La creatividad es una parte natural de la vida. No es algo
que está limitado a gente especial, o que sólo sucede en determinados sitios.
Con seguridad, nadie encuentra el canto del pájaro como algo antinatural o
amenazante. ¿Y quién no puede dejar de sentirse cautivado por la belleza de un
límpido cielo azul o un árbol de cerezo en flor? Para mí, estos son ejemplos de
nuestro amor natural por la belleza y definen el verdadero espíritu del arte y
de la cultura.
A menudo la vida es difícil, tiene espinas como el tallo de
una rosa. La cultura florece de ese tallo. A veces parece que el mundo nos
tratara como partes de una máquina y nosotros necesitamos algo que nos permita
recobrar nuestra humanidad. Cada uno de nosotros tiene sentimientos reprimidos
y acumulados en su interior: un grito callado que emana desde las profundidades
de nuestra alma.
El arte le da a esos sentimientos voz y forma. Libera nuestra
humanidad. Es la emoción, el placer de expresar nuestra vida interior tal cual
es.
Mi amigo Oswaldo Pugliese, maestro del tango argentino, fue
una persona que supo combinar la creatividad con una personalidad firmemente
enraizada en la realidad. "Mis dedos son tan duros como mis uñas",
solía decir. "Soy sólo un carpintero que martilla sin descanso las teclas
del piano."
El Sr. Pugliese nació en el centro de Buenos Aires, un
vecindario en el que vivían apiñadas en edificios baratos las familias de inmigrantes.
Las personas eran cálidas y afectuosas y daban rienda suelta a la libre
expresión de sus emociones.
Su papá era el flautista de una banda de tango. El tango es
salvaje, sofisticado, humorístico, elegante, hermoso y feroz. Sus ritmos pulsan
lúgubres anhelos que no pueden ser expresados en palabras. Éste ritmo pulsaba
en las venas del Sr. Pugliese. Después de un largo aprendizaje, presentándose
en cines y cafés nocturnos, finalmente formó su propia banda de tango cuando
tenía treinta y tres años. La banda trabajó persistentemente para crear sus
propios sonidos, y fueron premiados con una explosiva popularidad. Mientras
tanto, las orquestas que una vez habían sido populares y que se habían
contentado con seguir pasivamente las tendencias de la época, se disolvían una
tras otra.
El Sr. Pugliese le dijo una vez a los miembros de su
orquesta: "Estamos navegando en un vasto océano de tango. Lo más
importante es conocer las corrientes de ese océano que son las que nos llevarán
al puerto de los corazones de la gente."
Creo que la gran música, como todo gran arte, tiene que venir
del corazón. Si su mundo interior es débil, lo que usted puede crear será
igualmente débil. La clave en la vida es sobrevivir y seguir viviendo no
importa lo que pase. Una presentación musical será un fracaso, si los músicos
abandonan y dejan de tocar en la mitad de la presentación. De esa manera será
imposible "llegar" al corazón de la audiencia. La determinación de
continuar hasta el fin es esencial tanto para la vida como para el arte.
El compositor italiano Giuseppe Verdi, al escribirle una
carta a un joven que quería seguir la carrera artística, lo exhortó a no
dejarse arrastrar ni por la crítica ni por la alabanza. Él continuó: " El
artista debe mirar hacia el futuro, ver nuevos mundos en medio del caos, y si
al final de su larga travesía puede divisar una luz diminuta, no debería
temerle a la oscuridad que lo circunda. Hay que dejarlo seguir recto hacia
adelante y si alguna vez tropieza y se cae, debe levantarse de nuevo y
continuar su camino. Es igual que la vida. Debemos apretar los dientes y seguir
caminando con coraje hacia la luz."
Este espíritu de total dedicación es la clave de la
creatividad. Ciertamente, los momentos en los que siento que he hecho algo
creativo, son aquellos en los que me he lanzado con todo mi corazón a efectuar
una tarea, y luego he seguido adelante sin descanso hasta verla concluida. En
esos momentos siento que he ganado en la lucha por engrandecer mi vida.
La expresión artística es una exploración de nuestro mundo
interior. Como escribió Thoreau: "Voltea tus ojos directo hacia adentro,
si así lo haces, encontrarás miles de regiones que nunca han sido
descubiertas".
La creatividad significa empujar y abrir la pesada y
quejumbrosa puerta de la vida. Esta no es una lucha fácil, de hecho, puede ser
una de las tareas más difíciles en el mundo, un asunto de sudor y lágrimas.
Porque abrir la puerta de nuestra propia vida puede ser tan difícil como abrir
la puerta de los misterios del universo.
Yo creo que el arte y la cultura enriquecen al individuo, a
la vez que alcanzan, comunican y acercan a la gente. La cultura no conoce
fronteras, trasciende las diferencias étnicas, ideológicas o nacionales. Nos
toca como seres humanos, produciendo sentimientos de plenitud y ampliando y
abriendo el yo interior. Las vibraciones espirituales del artista, producen
vibraciones similares en nuestros corazones. Esta es la esencia de la expresión
artística.
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