Cuando las carencias en nuestro interior nos impiden juzgar sanamente a
los demás, aparece lo que se denomina la proyección negativa. Una serie de
mecanismos de defensa que atribuyen a otras personas nuestros propios defectos,
e incluso nuestras propias carencias.
En situaciones de conflicto emocional, atribuimos a otras personas los
sentimientos o pensamientos propios que resultan inaceptables para nosotros.
La proyección negativa maniobra en situaciones de conflicto
emocional de origen interno, atribuyendo a otras personas los sentimientos o
pensamientos propios que resultan inaceptables para nosotros. Se proyectan
los sentimientos o pensamientos que no terminan de aceptarse como propios
porque generan angustia o ansiedad, dirigiéndolos hacia alguien y
atribuyéndolos totalmente como si fueran de otra persona.
Gran parte del trabajo que se realiza en el desarrollo personal consiste
en librarse de estas proyecciones estableciendo una frontera definida
entre la descripción que hacemos de lo que sucede y lo que sucede realmente. De
esta manera evitamos la distorsión de los hechos superando el
conflicto que en realidad solo existe en nuestro interior.
“No vemos a los demás como son, sino como somos nosotros mismos”
-Emmanuel Kant-
La defensa del yo en las carencias personales
La proyección externa de las propias carencias personales que nos
producen ansiedad o angustia se realiza para mantener un buen concepto
personal. La autoestima y los mecanismos de defensa juegan un
papel fundamental en la defensa del yo. Los llamados mecanismos de defensa
del yo son estrategias que utilizamos sin darnos cuenta, cuya función es
preservar nuestra autoimagen y autoconcepto.
Nuestro cerebro parece haber desarrollado diferentes formas para
proteger nuestro organismo de aquello que nos parece demasiado doloroso o
inaceptable. Los mecanismos de defensa son estrategias para frenar el malestar
de ciertas vivencias y los sentimientos asociados a ellas. Estos mecanismos nos
protegen cuando no queremos reconocer algún aspecto de nosotros mismos que nos
disgusta o rompe el autoconcepto que nos habíamos creado.
Todas las personas deberíamos, en algunas de las tantas estaciones que
atravesamos a lo largo de nuestra existencia, detenernos a firmar un tratado de
paz con nosotros mismos.
Todos, en algún momento de nuestra vida, antes o después, nos
replanteamos nuestra existencia, queremos saber quiénes somos, que es lo que
queremos etc.
Sea cuando sea esta llamada, lo importante es que ocurra y que nos
motive, para que no nos quedemos solo con lo que nos viene dado.
Con el paso del tiempo nos vamos planteando preguntas que surgen de una
lectura, de una conversación, etc. Este hecho me hace cuestionar si son verdad
y buscar entre todas ellas las que considere verdaderas.
Esto nos va llevando a periodos de reflexión, donde podemos ayudarnos de
herramientas. Una de ellas es la meditación.
Hay muchos tipos de meditación, lo importante es ir probando hasta
encontrar la que mejor se adapte a uno. Meditar nos hace conocernos mejor
interiormente, es decir ver cuales son nuestros límites, nuestros miedos y
debilidades. Es muy importante porque te hace ser más positivo y lograr ser
mejor persona.
No hay comentarios:
Publicar un comentario