En esta vida hay que tener mucho cuidado con las apariencias. Las cosas
no siempre son lo que parecen, sino que hay que investigar un poco para llegar
a averiguar cómo son realmente.
Con esta expresión española, no es oro todo lo que reluce, lo que
queremos decir es que, aunque a primera vista algo parece ser bueno, a lo
mejor (o bueno, a lo peor) no lo es, sino que tenemos que mirar bien de cerca,
investigarlo, para ver si realmente es así.
¿No les ha pasado nunca que han visto algo en el suelo que brillaba
mucho y, después de pensar por unos segundos que sería algún objeto valioso de
joyería ha resultado ser un simple cristal que reflejaba la luz del sol? Pues
esto es lo mismo.
Si se anuncia una oferta de trabajo en la que se ofrece un excelente
salario desde el principio, coche de empresa, ordenador personal, gastos
pagados, etc., cuidado, es posible que sea un trabajo tan estresante que no los
deje vivir.
Así que, como no es oro todo lo que reluce, antes de aceptar que algo es
bueno, investiguemos un poco para ver si realmente lo es. Nos llevaremos muchas
menos decepciones a lo largo de vuestra vida.
La apariencia es como los demás nos ven y nos perciben: El vestuario, la
forma de hablar, como actuamos… pero no podemos reflejar con ella lo que
realmente queremos expresar.
Pero cuando conocemos de verdad a una persona, compartimos con ella
nuestros pensamientos y descubrimos realmente, la personalidad de cada uno.
Cuando vemos a una persona por primera vez, observamos su aspecto
externo. Nos fijamos en su ropa, en su rostro, en sus complementos…y deducimos
como es esa persona. Y es que tendemos a juzgar sin conocer.
Cada uno es el responsable de remediarlo ya que, si entablamos una
amistad con una persona, vemos como es ella de verdad.
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