sábado, 22 de septiembre de 2018

Convivir Con La Incertidumbre

La vida es una aventura en la que nos desenvolvemos con pocas certezas, la mayor certeza es la de que algún día moriremos, pocas son las situaciones que podremos dar por sentadas, por lo que es vital que aprendamos a convivir con la incertidumbre, a todos nos gusta sentir seguridad y confianza mucho más que sentir incertidumbre; nos gusta saber que si hacemos o dejamos de hacer algo las consecuencias serán las que pensamos y no otras; sin embargo, la vida no es tan exacta y, para bien o para mal, nos sorprenderá en numerosas ocasiones.

Asumir que no se tiene todo bajo control nos ahorrará bastantes ratos de angustia, es así, nadie puede hacer que el futuro sea justo como había planeado, si hubiera que otorgar un papel protagonista en nuestra historia, sería mejor dárselo a la esperanza en lugar de a la incertidumbre, ningún sentimiento nos puede destrozar tanto como regodearnos en la incertidumbre, esta se viste de inseguridad, miedo, pesimismo.

Si cambiamos la incertidumbre por la esperanza, tampoco tenemos por ciertos los resultados, pero estamos más motivados para seguir en la lucha, ante la falta de seguridad, tú eliges qué sentir: ¿incertidumbre o esperanza?, nadie sabe cómo va a ser su futuro, hagamos hoy lo que esté en nuestra mano, pero no llenemos este día de miedo, muchas veces nuestras decisiones se ven influidas por sentimientos como las dudas, la desconfianza, la inseguridad o los celos, a veces cometemos errores y nos comportamos indebidamente, para arrepentirnos después.

Los seres humanos, de forma absurda tratamos de controlar de una u otra manera el futuro; por lo que estamos siempre inmersos en “La Incertidumbre”, que es el hecho de no saber si lo que esperamos de nuestras vidas se concretizará, o simplemente el no saber que nos depara el mañana; este temor nos obliga a planificar, a planear cada paso de nuestra existencia, cada decisión que debemos de tomar en la vida, siguiendo normas y reglas enseñadas.

Las personas tendemos a ver en la incertidumbre tan sólo algo negativo que muchas veces queremos evitar a toda costa, cualquier cosa que rompa nuestra seguridad y que no podamos controlar nos pone en alerta, como si tuviéramos que enfrentarnos a un enemigo, es una lucha absurda, que únicamente nos desgasta puesto que la incertidumbre forma parte del día a día de cualquier ser humano y es por tanto ineludible; el futuro en sí mismo es pura incertidumbre y cada segundo que aún no hemos vivido puede llenarse de cualquier acontecimiento, esperado o inesperado, es evidente, que por mucho que nos preocupemos frente a esa inseguridad que nos ronda, no vamos a solucionarla mejor; la cuestión no es resistirse a la incertidumbre tratando de evitarla, por el contrario, la clave está en aceptarla como un regalo de la vida que está lleno de potencialidad.


Cualquier cosa que decidamos hacer en nuestra vida, necesita de un espacio de posibilidades que le permita  existir en ese futuro que aún está por construir, si no existiera incertidumbre, si todo lo que tuviera que suceder estuviera previsto y determinado, si todo ya estuviera construido, ¿qué espacio nos quedaría? ¿Dónde viviría nuestra libertad de elegir?, agradezcamos a la vida el regalo de la incertidumbre.

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