¿Cuál es tu vocación? ¿Qué estás llamado a hacer? ¿Qué carrera profesional escoger? ¿Qué especialidad? ¿A qué nicho dedico mi blog? . . .
Se puede decir de muchas formas pero el problema es el mismo: no sabemos qué camino es el adecuado para nosotros.
Algunas personas encuentran la respuesta de forma clara en una etapa temprana de su vida. Otros, en cambio, no sentimos que ninguna dirección nos atraiga lo suficiente como para descartar otras posibilidades.
Este segundo grupo, el de los “indecisos”, es el más numeroso.
Sí, todos nos dedicamos a algo concreto pero eso no quita que sigamos teniendo un dilema interno. Qué remedio, o elegimos un camino o nos quedamos de brazos cruzados.
Esta entrada es para ayudar al indeciso a encontrar su camino.
Nada Es Permanente
Ya lo dijo Buda: “lo único permanente es el cambio”.
No tengas miedo por elegir hoy un camino, estés seguro de tu elección o no.
Nada te obliga a seguir un camino (una profesión o especialidad) de por vida.
Las personas somos seres complejos y nuestras inclinaciones cambian con el tiempo. Lo que hoy te puede parecer tu vocación “mañana” ya no lo es, o ya no lo es como solía serlo.
Me explico: no hay razón para atarnos toda la vida a una elección que hemos hecho en el pasado y que ya no nos satisface como antes.
No tengas miedo al cambio. Si alineas tu camino con tu “yo” interno no puedes estar equivocado. Elige con el corazón.
Si nada es permanente tampoco tiene por qué serlo tú vocación.
Dicho esto, cierto grado de permanencia en tus decisiones es necesario. Las cosas buenas llevan tiempo y las profesiones y los negocios, como las cosechas, necesitan tiempo para dar frutos.
La estabilidad es deseable. Lo importante es que NUNCA te veas atrapado en la falsa idea de que siempre habrás de hacer lo mismo durante toda tu vida.
Hacer algo que no te satisface significa frustración e infelicidad. Siempre puedes elegir.
Siempre puedes cambiar de rumbo.
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