sábado, 15 de septiembre de 2018

Desarrollar La Compasión


Se necesita compasión para lidiar con las personas difíciles de tu vida. La investigación reciente sugiere que la mejor manera de evitar la ansiedad, la alta presión arterial y el malestar al tener que interactuar con una persona que te cae mal consiste en prepararse para ello. Puedes ajustar tu forma de pensar sobre esta persona antes del encuentro y aprender a desarrollar compasión hacia esa persona.

Los investigadores señalan que la compasión tiene cuatro componentes: Reconocer el sufrimiento de la otra persona; permitirse conectar emocionalmente con ese sufrimiento, desear que la otra persona no sufra y sentirse motivado a aliviar su sufrimiento. El que decidas ayudar o no ayudar a esa persona depende de ti. Los investigadores dicen que es suficiente con estar dispuesto a hacerlo.

El nuevo estudio dirigido por investigadores de la Universidad de California en Berkeley, la Universidad de Stanford y la Universidad de California en Davis publicado el mes pasado en la revista “Mindfulness”, investigó la eficacia del programa de Entrenamiento en el Cultivo de la Compasión (CCT), un entrenamiento de ocho semanas en el cual los participantes aprenden a ser más compasivos. Los investigadores siguieron a 51 adultos durante el curso a través de una aplicación para iPhone que les pedía evaluar sus niveles de cuatro estados emocionales distintos —ansiedad, calma, fatiga, y alerta— dos veces al día. 

También se les preguntaba a los participantes si sentían que podían regular estas emociones y cómo lo hacías (ya sea tratando de reducir la emoción, tratando de mantenerla, aumentarla, o ignorarla). También tuvieron que responder cuestionarios semanales.

Durante el transcurso del programa CCT, los participantes se volvieron más capaces de regular y mejorar sus estados emocionales negativos como la ansiedad y el estrés, y aumentar los estados positivos, como la calma, a través del cultivo de la compasión hacia sí mismos y hacia los demás. Cualquiera puede tomar el curso CCT, el cual fue creado el año 2009 por Thupten Jinpa, traductor principal del Dalai Lama junto a un grupo de neurocientíficos, psicólogos y terapeutas. Este programa enseña a los participantes a cultivar la compasión hacia todos los seres, incluyendo las personas difíciles en sus vidas. El programa se enseña a través de la escuela de medicina de Stanford y por más de 100 instructores certificados en todo el mundo.

El programa incluye entrenamiento en meditación y estrategias para ajustar los propios pensamientos, llevando a los participantes a través de una serie de pasos que se van haciendo progresivamente más difíciles a medida que el programa avanza. Algunos pasos que se incluyen en el programa son: aprender a enfocar la atención, practicar la compasión hacia ti mismo y hacia un ser querido, y desarrollar aprecio por las personas que están fuera de tu círculo inmediato, incluyendo a las personas difíciles. Los ejercicios invitan, por ejemplo, a reflexionar sobre el hecho de que aquella persona difícil es el hijo o hija de alguien, el padre o la madre, el hermano o la hermana de alguien—tal como tú—y tiene sus propias esperanzas, sueños y aflicciones.

El programa no invita a que los participantes perdonen a alguien que los haya herido o que continúen en una relación con esa persona. En cambio, el programa sugiere que podemos desarrollar compasión hacia esa persona, reconociendo que él o ella sufren y generar el deseo de que disminuya su sufrimiento —lo cual es beneficioso para la persona que genera la intención.

“Hay consecuencias en nosotros mismos respecto a las emociones que tenemos cuando generamos pensamientos negativos hacia alguien o cuando tratamos de evitarlo; el entrenamiento nos ayuda a dejarlo ir”, afirma Hooria Jazaieri, investigadora en el Greater Good Science Center en la Universidad de California en Berkeley, quien enseña el entrenamiento en compasión en Stanford y es la autora principal del estudio.

No suprimas tus pensamientos. La investigación muestra que la supresión de pensamientos activa la amígdala cerebral, donde yace la respuesta de lucha o huida del cuerpo. La supresión de pensamientos te vuelve más ansioso a largo plazo y tiene efectos dañinos en tu salud física. Además, te hará pensar más en aquella persona sobre la cual estás tratando de dejar de pensar. En un estudio clásico en el cual se solicitó a los participantes no pensar sobre un oso blanco, el oso se tomó sus pensamientos. 

Si en tus pensamientos emerge un recuerdo o el nombre de la persona difícil, intenta prestar atención brevemente y luego deja que tus pensamientos se muevan hacia otra cosa.

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