


La gente apática creen que son inadecuados o inútiles, atribuyen sus experiencias desagradables y sus futuros fracasos como defecto que consideran estigmático, aun en los casos en los que saben que es transitorio. Consideran que el mundo vive planteándoles exigencias que exceden su potencial y poniéndoles obstáculos que interfieren en el logro de sus metas.

Tal parece que no existe solución, pero si existe una salida para todo esto: para salir de la apatía se debe hacer uso de la voluntad, tener la voluntad para ver de otra manera las cosas. Recuerde la solución es el uso de la voluntad

No hay comentarios:

Publicar un comentario