El refrán da a entender la
disponibilidad de una persona para ayudar a alguien con quien tiene una
relación amistosa, y que en el futuro espera contar con su apoyo.
Quien invoca el uso del refrán
normalmente es la persona que acude solícita a ayudar al amigo. Ante la
pregunta cortés “¿Cómo he de pagarte?”, el buen amigo invoca la expresión “Hoy
por ti, mañana por mí”, como quien dice “no te preocupes, ya me podrás
corresponder de ser necesario”.
En este sentido, el refrán
representa la vida como una reciprocidad de dones. No se admite el pago de los
favores, pero sí la solidaridad mutua y el intercambio de valores espirituales,
invocando a la capacidad de corresponder al bien recibido por medio de otro
bien.
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