Hay veces en las que la vida se convierte en un círculo vicioso, un
espiral infinito, una serpiente que se muerde la cola y se envenena una y otra
vez.
Esos errores que cometemos que se convierten en rutina porque no nos
paramos a pensar en que puede que haya otra manera de ver las cosas. Puede que
aquella puerta que creímos ver cerrada, en realidad siempre estuvo entre
abierta. Esas pequeñas cosas de la vida que te hacen sonreír sin
ningún motivo aparente, son a las que deberíamos aferrarnos.
Sin embargo, huimos, corremos, desaparecemos, escapamos y sobre todo
abandonamos. Esquivamos todo aquello que nos hace feliz, por miedo a que un día
se desvanezca. Vivimos afianzados de un miedo irrazonable por el cual
somos perseguidos a cada minuto que pasa y a cada momento feliz que
presenciamos.
Caminamos en un cuerpo fusiforme luchando contra sí mismo en busca de la
felicidad, pero al mismo tiempo erradicándola. Somos dignos de
nuestro instinto animal dado que por mucho que nuestro ego nos diga que somos
la especie más inteligente, utilizamos estos recursos para así
hacernos la vida más fácil.
La sencillez es monotonía hoy en día. Simplemente, avanzamos creando y
destruyendo a cada paso. Nuestro instinto animal a pesar de estar reprimido lo
utilizamos más que aquella inteligencia divina de la que alardeamos.
Vagamos por este mundo creyéndonos superiores pero al mismo
tiempo no hacemos nada para corroborarlo.
La felicidad y el amor son cosas que con el tiempo se han ido
desgastando en nuestra sociedad.
Aquella persona que ama con locura sin pensar en lo que pueda ocurrir,
es marginada por no pertenecer a este grupo de gente con corazones fríos y
mentes vacías.
Aquella persona que es feliz con poco o sin ningún motivo, es rechazada
hasta que se convierte en una persona amargada y pesimista para así poder
encajar.
Respiramos y pasamos el tiempo viviendo sin pasarnos a pensar en que es
lo que conlleva “vivir”. Vivir no es solo caminar hasta el final.
Vivir significa un mundo para cada persona.
No estoy escribiendo para decirte cómo has de vivir la vida, ni cuál es la
mejor manera para hacerlo. Sin embargo, lo que sí se es que siempre se puede
mejorar.
Nos centramos en cosas insignificantes que pensamos que tendrán un
impacto desmesurado en nuestra vida. Pero no es así. Sólo decir que lo más
importante es que hagas de tu vida un viaje inolvidable, crea un cambio,
comienza algo para luego no terminarlo, escapa de la rutina siempre
que puedas, simplemente vive.
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