He estado escuchando y leyendo que para ganar influencia, o
para demostrar ser el mejor, para destacar en mi especialidad, en mi medio,
para ganar más dinero, o para ser más cotizado, debo Agregar
Valor.
Yo en lo particular difiero de lo
anterior y
lo veo de otra forma:
No se agrega valor para recibir algo a cambio, o para tener
mayor influencia, ni para ser reconocido como el mejor, ni para buscar
reciprocidad con el fin de generar más dinero, tal como: “Yo te ayudo
y tú me compras”, eso más bien sería una transacción comercial.
Se agrega valor para llenar una necesidad interior de ayudar
y aportar algo a los demás, desinteresadamente, sin buscar un beneficio
personal. Se Agrega valor por principios, no por interés ni por vanidad.
Lo que sí es indudable es que cuando uno marca una
diferencia cuando agrega valor sinceramente, con entusiasmo; así uno
inevitablemente destaca mejorando su propia Marca Personal, porque ayudar a los
demás no es lo más común en nuestros días, y quien tiene la iniciativa de
mejorar en alguna forma la vida de los otros acabará llamando positivamente la
atención.
Cuando hacemos nuestro trabajo, nos cuestionamos si lo que
estamos haciendo es destacado, o importante, a veces puede que no valoremos
tanto lo que hacemos, quizá porque nos lo pagan; y, nos preguntamos si:
¿Estamos realmente agregando valor?, independientemente de la remuneración
económica que recibamos.
El trabajo bien hecho no es un valor, es una obligación, aquí
el hecho de agregar valor reside en aportar algo de forma desinteresada,
buscando el beneficio de los demás, y el de la empresa, el de los compañeros y
especialmente el de los clientes.
Agregar valor en el trabajo nos conduce no tanto a ser
imprescindibles, sino a ser tomados en cuenta.
Preguntémos: ¿Qué estamos haciendo o desarrollando en lo que
queramos ser exitosos a otro nivel?, ya sea en nuestro entorno social, en el
trabajo o en un Networking.
¿Qué estamos haciendo para agregar valor?
En un equipo de trabajo, es normal que cada uno solo vele
por sus propias responsabilidades, que cada uno trabaje únicamente en lo suyo y
en alcanzar sus resultados, sin aportar nada más, ya que eso es lo que
normalmente se espera de todos.
Pero, en el caso del jefe o de un profesional independiente o autónomo, éste tendrá que cargar con la suma de todos los
resultados, buenos o malos. De éste líder se espera que sea el Eje, que dirija
a todos, que siempre aporte más que los demás, y que Agregue Valor, porque para
eso le pagan.
Cuando no se es el líder, también se puede Agregar Valor y para aportar ideas
interesantes, o soluciones constructivas, uno debe conocer qué es lo que hace
cada uno, cómo deben gestionar sus
trabajos y cuáles son los resultados que se esperan de todos.
Cuando uno tiene esa visión general que le permite ver cómo abarcando un gran mural a la distancia, apreciando
todos sus elementos con una mayor, estará en posibilidades de poder aportar
ideas, y de agregar valor.
Cuida las formas en que expongas tus ideas, porque muchas
veces te pueden tomar como entrometido, o que lo haces solo por molestar o
llamar la atención.
Antes de proponer cualquier cosa, pon interés en entender
cuáles son los objetivos generales del grupo, en saber quién es tu audiencia,
en saber cuáles son los roles de cada uno y sus capacidades, has de saber los
parámetros de medida del rendimiento de todos, de forma que tengas una visión
de conjunto, como resolviendo un rompecabezas que se está completando.
Si llegas bien preparado sabiendo claramente el objetivo que
tienen que alcanzar, y no solo te centras en lo tuyo, estarás en posición de
encontrar soluciones particulares para el interés general.
No es necesario que expongas públicamente tus ideas, puedes
hacerlo puntualmente y en privado, con cada uno, o con tu jefe.
Así, con discreción lo tomarán mejor, a nadie le gusta ser
cuestionado o verse superado frente a todos, de esta forma agregas valor sin
pasar por encima de los demás, y quedarán agradecidos.
Si conoces ampliamente las
funciones de cada uno y sabes cómo se gestionan, se
puede decir que eres el más listo. Ese conocimiento te ayudará a plantear las
preguntas más acertadas, y también a lanzar las propuestas más adecuadas.
Si planteas mejores preguntas, (preguntas constructivas sin
afán protagónico), tú serás la
persona que parecerá entender mejor cualquier situación, porque
a mayor claridad de las cosas, mayores serán los recursos que tendrás para
distinguir las diferentes formas de agregar valor.
Conocer los objetivos de todos y la meta general te da opciones
para plantear preguntas acertadas, y no las preguntas que pongan en entredicho
las opiniones de los demás.
Haz preguntas que provoquen unas respuestas que sugieran nuevos
caminos y posibilidades, esto
será muy positivo cuando las cosas están estancadas.
Un líder, como todo Capitán de barco necesita un Primer
Oficial, alguien que lo confronte, alguien que también lo ponga a prueba con
preguntas constructivas. El líder no necesita un “yes man” (uno que le diga que
sí a todo aunque esté mal), necesita una persona que le sugiera cosas
diferentes y que agregue valor.
Si entiendes los objetivos con una visión panorámica, sabrás
cómo puedes agregar valor.
Las personas que piensan diferente, que tienen la capacidad
de distinguir alternativas fuera de la caja, de encontrar soluciones más allá de los límites
establecidos, que buscan mejorar la vida de los demás, esas que pueden proponer
ideas singulares e incluso atrevidas que agregan valor, son personas
que destacan aunque no hayan querido tener protagonismo.
Si discretamente le sugieres a un compañero cómo incrementar
su rendimiento, si le indicas a tu jefe (en privado) cómo puede mejorar la
organización, si das un producto o un servicio que facilita el trabajo de tu
cliente, si entregas tu propio trabajo aportando algo más que nadie se
esperaba, vas a
destacar sin quererlo, dejarás
tu huella, impulsarás tu Marca Personal, porque estás
Agregando valor desinteresadamente.
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