“La amistad es lo más noble y hermoso. ¿Qué puede haber que
brinde más fuerza a nuestra existencia? Constituye el tesoro más preciado que
nos brinda la vida. Uno podrá tener mucha fama o riquezas, pero la vida que se
transita sin amistades resulta árida y desconsolada. Acaba siendo una
existencia egocéntrica, orientada a desviarnos del camino correcto.”
“Nacimos en este diminuto planeta situado dentro de un
vastísimo universo, para compartir este preciso momento de la vida cósmica.
Entre los siete mil millones de personas que habitan esta Tierra, constituye un
raro hallazgo encontrar a alguien con quien poder establecer un lazo humano
transparente y libre de opacidad. Alguien con quien uno pueda expresarse tal
como es, auténtico y sin temores, para gozar de una comunicación profunda, de
corazón a corazón, sin tener que enredarse en explicaciones que todo lo
complican.”
“En todos los casos, recuerden que la clase de relaciones
humanas que se establezcan dependerá sólo de ustedes. No interesa ‘cómo son los
demás con uno’, sino ‘cómo es uno con respecto a los demás’. Nunca sean esa
clase de personas que sólo está en las buenas y desaparece en cuanto surge el
menor contratiempo. Sean cuales fueren las circunstancias, por favor,
permanezcan siempre junto a sus amigos, con lealtad invariable.”
“Las relaciones humanas muchas veces son como la imagen que
nos devuelve el espejo. A veces, uno piensa: ‘Ah, si él fuese menos agresivo,
yo podría abrirme más’, ‘si ella no fuese tan hostil conmigo…’. Pero, al mismo
tiempo, esa otra persona también se está preguntando: ‘¿Por qué tendrá que ser
tan cerrada? Si se abriera un poco más, yo podría hablarle de un modo más
amable…’. De ahí la importancia de que sea uno mismo el que entable el diálogo.
Si, a pesar de eso, los tratan con frialdad, consideren que la persona
realmente digna de lástima es la que actúa de esa forma. Por supuesto, hay
situaciones en que los sentimientos superan toda posibilidad de control. En el
corazón se producen movimientos y cambios que, a veces, no conseguimos manejar.
Entonces, ¿qué hacer?
Mi consejo es que no cambien sus principios de rectitud,
que mantengan firme su individualidad, con la postura de no transigir, aunque
los demás cambien. Aunque los ofendan o los defrauden humanamente, tengan la
fortaleza y la integridad de jurarse que jamás harán sentir a otros como les ha
tocado sentirse a ustedes.”
“Si bien uno se siente muy herido en sus sentimientos cuando
le sucede algo así, tiene la posibilidad de entablar nuevos lazos de amistad
con otras personas. Lo que no quisiera es que su corazón se cerrara y dejaran
de creer en los demás.
Es verdad que si uno no confía en nadie, tampoco correrá
el riesgo de ser traicionado ni tendrá motivos para temer a la traición. Pero
terminarán encerrando su vida en los estrechos confines de su propio mundo. En
realidad, sólo el que ha pasado por los dolores más amargos puede abrazar a la
gente con auténtica generosidad. Por eso no me canso de decirles que tengan
fortaleza de espíritu.
Y, si no, fíjense en el Sol: no toda la luz que irradia
se refleja en las estrellas que brillan gracias a su luminosidad. También hay
muchos rayos que llegan a lugares donde la luminosidad no tiene utilidad
alguna. ¡Cuánta luz desperdiciada!, uno podría pensar. Pero el Astro Rey sigue
inmutable, irradiando todo ese caudal de brillo sin escatimar nada.
Alguien
rechazará la luz de amistad que le ofrecen, por qué no, pero es probable que
esa persona se aleje del camino de ustedes. Sin embargo, lo que quiero que
rescaten es otro aspecto: que cuantas más luces ofrezcan a los demás, más
brillará la vida de ustedes mismos.
Lo importante es que sigan avanzando por el
camino que hayan elegido transitar, sin pensar en lo que puedan decir los
demás. Mientras se mantengan imperturbables, fieles a ustedes mismos, llegará
un momento en que los demás comprenderán el sincero esfuerzo que han estado
realizando.
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