viernes, 1 de noviembre de 2019

Vencer La Adversidad



 “Nada sobre esta tierra puede detener al hombre que posee la correcta actitud mental para lograr su meta. Nada sobre esta tierra puede ayudar al hombre con la incorrecta actitud mental. Thomas Jefferson

Continuamente recibo muchos correos de personas que están atravesando diferentes dificultades bien sea en sus relaciones, en sus trabajos o negocios y hasta aprietos financieros. Muchos ya están cansados de luchar, otros ya no saben qué hacer.

¿Qué hacer cuando todo parece un valle de sombra de muerte?

Las palabras del salmista David nos muestra que es solo una sombra, no es un valle de muerte,  cuando estés en medio de la adversidad debes verla como una sombra que con la luz se desvanece.

La sombra te intimida pero no te puede vencer si sabes quién eres.  David sabía quien era por ello pudo decir: “No temeré mal alguno porque tu Dios estás a mi lado”.

Nosotros como humanos tenemos una capacidad única para enfrentar las adversidades y convertirlas en desafíos y oportunidades a medida que encontramos nuestra razón de ser. Jesús siendo hijo de Dios enfrentó adversidades como humano para mostrarnos que si es posible vencerlas.
Lo que lleva a una persona a vencer la adversidad es su compromiso consigo mismo, es no dejar que las circunstancias determinen su destino, es estar abierto a los cambios, es ser flexible, convertirse en una persona resiliente.

Leí un cuento de Pedro Pablo Sacristán llamado “La mala suerte de Pescafrito”, cualquier parecido es pura coincidencia. Hay quienes dicen que tienen mala suerte, y aquí hay una gran enseñanza a nuestras vidas:

“En aquella tienda de animales la mala suerte tenía un nombre: Pescafrito, un pequeño pez famoso porque nunca estaba en el acuario adecuado. Cada vez que tocaba reordenar los tanques, Pescafrito acababa por error o descuido en el más peligroso para él. Desde otros tanques tranquilos y seguros, sus primos y hermanos veían divertidos sus desesperadas carreras por evitar ser la merienda de algún grandullón.

A pesar de su increíble mala suerte, Pescafrito no se desanimaba, y en cada carrera ponía todo su empeño en librarse de nuevo, aunque sintiera el dolor de algún que otro mordisco en sus aletas o el cansancio de nadar entre plantas y rocas a cualquier hora del día o de la noche.

Así fue sobreviviendo Pescafrito Malasuerte, como todos le llamaban, hasta que un día de reorganización en los acuarios, Pescafrito por fin acabó compartiendo tanque con todos sus primos y hermanos. Pero mientras se juntaban a su alrededor para conocer sus desventuras, un cuidador despistado echó en ese mismo tanque al más grande, hambriento y peligroso de los peces de la tienda. Fueron sólo unos minutos, pero el enorme pez no necesitó más para acabar con todos los pececillos… excepto Pescafrito, que acostumbrado a huir de muchos peces a la vez, no tuvo problemas en escapar de uno solo.

Poco después entró en la tienda un gran experto en acuarios, y al ver a Pescafrito vivo en el mismo tanque que el pez grande no se lo podía creer. Estuvo horas en la tienda, observándolo, viéndolo escapar una y otra vez con su nadar lleno de giros y piruetas y su increíble capacidad para esconderse. No tenía dudas: era un pez único en el mundo, y el experto lo llevó consigo para ser la estrella de todas sus colecciones y acuarios.

Y Allí Pescafrito vivió feliz con todo tipo de atenciones y cuidados, pensando lo buena que había sido para él su famosísima mala suerte.”

“Mi actitud ante la adversidad determinará mi futuro” Pedro Sifontes


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