Cuando estás afrontando una situación estresante o atravesando un mal
momento, las personas que hay en tu vida pueden ayudarte a afrontarlo. Si
alguien a quien le importas sabe por lo que estás pasando, te ayudará a
sentirte comprendido, y no tan solo.
Saber que alguien te quiere significa mucho. Y es algo muy importante
cuando uno está estresado. Los problemas parecen menores y más fáciles de
sobrellevar cuando se habla con la persona adecuada. Somos capaces de afrontar
mejor las cosas y de ver soluciones con mayor facilidad cuando compartimos
nuestros problemas.
Hay muchas formas diferentes de dar y recibir ayuda. A veces sólo
necesitamos unas palabras de ánimo. Otras veces necesitamos que nos orienten o
nos den una nueva perspectiva sobre las cosas. La ayuda puede ser algo muy
específico e inmediato, como apoyo para llevar a cabo unos deberes en concreto.
O puede ser más duradera, como recibir clases de repaso para aprobar una
asignatura pendiente o terapia para sobrellevar una situación personal difícil.
Probablemente recordarás los momentos en que alguien te ha ayudado. Uno
de tus padres puede haberte enseñado a conducir o haberte apoyado para
abandonar un mal hábito. Tal vez un amigo te ayudó a sobrellevar la tristeza o
a superar una decepción. O tu profesor favorito puede haberte guiado en el
proceso de rellenar la solicitud para ir a la universidad. Y probablemente
también podrás recordar momentos en que tú ayudaste a otras personas.
Los amigos, los padres, los profesores y otros adultos pueden ser
valiosos recursos cuando necesitamos ayuda. También hay momentos en que
necesitamos la ayuda adicional que puede aportar un buen profesional. Los
terapeutas, psicólogos y psiquiatras ofrecen ayuda especializada sobre
cuestiones de salud mental y problemas personales.
Dirigirse a la persona adecuada para pedir ayuda compensa con creces.
Sólo tienes que pedirla.
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