lunes, 2 de diciembre de 2019

Por Debajo De La Coraza

A lo largo de la vida nos enfrentarnos a situaciones o momentos que nos resultan duros e incómodos. Quizá simplemente son escenarios en los que nuestras emociones no saben actuar, no conocen las armas para combatirlos.


Este es un hecho muy natural, el ser humano aprende de la experiencia y de su entorno. A diario vivimos circunstancias que ponen a prueba lo más profundo de nuestro ser. No siempre el resultado de nuestras decisiones es positivo para nosotros mismos. Es innato desarrollar Mecanismos de Defensa para enfrentase a estas batallas, somos guerreros que escogemos nuestras armas para la lucha, y en ocasiones creamos una coraza cuya protección altera nuestra calidad emocional.

La Coraza Emocional
La actitud defensiva ante la vida, es una opción emocional que trabaja las 24 horas del día. Su función radica en sobrellevar las vicisitudes diarias, lo que no significa que sea de forma sana y enriquecedora. Puntualmente son mecanismos que nos pueden ayudar a manejar situaciones. Pero en un periodo a medio- largo plazo iremos creando una coraza emocional ante la repetición continua de dichos escenarios. Las consecuencias de esta coraza emocional, entre otras, son:

• Capacidad de negar dichas situaciones e incluso sentir emociones por ellas.

• Evasión de cualquier responsabilidad ante diferentes hechos. Tratar de buscar excusas o culpables añade más negatividad a este hecho.

• Negativa gestión de las culpas. Justificar las culpas daña nuestro interior emocional y no ayuda a comunicarnos.

• Baja autoestima e inseguridad. Estos son pilares emocionales básicos, que destruyen nuestra capacidad de relación y de amor por nosotros mismos.

• Deseo de ser una persona “perfecta”. Ocultando nuestras emociones o debilidades se intenta crear un alma perfecta, que no siente ni padece inmune a cualquier sentimiento.

• Débil conocimiento de uno mismo. Afecta a lo que somos, lo que queremos y cómo lo queremos. En definitiva mostramos un cuadro de nuestro yo poco definido y con sombras.

La coraza emocional puede impedir la visión de la realidad que nos rodea, limitándonos nuestra evolución personal. Por lo general llegamos a convertirnos en personas ariscas, descreídas y con nula capacidad de generar ilusión. Poco a poco nos destruimos y vamos dejando víctimas en nuestro círculo más cercano
.
Ante cualquier sentimiento destructivo, que merme nuestra calidad emocional de vida, el primer paso para adminístralo es ser honesto con uno mismo.

Aceptarse como uno es, no buscar un modelo de perfección irreal, nadie es perfecto. Realizar un profundo estudio interior de lo que somos es primordial.

Estos conceptos no se adquieren de forma rápida, pero la constancia y la motivación por llevar el timón de nuestra vida es un premio que anima a intentarlo todos los días.

La comunicación es el pilar básico que moverá este camino para destruir la coraza emocional. Tan importante es hablar con nosotros mismos como lo es mostrarnos a los demás: nuestros deseos, miedos, dudas, ideas… son ingredientes esenciales para conseguir acercarnos al mundo, libres sin duras corazas que nos impidan avanzar en el largo aprendizaje de la vida.

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