Visionario es un adjetivo que suele emplearse para
calificar a la persona que, gracias a su creatividad, su imaginación o
sus conocimientos, logra prever qué ocurrirá en el futuro. El
concepto, de este modo, se asocia a una cierta visión de los
acontecimientos que están por venir.
Por lo general se llama visionario a todo aquel que, de alguna forma, se
adelanta a su tiempo. Tomemos el caso del dueño de una estación de radio que,
mientras todos sus competidores invertían en antenas, él decidió volcarse a la
transmisión vía Internet. Así, su radio fue la primera estación de su
ciudad que, a mediados de la década de 1990, empezó a transmitir su
programación a través de la Red. Teniendo en cuenta el desarrollo del
sector y que más tarde el resto de las estaciones se sumaron a la tendencia,
puede decirse que dicho hombre fue un visionario.
No existe una fórmula mágica para convertirse en visionario, así como
tampoco es posible obtener un talento por medio de la voluntad: se trata
de algo con lo que se nace, y de hecho muy pocas personas lo tienen. Por otro
lado, no basta con tener una determinada habilidad, sino que es necesario
trabajar para desarrollarla y poder hacer uso de ella con mayor precisión y
efectividad.
De Steve Jobs también podemos decir que los mejores proyectos en los que
colaboró no se produjeron de un día para el otro, sino que surgieron de una
mágica combinación de la observación del mercado y de ideas innovadoras
para ofrecerle algo que aún no hubiera en circulación.
La visión de algo que no tiene precedentes no siempre conduce a un
cambio profundo en la sociedad, pero tampoco es correcto decir que si no lo
consigue entonces no se trata de algo verdaderamente valioso.
A lo largo de la historia algunas personas se apresuraron a
presentar sus ideas innovadoras al resto de la gente, o bien lo hicieron de la
manera equivocada, y esto generó que no triunfaran, e incluso que
fueran criticadas con severidad o que se pusiera en duda su talento.
Sin embargo, en ciertos casos no hizo falta más que tiempo para que la
situación se revirtiese, y esas ideas finalmente encontraran su lugar en el
plano de las grandes creaciones.
De esto podemos inferir que los grandes visionarios no solo han tenido
ideas brillantes y adelantadas a su época, sino que también han sabido
mostrarlas, aunque les haya tomado varios intentos. Como parte de la visión
debe existir el contexto social e histórico, el conocimiento de las
herramientas que necesita el entorno para comprenderla y aceptarla
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