La persona que desea superarse a sí misma es la que, por
ejemplo, quiere obtener calificaciones académicas mejores que las que ha
logrado hasta ahora, o desea hacer su trabajo de un modo más eficiente.
Por otra parte, la persona que desea superar a las demás es
la que, por ejemplo, quiere obtener mejores calificaciones académicas que su
amigo o lograr que se le declare "Trabajador del Año" en su empresa.
Ambos tipos de ambición pueden ser útiles en diferentes
contextos. Pero P. Marijn Poortvliet, de la Universidad de Tilburgo en los
Países Bajos, y Céline Darnon, de la Universidad de Clermont en Francia, se
interesan más por el contexto social de estas ambiciones y por cómo afectan a
nuestras relaciones con las personas de nuestro entorno.
Poortvliet y Darnon se han
centrado en el intercambio de información, y si la persona con ambiciones es
abierta y honesta cuando trabaja en equipo con otras.
Y lo que se ha constatado en
este estudio es que quienes buscan superar a los demás tienden a ser más
embusteros y más reacios a compartir información con sus compañeros de trabajo,
tanto en el laboratorio como en las oficinas del mundo real que Poortvliet ha
estudiado. La razón es bastante obvia: cuando el rival comete errores aumentan
las probabilidades de vencerle.
Las relaciones personales de esta clase de
gente, empeñada en competir siempre con los demás, tenderán por tanto a
deteriorarse.
Por otro lado, las personas que intentan autosuperarse son bastante abiertas y dispuestas a ayudar a la gente de su entorno, ya que buscan superarse a sí mismas, no a los demás. Y por otra parte, dependiendo del contexto en que traten de autosuperarse, puede que ello pase por ser más cooperativas con sus semejantes. Esto puede ayudar a mejorar el ambiente de trabajo. Por todo ello, las relaciones personales de quienes quieren autosuperarse tendrán más probabilidades de ser buenas.
Por otro lado, las personas que intentan autosuperarse son bastante abiertas y dispuestas a ayudar a la gente de su entorno, ya que buscan superarse a sí mismas, no a los demás. Y por otra parte, dependiendo del contexto en que traten de autosuperarse, puede que ello pase por ser más cooperativas con sus semejantes. Esto puede ayudar a mejorar el ambiente de trabajo. Por todo ello, las relaciones personales de quienes quieren autosuperarse tendrán más probabilidades de ser buenas.
Un ejemplo de
esto último, desvelado por estudios anteriores, es que la gente con estas metas
de autosuperación están más dispuestas a escuchar las opiniones, valoraciones y
propuestas de los demás, mientras que las personas que quieren superar a las
demás optan mayormente por asumir que siempre tienen la razón y que son los
otros quienes se equivocan.
Pese a todo, no siempre es malo ser competitivo. Por ejemplo, para quien aspira a ser campeón olímpico, es bueno querer autosuperarse, pero sobre todo tiene que superar a los demás.
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