miércoles, 19 de septiembre de 2018

A Imagen Y Semejanza


¿Qué significa ser hechos a imagen y semejanza de Dios? Nuestra humanidad es la huella divina en nosotros. Mirar al hermano como un semejante es descubrir en él la imagen de la divinidad. “Somos semejantes en los valores que nos hacen humanos”.

Y fuimos creados a imagen y semejanza… nos explica la Biblia en sus primeras páginas. ¿Alguna vez meditamos, en profundidad, acerca de las posibles interpretaciones de este versículo? Esa imagen que menciona el texto sagrado, y esto es claro para mí, se refiere sin dudas a la imagen que nosotros proyectamos. Porque en todos nosotros anida, creo, la imagen de Dios, lo imaginamos como nosotros. Lejos está ese cliché pictórico de un Dios anciano, etéreo y barbado, vestido con una túnica blanca y que comanda su Creación desde una nube vaporosa en los Cielos (aunque a veces, a los efectos prácticos y pedagógicos, podamos recurrir a esa construcción simbólica).


La imagen de Dios en nosotros es justamente nuestra humanidad. Y al mirar de frente el rostro de nuestros semejantes, vemos también la dimensión de lo divino. A aquellos que no quieran depositar aquí una carga religiosa, les sugiero que se limiten, por ejemplo, a la mera simetría de lo humano. 

De este modo, más allá de nuestras diferencias (teológicas, doctrinarias, ideológicas), todos podemos acordar que lo humano nos iguala.

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