Aquello que llamamos Conciencia ordinaria de vigilia duerme
profundamente. La Conciencia ordinaria de Vigilia se relaciona con los cinco
sentidos y el cerebro. La gente cree que sí tiene Conciencia despierta y eso es
falso, la gente vive en el sueño más profundo. Por lo tanto, Conciencia es
Sabiduría, fundamento de lo que en verdad es.
La Conciencia, mientras esté embotellada por el Ego, no
puede despertar. Así que nos podemos atrever a decir, sin temor a equivocarnos
que la humanidad actual tiene la Conciencia dormida.
Una persona puede llegar a ser muy intelectual pero esto no
lo garantiza que su Conciencia esté despierta. Se sabe relacionar muy bien con
el mundo en que anda, pero está muy mal relacionada con el mundo en que vive, o
sea su cuerpo físico, su mente, su psiquis.
Es necesario saber que la humanidad vive con la
Conciencia dormida. La gente trabaja soñando. La gente anda por la calle
soñando. La gente vive y muere soñando.
Cuando hemos llegado a la conclusión de que todo el mundo
vive dormido, comprendemos la necesidad de "despertar". Necesitamos
el despertar de la Conciencia. Queremos el despertar de la Conciencia. El
protagonista de esta terrible realidad es el obstinado Ego. El humano con
respecto a su estado interior es una multiplicidad psicológica, una suma de
yoes. Los ilustrados (ignorantes) de esta época tenebrosa, le rinden culto al
"Yo" (el cual tiene embotellada nuestra Conciencia).
La causa del sueño profundo en que vive la humanidad es la
fascinación. La gente está fascinada por todas las cosas de la vida. La gente
se olvida de sí mismo porque está fascinada. El borracho en la cantina está
fascinado por el alcohol, el local, el placer, los amigos y las mujeres. La
mujer vanidosa está fascinada ante el espejo por el encanto de sí misma. El
rico avaro está fascinado por el dinero y las propiedades. El obrero honrado
está fascinado en la fábrica por el duro trabajo. El padre de familia está
fascinado por sus hijos.
La gente sueña en todo aquello que la fascina.
Todos los seres humanos están fascinados y sueñan
profundamente.
Si uno no cometiera el error de identificarse tanto consigo
mismo, la autoconsideración interior sería más que imposible. Cuando uno se
identifica consigo mismo , se quiere demasiado, siente piedad por sí mismo, se
autoconsidera, piensa que siempre se ha portado muy bien con fulano, con
sultano, con la mujer, con los hijos, etc., y que nadie lo ha sabido apreciar,
etc.
Debemos no identificarnos jamás con las cosas porque así es
como cae uno en la fascinación y en el sueño de la Conciencia.
La observación de las cosas sin identificación nos permitirá
conocer los procesos de la codicia, del apego, la ambición, etc.
La observación sobre los lugares nos permitirá conocer hasta
dónde llegan nuestros apegos y fascinaciones en relación con los lugares
diversos.
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