lunes, 25 de noviembre de 2019

Volver A Empezar


“La vida está compuesta de ciclos, etapas y momentos, unos más suaves o agradables que otros… y cada uno de ellos representa la oportunidad de aprender, crecer y madurar esencialmente. A través de estas experiencias podemos reflexionar y reconectarnos con nosotros mismos y con las herramientas que se encuentran guardadas en nuestro interior.

Al mismo tiempo, la mayoría de las veces, la dificultad que enfrentamos nos lleva a recordar la presencia de Dios, a reafirmar nuestras creencias, a rescatar el valor de los afectos en nuestra vida, a movernos suavemente hacia el punto medio o, simplemente, a ubicarnos de nuevo en el presente, para reconocer que estamos vivos.”

Son muchas las situaciones que le causan dolor al ser humano. Algunas de ellas nos hacen perder la dirección y las ganas de vivir, haciendo que nos enfrentemos al dolor, a la apatía, a la indolencia, al desánimo y hasta a la depresión. Lo más importante, en esos momentos, es recordar que podemos caer y experimentar la pérdida temporal del sentido y la dirección que llevaba nuestra vida… pero luego, tenemos que reunir la fortaleza, el valor y la determinación que nos haga falta para levantarnos y comenzar de nuevo.

La mayoría de las veces el dolor y la afectación que sentimos nos impide tener la claridad mental necesaria para analizar la situación con objetividad y ver un poco más allá para descubrir la solución. Por esta razón, es importante abrirnos a la sugerencia o al comentario positivo que nos haga un buen amigo, esa persona que nos quiere incondicionalmente y que tiene la serenidad y la claridad mental, por encontrarse afuera de la situación, para percibir la posible salida o respuesta que tanto necesitamos.

Ábrete al proceso de aprender y sanar, date el tiempo suficiente para reconocer cuál es la lección pendiente por aprender. Cuando no lo hacemos, el dolor se convierte en rabia, resentimiento, tristeza profunda, desánimo, rebeldía o depresión.
Construye una vida nueva y mejor, con dignidad, valor, responsabilidad, alegría, fuerza y fe. No olvides que son los momentos difíciles los que más nos enseñan. ¡Superarlos y usarlos como un trampolín para impulsarnos hará la diferencia!

Claves para volver a comenzar
Vive tu duelo y trabaja la aceptación. Tómate el tiempo necesario para liberar tu dolor. No trates de invalidarlo o de bloquearlo; lo más sano es dejarlo salir. Acepta lo sucedido sin hacerte muchas preguntas, hazlo con el valor y la determinación de hacer cuanto sea necesario para superarlo, transformarlo o sanar.

Suelta el pasado y perdona. Mientras más le des vuelta en tu mente al recuerdo de lo que te sucedió, más se profundizará el dolor. Soltar significa dejar ir el recuerdo triste y doloroso para volver a sentirnos bien. Utiliza el perdón si fuese necesario para sanar el dolor y suavizar tu situación.

Valórate y cuenta contigo. ¡Eres alguien especial, hecho a imagen y semejanza de Dios! Haz contacto con tus talentos, dones y capacidades, evita pensar en tus limitaciones, errores y fracasos del pasado... Estás en el umbral de una nueva vida que traerá consigo lo mejor para ti. Sal a caminar, aliméntate bien, descansa y distrae la mente. Suavízate el momento y acompáñate a vivir.

"Siempre podemos volver a comenzar, y hacerlo con más fuerza, entusiasmo y determinación".


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