Definir la marginación se hace difícil si nos paramos a reflexionar
sobre las circunstancias personales de cada uno, tal vez todos, de una u otra
forma, seamos marginados.
La marginación es un concepto abstracto que se deriva del concepto de
marginado en un contexto social,
«personas que están al margen de la sociedad», bien por propia voluntad
bien porque son excluidos por diferentes motivos como edad, sexo, raza,
cultura, religión... Es la situación de aislamiento y exclusión de un grupo en
un sistema social, que no participa ni goza de los privilegios de los demás
miembros de una sociedad, constituyendo una situación de inferioridad social y
de disminución de los bienes sociales: economía, cultura, educación, trabajo,
desarrollo intelectual y psicológico, salud, lengua...
Sería el proceso por el que una sociedad rechaza a unos determinados
individuos, desde la simple indiferencia hasta la represión y reclusión.
También se da el caso de quienes, por no concordar con los valores y normas de
una determinada sociedad, se automarginan.
La marginación social es un proceso, no una condición. Por lo tanto sus fronteras cambian, y quién es excluido o incluido puede variar con el tiempo, dependiendo de la educación, las características demográficas, los prejuicios sociales, las prácticas empresariales, las políticas públicas...
Se podría definir como marginal con respecto a un grupo a todo individuo que de una u otra forma, por algún motivo, y en algún área, se encuentra situado al margen de la «normalidad» de ese grupo. La situación de marginación social engloba la situación de aquellas personas o grupos sociales al margen de la sociedad por su condición geográfica (inmigrantes), física/psíquica (disminuídos), edad (ancianos), etnia, raza o cultura (gitanos, inmigrantes), de su región, sexo, condición económica...
La marginación social a nivel estructural es el resultado de la existencia de una desigualdad en la distribución de los bienes producidos sean materiales o culturales.
La marginación social es un proceso, no una condición. Por lo tanto sus fronteras cambian, y quién es excluido o incluido puede variar con el tiempo, dependiendo de la educación, las características demográficas, los prejuicios sociales, las prácticas empresariales, las políticas públicas...
Se podría definir como marginal con respecto a un grupo a todo individuo que de una u otra forma, por algún motivo, y en algún área, se encuentra situado al margen de la «normalidad» de ese grupo. La situación de marginación social engloba la situación de aquellas personas o grupos sociales al margen de la sociedad por su condición geográfica (inmigrantes), física/psíquica (disminuídos), edad (ancianos), etnia, raza o cultura (gitanos, inmigrantes), de su región, sexo, condición económica...
La marginación social a nivel estructural es el resultado de la existencia de una desigualdad en la distribución de los bienes producidos sean materiales o culturales.
La pobreza estructural que ya estaba presente en el
mundo (originada por una mala distribución de la riqueza) se le suman otras
formas. La marginación hoy se caracteriza por la presencia de niveles más
elevados de criminalidad, la desorganización familiar o las perturbaciones
afectivas, producto de los ajustes y de la desarticulación generalizada de las
nuevas economías incluyendo a los sectores de clase media, jubilados,
trabajadores fabriles, que ven cómo sus condiciones de vida elementales se van
deteriorando significativamente.
Hoy surgen «nuevos perfiles de marginalidad y
pobreza», inserción laboral precaria, insuficiencia de ingresos, movilidad
descendente y violencia, que asociados a pautas de segregación residencial y educativa,
acentúan la desintegración y segmentación social.
No hay comentarios:
Publicar un comentario