Esta reflexión para vivir intensamente nos permitirá
entender que muchas veces andamos haciendo las cosas sin darnos cuenta sea por
instinto, por rutina, por cumplimiento, por necesidad y al fin y al cabo sin
realmente sentir lo que hacemos. Este es un estado que si reflexionamos nos
daríamos cuenta de que estamos viviendo a medias cuando realmente la vida es
demasiado grandiosa para vivirla así.
La vida ha de ser para sentirla a todo su potencial. Es para que si
queremos a alguien lo sintamos, se lo digamos y se lo demostremos. Por ejemplo,
amamos nuestra pareja y sabemos que nos ama también, pero quizás la relación
esta algo fría, por el día a día, las circunstancia, las complicaciones lo que
causa que ambos estemos distraídos y no nos demos cuenta de todo lo que nos
amamos, por lo que haría falta ponerle intensidad a la relación lo que haría
nuestras vidas más gratificantes y al mismo tiempo nos daría más fortaleza y
motivación para sobreponernos a nuestras adversidades.
Del mismo modo si queremos a una hermana, hermano o amiga, amigo, a
nuestros padres a nuestros primos, por qué no decírselo y demostrárselo sin
reservas, sin ataduras, es algo sencillo pero que realmente no tiene precio y
es totalmente gratis. Aunque la otra persona no estaba necesitando o esperando
esta confirmación de cariño, podemos tener por seguro que esa persona lo
apareciera y si lo está necesitando podríamos hacer una gran diferencia
positiva en esa persona que es importante para nosotros.
Además no podemos distraernos en perseguir sueños y fantasías
menospreciando todo lo valioso que ya tenemos. Hay que evitar flojeras y
distracciones que nos alejan de sentir las cosas que realmente queremos, Si nos
dejamos distraer puede que solo podamos reaccionar al momento de la verdad
cuando alguna circunstancia no nos deja otra opción que hacer lo mejor que
podemos y debemos.
Cada día es un día para estar vivo. Aprovechemos este día para dar el
cien por ciento, completamente y totalmente. No hay por qué dar menos de lo
mejor que podamos dar de nosotros mismo. En cada momento de esta vida, podemos
decidir vivir con un objetivo, con pasión, con riqueza y alegría.
De vez en cuando tomemos un momento para contar nuestras bendiciones y
luego procurar ocuparnos en seguir aprovechando esa bendiciones. Seguramente
hay muchos motivos absolutamente válidos para que estemos negativos. Pero esto
no significa que tengamos que abrazar esos motivos negativos. Todo lo
contrario, por qué no decidirnos por estar positivamente inspirados por todo lo
que vemos, oímos y experimentamos. Dejemos que esa inspiración nos empuje con
cuidado y alegremente a encontrar los modos de hacer una diferencia para nuestro
mundo, para nosotros mismo y la gente alrededor de nosotros.
La vida cada día es un regalo que no tiene precio, porque no abrimos
este regalo con entusiasmo y aprovechamos al máximo esa gran oportunidad que
tenemos de crear algo de gran valor y significado.
Por qué solamente procurar y tratar por lo que valoramos, vivámoslo.
Por qué desear y hablar de nuestros sueños trabajemos por ellos.