domingo, 3 de noviembre de 2019

Únicos E Indivisos

No hay una prevención respecto de cómo encarar las relaciones amorosas y la convivencia, de manera sana. Las personas se enganchan en una pareja y se ilusionan con que todo va a estar bien.


Pero al poco tiempo suelen surgir diferencias. Cuando la situación se ha vuelto insostenible y acuden a terapia, de a poco se empiezan a dar cuenta, a reconocer todas las cosas que han venido sufriendo quién sabe desde qué cantidad de tiempo y que no registraban. Este solo hecho de darse cuenta de qué es lo que pasa, ya produce un alivio.

Aquello de la "entrega total" en el amor no es sano. Cada uno debe mantener su individualidad. Que ame profundamente al otro no significa que le pueda permitir que avasalle su terreno. Respetar los espacios del otro también es respetar lo que el otro quiere y apoyarlo en eso. Porque en la medida en que el otro esté bien, pueda desarrollarse y seguir compartiendo con su pareja, ese vínculo va a estar bien. De lo contrario, será un vínculo que destruye, que enferma.

Hay que tratar de que la vinculación no sea a través de la carencia que tiene cada uno, sino a través del amor. Si tengo carencias, no debo buscar que el otro las supla sino trabajar yo en mi propia persona. Esto contradice el mensaje que expresan las canciones románticas: "tú eres el sentido de mi vida, lo que completa mi ser, sin ti no puedo vivir..." 

En realidad no debe haber un apego, una dependencia, sino dos individuos que juntos tienen un proyecto en común. Es un vínculo más sano. El otro no es su bastón, no es su apéndice. Si el vínculo se termina, no se va a terminar la vida ni la posibilidad de ser feliz. Habrá un duelo, pero eso se supera.
No hay una prevención respecto de cómo encarar las relaciones amorosas y la convivencia, de manera sana. Las personas se enganchan en una pareja y se ilusionan con que todo va a estar bien.

Pero al poco tiempo suelen surgir diferencias. Cuando la situación se ha vuelto insostenible y acuden a terapia, de a poco se empiezan a dar cuenta, a reconocer todas las cosas que han venido sufriendo quién sabe desde qué cantidad de tiempo y que no registraban. Este solo hecho de darse cuenta de qué es lo que pasa, ya produce un alivio.

Aquello de la "entrega total" en el amor no es sano. Cada uno debe mantener su individualidad. Que ame profundamente al otro no significa que le pueda permitir que avasalle su terreno. Respetar los espacios del otro también es respetar lo que el otro quiere y apoyarlo en eso. Porque en la medida en que el otro esté bien, pueda desarrollarse y seguir compartiendo con su pareja, ese vínculo va a estar bien. De lo contrario, será un vínculo que destruye, que enferma.

Hay que tratar de que la vinculación no sea a través de la carencia que tiene cada uno, sino a través del amor. Si tengo carencias, no debo buscar que el otro las supla sino trabajar yo en mi propia persona. Esto contradice el mensaje que expresan las canciones románticas: "tú eres el sentido de mi vida, lo que completa mi ser, sin ti no puedo vivir..." 

En realidad no debe haber un apego, una dependencia, sino dos individuos que juntos tienen un proyecto en común. Es un vínculo más sano. El otro no es su bastón, no es su apéndice. Si el vínculo se termina, no se va a terminar la vida ni la posibilidad de ser feliz. Habrá un duelo, pero eso se supera.


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