Se conoce como autodeterminación a la autonomía o independencia de una persona, un grupo, una
comunidad o una nación. Al tener autodeterminación, se tiene la capacidad o
facultad para tomar determinaciones por cuenta propia, sin tener que pedir
permiso o rendir cuentas. Por eso, el derecho de autodeterminación es el derecho de un pueblo a escoger su forma de
gobierno y estructurase libremente, sin injerencias externas.
El determinismo, por otra parte, es la doctrina
filosófica que afirma que los acontecimientos físicos están causalmente
determinados por una cadena de causa y consecuencia.
Es posible distinguir entre el determinismo fuerte (que
no cree en ningún suceso genuinamente azaroso o aleatorio y que, por lo tanto,
sostiene que el futuro es potencialmente predecible desde el presente) y el determinismo
débil (que admite la influencia de sucesos impredecibles).
Para llegar al éxito suelen ser necesarias una serie de
virtudes y actitudes, pero entre todas ellas se destaca la determinación
ya que es el motor que impulsa al emprendedor a lograr su objetivo.
Es la fuerza interior, el drive o coraje que mueve a los
emprendedores a autosuperarse y a buscar caminos donde otros se dan por
vencidos.
La determinación, como bien dice Heidi Grant Halvorson en el Harvard Business Review, es
la voluntad de alcanzar metas a largo plazo y está directamente relacionada con la
resilencia. O, en palabras de Carol Dweck en su libro Mindset, “la determinación es la
disposición para perseguir objetivos a muy largo plazo y hacerlo con pasión y
perseverancia”, es mantenerse fiel a determinadas metas a lo largo de tiempo y
poner todo el empeño posible en conseguirlas.
Si no te consideras una persona particularmente determinada,
no pasa nada. Más que una cualidad innata se trata de una actitud, algo
que se puede entrenar y fortalecer. Las principales bases que debes trabajar
para ejercitar tu determinación son el esfuerzo, la organización y
planificación y la perseverancia.
La clave para este cambio está en nuestra mentalidad.
Hay quienes entienden que nuestras habilidades son algo estático, es decir,
tienes aquellas habilidades con las que naces y no hay espacio para mucho más.
Las personas que ven el mundo desde esta óptica tienden a
evitar todo lo que suene a peligro, obstáculos, retos, etc.
Sin embargo, hay otros que entendemos que las capacidades se
adquieren, que la inteligencia se entrena. Así, los retos ya no suponen una
amenaza sino una oportunidad: dominamos un tema gracias a los obstáculos que
hemos tenido que superar, crecemos porque nos proponemos desafíos,
aprendemos
de las críticas y aquellos que son mejores que nosotros no son una amenaza sino
una fuente de enseñanzas e inspiración.
Hugo W Arostegui
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