sábado, 17 de junio de 2017

Deshojando La Margarita


 Recordando un caso en el que me pidieron consejo, voy a hablar sobre la manipulación emocional invisible.
Todos conocemos formas de manipular, desde los chantajes, insultos, mal humor, etc...

Pero hay otro tipo de manipulación muy dañina, la cual es difícil de detectar en un principio, es una trampa en la que se va cayendo poco a poco…

Hoy en día todo se compra, todo se vende, todo se soluciona con la tecnología. Por increíble que parezca hasta tenemos una aplicación que nos dice quién nos conviene, quién no o cual en definitiva si esa persona te conviene en tu vida, increíble ¿No?

La aplicación consiste en un algoritmo que lleva una pulsera. Esta nos mide la reacción que tenemos cuando estamos delante de una persona; nuestro grado de excitación, de estrés… además de todo esto también analiza las conversaciones por mensajería instantánea, los mensajes de texto y las fotos que se reciben en el dispositivo…

Cuando nuestra aplicación tiene los datos suficientes es como un amigo sensato… nos dice “esta persona aléjala de tu vida”, bueno no exactamente así, simplemente nos borra a las personas. Cuanto menos es curioso, ¿no?

Y es que la tecnología, la falta de tiempo, la perdida de la comunicación directa con los demás son fenómenos sociales que están cambiando la forma de relacionarnos con los demás. Ahora puedes encontrar pareja eligiendo entre toda una selección de candidatos por Internet y quedar con ellos, eso de ir a un bar y preguntar, ¿Estudias o trabajas? Parece que se ha quedado más que antiguo para algunos.

¿Cómo elegir a la pareja, al amigo, que nos conviene y no equivocarnos?

Pues precisamente ahí está la chispa de la vida, en que no hay fórmulas mágicas para elegir siempre a las personas adecuadas sin equivocarnos. Y es que precisamente en las equivocaciones, en los desengaños, en los aciertos… está el sentido del juego de la vida. Porque así es la vida y así debemos tomarla. Aprender de nuestros errores, de los errores de los demás, aprender a perdonarnos y a perdonar… En definitiva vivir sin miedo, sin rencor y sin temores.

Y es que ¿Cuántas veces nos hemos dicho a nosotros mismos, “no me lo esperaba de esa persona”, “Hay que ver lo que me ha hecho”, “ya no vuelvo a confiar en nadie”? Pues sí, los demás se equivocan y nosotros… también; y es que el ser humano es imperfecto por naturaleza y así debemos tomarlo dándole la importancia justa y sin lamentarnos continuamente por todo.

Porque muchas veces entramos en un monólogo interior realmente dañino; somos los más desgraciados, todo nos pasa a nosotros, siempre nos topamos con la persona no adecuada… Dejemos de dramatizar y vivamos más felices, si en el momento nos duele pero luego… a continuar…

La vida está llena de personas que nos aportan cosas positivas, cosas negativas, personas que nos ayudan, que nos desengañan, personas con una escala de valores diferentes a nosotros; pero de todo se aprende y hay que intentar siempre ver el vaso medio lleno y no medio vacío.

Esta aplicación seguro que se convierte en todo un éxito, porque cuanto menos es curiosa, posiblemente pronto la veamos en otros países. Pero no olvides dejar de apostar por tu intuición, tu propio criterio unas veces acertado y otras veces erróneo y anímate a conocer gente nueva.

Vivimos en un mundo donde la boda importa más que el amor, el físico más que el intelecto y el funeral más que el muerto. Vivimos en la cultura del envase, que desprecia el contenido. 
Eduardo Galeno.


No hay comentarios:

Publicar un comentario