viernes, 28 de septiembre de 2018

Saber Escuchar


Saber escuchar es un proceso fundamental para una comunicación eficaz donde las personas altamente sensibles habitualmente no tienen grandes inconvenientes.

Oír y escuchar son dos actitudes distintas. Al cabo de un día se oyen muchas cosas pero se escucha poco. Cuando se oye no se presta una atención profunda, sino que simplemente se capta la sucesión de sonidos que se produce a nuestro alrededor. 

Mientras que cuando se escucha la atención va dirigida hacia algún sonido o mensaje específico, es decir, existe una intencionalidad, encontrándose todos los sentidos enfocados a lo que se está recibiendo. Así, las personas que saben escuchar a otros, los acompañan en su viaje por la vida.
Aprendiendo a escuchar

Un proverbio oriental dice: “Nadie pone más en evidencia su torpeza y mala crianza, que el que empieza a hablar antes de que su interlocutor haya concluido”.

Suele ocurrir que a veces cuando está hablando con otra persona se tenga dificultades para escuchar, pasando de escuchar a oír en muchas ocasiones, mientras se elabora qué se va a decir cuando el otro termine, en vez de intentar prestar atención a lo que dicen, quedando el dialogo bloqueado por incontinencias verbales; donde no habrá dialogo como tal sino monólogos yuxtaponiéndose.

Si bien el saber escuchar es una actitud difícil, ya que exige dominio de uno mismo e implica atención, comprensión y esfuerzo por captar el mensaje del otro, no lo es para las personas sensibles que, por la alta capacidad de empatía que poseen, captan la atención hacia el otro, adentrando en su ámbito de interés y su marco de referencia.

En una sociedad en la que hay muchas personas que necesitan ser escuchadas, el don de la sensibilidad y la capacidad de escucha generan el diálogo con el justo equilibrio entre saber escuchar y saber hablar, junto a la creación de un clima de respeto, estima y confianza que abre las puertas para que la otra persona también se comunique.



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